El número 78 de los Borregos Puebla llegó al deporte de sus amores a los 11 años, aunque fue hasta los 12 que por fin cumplió su sueño de enfundarse en el "jersey" de este equipo; por un lado y debido a su talla estaba por arriba de lo permitido para un niño de 11 años, razón por la que no podía participar en las ligas infantiles, y en contraparte, tampoco podía jugar con mayores por su falta de experiencia, así que espero un año y pulió sus aptitudes.
En las siguientes temporadas y ya en categorías juveniles, Raúl recibió una formación deportiva basada en la perseverancia y el esfuerzo; sin embargo, eso no lo limitó para tener esta actividad a manera de "hobbie" y poder divertirse. En ese proceso de aprendizaje fue que se percató de que tenía enfrente la gran oportunidad de realizar estudios a través de un subsidio, por lo que se lo tomó con sensatez e ingresó a Prepa Tec.
"El deporte te hace ver que puedes ganarte una beca y tomas esto más en serio; tienes un sentido de pertenencia con la institución y de gratitud; en realidad es como un trabajo, te dan los apoyos y tú tienes que responder en el terreno de juego".
Si hay alguien que puede platicar del avance deportivo que los Borregos Puebla han logrado a través del tiempo, es precisamente Raúl Espinoza, quien prácticamente vio nacer el proyecto y creció con él.
"En todos estos años hemos avanzado enormemente, por ejemplo, en el enfoque que se le da al deporte y en la profesionalización para lograr pertenecer a ese grupo elite que hay de equipos; los resultados ya se vieron la semana pasada, aunque aún hay pequeños errores mentales que tenemos que pulir".
El guardia ofensivo ya dentro del terreno de juego se convierte en un gran muro; además de proteger al mariscal, quien tiene de 3 a 5 segundos como máximo para ejecutar las jugadas, también tiene la misión de abrir huecos para que pasen los corredores. Uno de los momentos más emocionantes para la afición es cuando las líneas de los equipos colisionan; ahí uno de los protagonistas entre tanta energía es este "angelito" de 151 kilos.
"Hay cantidad de gente que me superan en tamaño, no sé si en peso; ese momento es como cuando te vas a pelear, al instante analizas al que está en frente, en los golpes y en los bloqueos ya no te importa la talla, lo único que te importa es hacer la chamba, como sea aprovechas tus recursos, a lo mejor no soy tan alto ni tan veloz, pero por el peso les tengo que dar un buen golpe para frenarlos en seco".
Como en la vida, el fútbol americano tiene momentos que "saben a miel" y otros que son difíciles. Uno de estos últimos para Raúl fue cuando no pudo formar parte de la Selección Mexicana para el Mundial de menores de 19 años en 2016. Lesionado de una rodilla no estuvo con el equipo para ir a China. "Lo ves todo tan cerca, que ya estabas en el roster, estás listo mentalizándote para jugar y en una práctica se te puede acabar".
Pero Espinoza Recinos se ha levantado como el gigante que es y tiene muchos momentos que le permiten seguir con entereza hacia adelante. "El mejor momento que he tenido es el último juego… y si me pregunta el próximo lunes también va a ser igual el último juego, porque gracias a Dios podemos seguir jugando este deporte".
Este jugador se encuentra actualmente en el quinto semestre de la Licenciatura en Administración Financiera, lo que le permitirá a la afición disfrutar a Raúl en acción varios años más, cada semana y cada juego, con el 78 en su mejor momento.
Jorge Zanella Alvear | Campus Puebla