A través de una propuesta de un mapa sonoro, un equipo de profesores sinaloenses ganaron la jornada regional de Humanidades Digitales de la región Noroeste.
Integrado por los profesores Liliana Tello, Ernesto Diez Martínez y Claudia Bastien, presentaron su proyecto llamado "¿A qué suena Culiacán?".
Con este proyecto, el equipo sinaloense decidió apostar por el sonido como medio principal de su propuesta, ya que consideraron que hay una escasez de mapas sonoros en Sinaloa.
“Todo lo que no son esos sonidos de violencia es sonido urbano, es sonido de paz". - Liliana Tello.
Un mapa sonoro es una herramienta digital que recopila y ubica grabaciones de sonidos característicos de diferentes lugares, con el fin de representar su identidad acústica y social.
Además, su proyecto busca reconstruir la memoria comunitaria a través del sonido para promover una visión de paz en Culiacán.
El evento fue organizado por la Escuela de Humanidades y Educación del Tec de Monterrey.
“Nos llamó la atención el sonido porque vimos que había pocos proyectos de sonido en Sinaloa. Nuestra primera inspiración fue: vamos a tomar lo sonoro para crear algo que no hay”, explicó la profesora.
La meta es registrar los sonidos de paz cotidiana en zonas de la ciudad que han estado vinculadas con hechos de violencia, y contrastarlos con los sonidos de la violencia: balaceras, sirenas, o gritos.
Esto, para mostrar que la ciudad también suena con vida: niños jugando, gente caminando, mercados y tráfico normal.
“Todo lo que no son esos sonidos de violencia es sonido urbano, es sonido de paz", expresó Liliana.
El equipo considera que el sonido puede estimular una percepción distinta de la ciudad:
“A través del sonido la gente puede además imaginar cómo se ve ese lugar sin tal vez haber estado ahí. Los sonidos de paz cotidiana no van a imaginar un lugar violento ni feo", recalcó.
Retos, emoción y trabajo coordinado
Aunque aún no han empezado las grabaciones de campo, los docentes anticipan que la etapa de salir a los lugares será crucial y demandante.
“Uno de los retos va a ser la seguridad personal, no queremos hacer los sonidos. Un mapa, una investigación desde una perspectiva humanista no puede hacerse a distancia.”
La noticia del triunfo fue recibida con sorpresa y emoción. El anuncio se hizo una semana después de finalizar las jornadas.
“No lo esperaba, estaba en una junta con otros colegas de Humanidades … hasta que interrumpieron la junta y dijeron: ‘Oigan, acaba de llegar este correo: felicidades, Lili, ganaron”, compartió la profesora.
Para Claudia Bastien, profesora miembro del equipo este reconocimiento es un incentivo para su desarrollo.
“El proyecto tiene mucho impacto por el significado en el momento, tiempo y espacio.
"Rescatar algún patrimonio de manera digital o crear un recorrido virtual es muy valioso, pero esto trae más punch en esta circunstancia", destacó la profesora Claudia.
De acuerdo a la profesora, las complicaciones no faltaron: agendas distintas, enfermedades, conectividad intermitente.
“Yo participaba desde el carro manejando, Claudia conectada en su casa enferma, Ernesto entrando y saliendo de clases, pero cuando ya lo presentamos, todo tenía mucha lógica", mencionó Liliana.

Metodología y vinculación con el Tec
La selección de sitios parte de una base de datos de eventos violentos: balaceras ocurridas en esquinas o calles específicas. Después, se analiza el entorno, la hora del día y los sonidos ambientes para decidir cuándo y cómo grabar.
“Vamos al lugar, observamos y decidimos si grabamos en la mañana, al mediodía o tarde, los sonidos característicos lo distinguen de otros", comentó Liliana.
La difusión del mapa sonoro anticipa una estrategia con alianzas con organizaciones de paz, medios de comunicación e iniciativas sociales:
“La intención es aliarnos con otras organizaciones, que cualquiera que tenga internet lo va a poder accesar presentarlo a la comunidad circulándolo de persona en persona.”
De acuerdo a Liliana, que también es la directora de la Escuela de Humanidades y Educación en el campus Sinaloa, señaló que el proyecto se alinea el fortalecimiento de la disciplina emergente de Humanidades Digitales, que abrirá como carrera en el campus en 2026.
“Es capacitación para docentes que ahora vamos a tener que impartir y aprender haciendo. Para nosotros como docentes la semillita se queda también en nosotros.”
De acuerdo con Liliana Tello, el proyecto trasciende los muros del campus, pues busca un impacto social real al sensibilizar sobre la paz en Culiacán a través de la escucha profunda.
“El tener impacto social fue lo que lo hizo particularmente poderoso.”
Próximos pasos y legado potencial
De acuerdo con los integrantes del equipo, los próximos pasos del proyecto “¿A qué suena Culiacán?” son:
- Consolidar la base de datos de sitios con antecedentes de violencia.
- Realizar la etnografía sonora de cada zona seleccionada.
- Grabar y sistematizar los sonidos representativos.
- Diseñar la interfaz digital del mapa sonoro.
- Difundir la propuesta en la comunidad local y nacional.
“Culiacán suena: a su gente, a trabajo, a felicidad, a alegría… y a veces a violencia… pero ese sonido no es más fuerte que los anteriores," destacó Liliana Tello.
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