Ser docente es uno de los trabajos más difíciles y más importantes que hay. Por eso hay que dar honor a quien honor merece. Es el caso de Miguel Ángel Bravo, profesor que ha dedicado un cuarto de siglo a inspirar a los alumnos del Tecnológico de Monterrey en San Luis Potosí. Curiosamente, muchos de ellos son hoy sus compañeros de aula en el campus potosino.
No obstante, todo tiene un final. Y es que el profesor Bravo se despidió esta semana de las aulas del Tecnológico de Monterrey después de 25 años de trayectoria. Como homenaje, el campus organizó una comida en la que estuvo rodeado de los que han sido sus compañeros durante esta larga andadura dedicado a la docencia.
En mi mente y en mi corazón hay un pequeño espacio para la tristeza
Un emocionado Miguel Ángel Bravo reconoció durante la comida sentir “un pequeño espacio de tristeza en su corazón” al tener que decir ‘adiós’ a la que ha sido su casa durante 25 años. “Busquemos ser mejores, porque solo siendo mejor se puede dar más”.
Por nuestra parte, estimado profesor Bravo solo podemos decir lo siguiente: Gracias por las enseñanzas, gracias por la paciencia, gracias por el cariño.