Diseñadores de Ciudad de México mostraron piezas elaboradas con un biomaterial mexicano dentro de la exhibición Procesos Divergentes en el Abierto Mexicano de Diseño
Por Micaela Segovia | campus Ciudad de México - 10/11/2025 Fotos Ximena Piña, Ramiro Estrada
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Estudiantes de Diseño del Tec campus Ciudad de México, participaron en el Abierto Mexicano de Diseño 2025, donde presentaron sus proyectos en la exhibición Procesos Divergentes, realizada en el espacio colaborativo de diseño, Laguna, ubicado en la colonia Doctores de la Ciudad de México.

El Abierto Mexicano de Diseño 2025 es un festival anual en la Ciudad de México, que convoca a diseñadores, estudiantes, marcas y estudios para exhibir objetos, mobiliario, instalaciones y materiales innovadores. 

La muestra reunió proyectos de diseño creados a partir de un material alternativo pero sostenible a la vez. 

En el caso del campus Ciudad de México, las y los alumnos trabajaron con Celium, un biomaterial desarrollado por la marca mexicana Polybion que busca reemplazar el uso de pieles convencionales mediante procesos a partir de residuos orgánicos.

“Estamos presentando proyectos de mobiliario y objetos decorativos para el hogar. Los estudiantes lo utilizaron para crear diferentes objetos decorativos como vasijas, relojes o percheros”, explicó Montserrat Castañón, profesora del Tec.

 

“Estamos presentando proyectos de mobiliario y objetos decorativos para el hogar” .- Montserrat Castañón.

 

Komorebi, un florero modular

Entre las piezas presentadas se encuentra Komorebide Carol Granciano, un florero modular inspirado en el término japonés que describe la luz que pasa entre las hojas de los árboles.

El florero consta de 6 compartimientos que se pueden colocar en la pared. Komorebi está diseñado para contener hojas secas y otros elementos naturales.

“Mi pieza está hecha con una base de triplay y una capa de Celium teñida. Me inspiré en la técnica japonesa de kirigami, que consiste en el arte de cortar y doblar papel para crear figuras”, compartió la estudiante.

 

Florero modular Komorebi, diseñado por Carol Granciano con biomaterial Celium e inspirado en la técnica japonesa de kirigami.
Komorebi, de Carol Granciano, es un florero modular inspirado en el término japonés que describe la luz entre las hojas. Foto: Ximena Piña.

 

Bruma, difusor de aromas

Por su parte, Luisa Becerril exhibió Bruma, un difusor de aromas diseñado para colocarse en la entrada del hogar.

“Mi producto nace de la idea de recuperar esa sensación de llegar a casa y sentir un espacio seguro. 

“El biomaterial fue esencial porque permitió crear curvas increíbles y estructuras muy marcadas en el diseño”, comentó.

 

Luisa Becerril presentó Bruma, un difusor de aromas diseñado para evocar la sensación de hogar. Foto: Ximena Piña.
Luisa Becerril presentó Bruma, un difusor de aromas diseñado para evocar la sensación de hogar. Foto: Ximena Piña.

 

Pie-dora, porta zapatos

Entre las piezas destacadas, también se encuentra Pie-dora, de la alumna Sara Castañeda. 

Se trata de un porta zapatos elaborado con Celium y de manera complementaria con fieltro de 5 milímetros importado de Alemania.

“Quise crear algo funcional que también explorara nuevas posibilidades del biomaterial”, explicó.

 

Porta zapatos Pie-dora diseñado por Sara Castañeda con biomaterial Celium y fieltro alemán.
Porta zapatos Pie-dora diseñado por Sara Castañeda. Foto: Ximena Piña.

 

Anca, un perchero inspirado en hongos

Finalmente, Katia Valero destaca con Anca, un perchero inspirado en el crecimiento orgánico de los hongos.

“Quería retratar la naturaleza del material. El Celium es resistente, y tiene una textura distinta a todo lo que habíamos usado antes. 

“Mi reto fue lograr que la pieza fuera útil y también divertida”, señaló.

 

Katia Valero creó Anca, un perchero inspirado en el crecimiento de los hongos.
Katia Valero creó Anca, un perchero inspirado en el crecimiento de los hongos. Foto: Ximena Piña.

 

Una oportunidad para compartir con la comunidad creativa

Para los y las participantes, formar parte del Abierto Mexicano de Diseño representó una oportunidad para compartir sus procesos y conectar con la comunidad.

“Fue una gran oportunidad para dar a conocer nuestro trabajo y el de otros diseñadores jóvenes que estamos iniciando en la industria”, expresó Carol Granciano.

Igualmente, Luisa Becerril añadió:

“Ha sido nuestro primer acercamiento al mundo, más allá de lo escolar, y hemos aprendido muchísimo, no solo durante la exposición, sino en todo el proceso de preparación y montaje”.

El desarrollo de proyectos como este refleja una nueva generación de diseñadores que buscan alternativas sostenibles con menor impacto ambiental.

“El futuro del diseño en México tiene una gran área de oportunidad en el tema medioambiental. Debemos seguir explorando nuevos biomateriales y procesos que replanteen la vida útil de los objetos”, reflexionó Sara Castañeda.

 

 

 

 

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