El teatro siempre ha estado presente en la historia de Marián. Desde pequeña, comenzó su formación artística participando en academias teatrales, donde fortaleció su desarrollo escénico.
Ha tomado clases de piano, canto y danza, pero no fue hasta la pandemia que, tras la pérdida de su profesor de Teatro, le hizo darse cuenta de que la huella que dejó en ella, despertó su verdadera pasión: el teatro musical.
Marián Guzmán, actriz y estudiante de Comunicación en el Tec campus Ciudad de México (CCM), comparte cómo a partir de un corazón roto, nació en ella la necesidad de dejar huella en el teatro musical mexicano y a ser nominada como Actriz Revelación en 2024.

Un debut que marcó su camino artístico
A lo largo de su trayectoria, Marián ha formado parte de encuentros y festivales internacionales como Corearte. Así como participar en Mamá se fue a la luna y Los Fridos, producciones profesionales presentadas en el Foro Lucerna del Teatro Milán y en el Foro de las Artes del CENART.
Su debut en La vida es mejor cantando, escrita por José Manuel López Velarde, creador de Mentiras el musical, marcó un comienzo en su carrera artística, siendo nominada como Actriz Revelación por la Asociación de Críticos y Periodistas Teatrales (ACPT) en el 2024.
Estos premios reconocen los proyectos y a las y los artistas más destacados en el teatro mexicano.

Marián confiesa que no esperaba ser reconocida por los ACPT, y aunque no trabajaba para este premio, reconoce que esto es resultado de su esfuerzo y compromiso por lo que ama compartir.
“Recuerdo estar en clase de baile cuando recibí el mensaje; no lo esperaba, lloré de felicidad junto a mis compañeros”.
La huella que dejó su profesor de teatro
La pérdida de su profesor fue un momento importante en la trayectoria de Marián.
Durante su formación en el programa Niños Talento, el docente reconoció su potencial, lo que la llevó a entrenarse y desarrollar su camino en las artes escénicas.
“La huella que dejó mi profesor en mí me hizo reflexionar sobre la huella que yo quiero dejar en los demás”.
“La huella que dejó mi profesor en mí me hizo reflexionar sobre la huella que yo quiero dejar en los demás”, confiesa.
Más allá de los aplausos en el escenario, Marián destaca que la clave de su crecimiento ha sido creer en sí misma, confiar en su preparación y trabajar en su compromiso: contar historias mexicanas.
“Esta carrera es difícil. Hay muchos ‘no’, muchos intentos fallidos. Pero es fundamental confiar en tu preparación, en tu voz y en lo que tienes para ofrecer”, afirma.
La Compañía de Teatro CCM como un nuevo capítulo de vida
Tras su experiencia en el programa Niños Talento, continuó desarrollando su trayectoria artística, fue entonces que su llegada al Tec de Monterrey marcó un nuevo capítulo.
Desde su primer semestre, forma parte de la Compañía de Teatro del Tec CCM.
“He aprendido muchísimo. Estar rodeada de personas tan talentosas, ha sido una bendición. Son artistas profesionales, pero sobre todo, extraordinarios seres humanos”, comparte.

Para Marián, el arte es una forma de concientizar y transformar realidades.
Su inspiración proviene de su familia, de su formación académica y de su objetivo de generar conciencia en cada función que interpreta.
“Me gusta pensar que el público sale distinto después de ver una obra. Que algo en ellos cambia, aunque sea mínimo”.
Y aunque comenta su futuro artístico apenas comienza, su visión es clara: seguir sobre los escenarios, escribir, producir y contar historias mexicanas.
“Hoy solo busco seguir fiel a mí y a mi arte, construyendo paso a paso un camino que inspire, transforme y deje huella”, finalizó.
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