Nicole Pochat | Campus Santa Fe
Andrea Escobar Ríos, quien tiene un doctorado en Ciencias Administrativas por el Tecnológico de Monterrey y funge como académica de la institución, fue una de las encargadas de guiar por México al director de la película Coco, Lee Unkrich y a la productora Darla K. Anderson.
Como parte del área de Relaciones Públicas de Disney México, Escobar ayudó a los creadores a entender la cultura mexicana y cómo se vive la celebración del Día de Muertos, tema central del filme.
“Hicimos muchos viajes de investigación a México pero no como turistas, realmente tratamos de experimentar íntimamente el día de Muertos y de celebrar esa festividad con las familias”, contó, al respecto, su director, Lee Unkrich, en algunas de las entrevistas durante la premier.
En entrevista, Andrea Escobar nos cuenta cómo fue esta experiencia:
—¿Cómo llegaste a Disney y cómo te integras al equipo de Coco?
Desde que terminé mi carrera, envié mi currículum a bolsas de trabajo. Un día, recibí una llamada para una entrevista en una empresa de entretenimiento. Al final de la llamada le pregunté: ¿Para qué empresa es? y me contestó: The Walt Disney Company.
En la última entrevista, después de un proceso de selección, el Director de Medios y Relaciones Públicas de Disney en México me preguntó: ¿Por qué quieres trabajar en Disney siendo amante y patriota máxima de la cultura mexicana? le contesté: Conozco mi país, lo amo y lo sé valorar. Quiero enriquecer otra cultura y que ella me enriquezca a mí.
Finalmente me integré a la Coordinación de Relaciones Públicas. Un día, mi jefe Arturo López Gavito, Vicepresidente de Marketing en México, me comentó que personas de Pixar vendrían una semana a México a conocer el país, tenían la idea de un proyecto con la tradición del Día de Muertos, querían investigar y entender el significado de esta festividad. Jamás se mencionó que sería para una película, no tenía ni idea de la magnitud del proyecto.
—¿Cómo fue el encuentro con los productores de Pixar?
Lee Unkrich, director de Toy Story y Cars, entre otras películas y Darla K. Anderson, productora de Buscando a Nemo y más, fueron quienes visitaron México. Antes de su llegada le comenté a mi familia de su visita y encantados me apoyaron a recibirlos. Esa semana, recorrimos Xochimilco en donde apreciaron el espectáculo de la Llorona: vistamos el Museo Dolores Olmedo y se encantaron con la imagen del xoloescuincle y las mega ofrendas.
También viajamos en trajinera caracterizados de catrinas, y puede explicarle a Unkrich y Anderson el significado de la muerte, de nuestros antepasados, de las iglesias, cementerios y mercados. En una cena que les organizamos pudieron comer tamales, enchiladas, quesadillas, ponche, sopes, tequila y amaron la gastronomía mexicana.
—¿Cuál fué tu colaboración en la producción de Coco?
Mi paso por Coco fue lo más interesante, participé los seis años de la producción de manera interna y externa a Disney. Al principio, estuve en el proceso de investigación, les presenté la tradición y les expliqué por qué México es color, sabor y alegría. A los dos años deje de trabajar en Disney para para integrarme a un programa de Calidad de Conacyt por lo que tuve que mudarme a Praga. Sin embargo, la comunicación con Arturo, Lee y Darla jamás se perdió y continué apoyando en las investigaciones de la cultura mexicana. Regresando de Praga, volví a integrarme a Disney.
Participé en algunas de las actividades de mercadotecnia relacionadas con la película, colaboré en la promoción de los espectáculos en el Disney California Adventure en la Plaza de la Familia de Coco. Un mes después del estreno, participe en la organización de las actividades de cierre, como la extraordinaria cena Xochimilca en el Museo Dolores Olmedo.
Estar involucrada de forma tan cercana e intensa me permitió comprender lo que Disney necesitaba de mí.
—¿Cómo te sentiste al cerrar la experiencia de Coco y vivir la premier en el Palacio de Bellas Artes?
Mi encuentro personal con Lee y Darla fue muy entrañable. Recibir mi invitación para asistir a la premier, ver el agradecimiento en las fotos al final de la película, compartir el lugar con Ed Catmull, Presidente de Pixar, fue algo que todavía no logro dimensionar.
Disfruté ver el trabajo de seis años en un lugar tan maravilloso como Bellas Artes.