Estudiantes de la compañía de Teatro Musical del Tec de Monterrey campus San Luis Potosí, presentaron 5 funciones del musical Aladdín y la lámpara maravillosa' La puesta en escena se realizó en el centro Cultural Universitario Bicentenario (CC200).
Aladdín y la lámpara maravillosa, tuvo la participación de un total de 245 integrantes, consolidando un trabajo colaborativo, que unió a 175 alumnos y alumnas de la compañía, sumando el talento de estudiantes de Orquesta Estatal de Iniciación Musical de la escuela Julián Carrillo.
“La obra es muy dinámica con el público y la música es muy enérgica, el público puede tener una conexión con lo que está viendo y con lo que siente”, comentó Jesús Puebla alumno de la compañía de danza.
Basada en el libro homónimo del escritor francés Jean Antoine Galland, la obra nos lleva a conocer la historia de un joven humilde y su búsqueda del amor, mientras que nos adentra a temas como la importancia de la amistad, la honestidad y de ser uno mismo.
“Aladdín tiene un corazón enorme. Lo que él transmite es el valor de la amistad, el valor de ser honesto, de buscar siempre lo mejor y no dañar a los demás”, compartió Sylvia Govea Líder de Arte y Cultura del campus.
"Los chicos desarrollan muchas competencias que se llevan para su vida personal y profesional. Estás cantando, actuando y al mismo tiempo ya estás siendo líder de tu equipo o generando esa interacción”.- Sylvia Govea.
El proyecto contó con un equipo creativo en la dirección conformado por:
- Kelly Silva - Dirección General y escénica del musical
- Martín Martínez - Dirección musical
- Gerardo Mireles - Dirección percusiones y metales
- Alejandro Villalpando - Dirección de cuerdas
- Cristina Barba - Dirección vocal
- Jorge Castro - Dirección coreográfica
- Hugo Castillo - Dirección escenografía y diseño de iluminación
- Salvador Hidalgo - Dirección utilería
- Beatriz Montaño - Coordinación de producción
Detrás de la magia de Agrabah
El montaje del musical fue el resultado de 6 meses de preparación, durante este periodo, se trabajó la adaptación del guion, el desarrollo de los perfiles de los personajes y el ajuste de tono musical.
Por el otro lado los estudiantes que conformaron el elenco y bailarines enfrentaron desafíos como la resistencia física. Para superarlos, se prepararon con ejercicios de equilibrio, concentración y el estudio de las coreografías para darle una intención específica a cada número musical.
"Los chicos desarrollan muchas competencias que se llevan para su vida personal y profesional. Estás cantando, actuando y al mismo tiempo ya estás siendo líder de tu equipo o generando esa interacción”, comentó Govea.
“La obra es muy dinámica con el público y la música es muy enérgica, el público puede tener una conexión con lo que está viendo y con lo que siente”.- Jesús Puebla.
A nivel de producción, uno de los principales retos de la obra fue la construcción de la alfombra mágica. El equipo técnico superó el desafío al diseñar y construir una estructura escénica capaz de alcanzar los 3 metros de altura. Su realización requirió un sistema de poleas y una inversión de 6 horas de trabajo.
“La esencia de cada obra la dan las personas. Cada elemento, cada persona, cada integrante de la compañía hace la magia de cada proyecto”, finalizó Govea
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