Profesionales de TecSalud detallan los síntomas, riesgos y cuidados esenciales para prevenir la diabetes o controlarla de forma efectiva
Por Lorena Morales y Verónica Ramírez | Redacción Nacional CONECTA - 14/11/2025 Fotos Shutterstock
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¿Cuántas veces al día comes por prisa y no por hambre?¿Tuviste tiempo para moverte hoy?¿Has notado más sed, más cansancio?

Estas preguntas son importantes porque, sin darnos cuenta, nuestros hábitos diarios pueden acercarnos o alejarnos del riesgo de diabetes, señalan expertos en salud.

En México, esta enfermedad ocupa el segundo lugar en causas de muerte (INEGI/2024), pero su evolución puede prevenirse o controlarse con acciones simples y sostenidas, consideran integrantes de TecSalud.

“Estamos viviendo una epidemia de obesidad que da como resultado más diabetes”, ha resaltado Guillermo Torre, rector de TecSalud.

“Hoy la clave importante es hacer un cambio cultural, un cambio en educación, buscar estrategias de seguimiento para tener buenos hábitos”.

En este artículo reunimos información clave para entender qué es la diabetes, qué tipos existen, cómo detectarla a tiempo,  hábitos que pueden ayudarte a prevenirla o controlarla, entre más información relevante.

 

1. La diabetes: cuando la glucosa no entra a las células

-Diabetes tipo 1: cuando el cuerpo deja de producir insulina

-Diabetes tipo 2: cuando el cuerpo no usa bien la insulina

-¿La diabetes es reversible?

2. Principales síntomas de la diabetes: reconócelos a tiempo

-¿Cuáles son los niveles óptimos de glucosa?

3. ¿Qué pasa en el cuerpo cuando la glucosa no entra a las células?

4. Complicaciones de la diabetes: qué puede ocurrir cuando no se controla adecuadamente

5. Buenos hábitos de un paciente diabético

6. El ejericio: el gran aliado

7. Lo que sí y lo que no: aclarando mitos sobre la diabetes

 

Collage de manos sosteniendo gotas de sangre
La evolución de la diabetes puede prevenirse o controlarse con acciones simples y sostenidas, señalan expertos de TecSalud. (Imagen:Shutterstock).

1. La diabetes: cuando la glucosa no entra a las células

La doctora Gabriela Morales, especialista en Endocrinología de TecSalud, explica que la diabetes es una enfermedad metabólica que se caracteriza por niveles de azúcar en sangre (glucemia) elevados. 

Por lo general, el aumento de azúcar en sangre se debe a defectos en la secreción o la acción de la hormona insulina.

“Sin la correcta acción de la insulina, los niveles de azúcar en la sangre se desestabilizan, conduciendo a la diabetes”, explica Morales.

Piensa en tu cuerpo como una casa con muchas habitaciones. La glucosa quiere entrar para encender las luces, pero necesita una llave llamada insulina. Cuando esa llave no está o no abre bien las puertas, la glucosa se acumula en los pasillos (la sangre) y la casa empieza a funcionar con menos energía.

Infografía de una célula y cómo la insulina es la llave para dejar pasar la glucosa hacia dentro de la célula
La insulina regula el metabolismo y es la clave que desbloquea el canal de glucosa de la célula. (Infografía: Shutterstock).

-Diabetes tipo 1: cuando el cuerpo deja de producir insulina

La diabetes Tipo 1 es una enfermedad en la que el nivel de azúcar en la sangre está elevado porque el páncreas no produce insulina. Sin la insulina, hay un exceso de glucosa circulante que no puede penetrar las células del cuerpo.

Ocurre con mayor frecuencia en niños y adultos jóvenes, aunque puede aparecer a cualquier edad.

Aunque aún no se conocen las causas exactas de la diabetes tipo 1, se sabe que aparece por la combinación de tres factores:

  • Genética: se hereda la predisposición, no la enfermedad. Los genes por sí solos no bastan para desarrollarla.
  • Autoinmunidad: el sistema inmune ataca por error a las células beta del páncreas, responsables de producir insulina.
  • Factores ambientales: como ciertos virus, toxinas o componentes de la alimentación, que actúan como puente entre la genética y la autoinmunidad.

 

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-Diabetes tipo 2: cuando el cuerpo no usa bien la insulina

En la diabetes tipo 2, el páncreas sí produce insulina, pero no es suficiente o el cuerpo no la utiliza adecuadamente, detalla la doctora Morales. Por eso, la glucosa no logra entrar a las células y se queda en la sangre.

Todo inicia con resistencia a la insulina: el músculo, el hígado y las células grasas dejan de responder como deberían. El cuerpo intenta compensar produciendo más insulina, pero con el tiempo ya no alcanza, y la glucosa en sangre empieza a elevarse.

El origen de la diabetes tipo 2 es multifactorial. TecSalud señala cuáles son las causas reconocidas más comunes:

 

Antecedentes heredofamiliares (padres, abuelos, tíos, hermanos)Presión arterial alta
Baja o nula actividad físicaColesterol HDL (bueno) menor a 35mg/dl
Dieta deficienteTriglicéridos superiores a 250mg/dl
Peso excesivo manifestado como sobrepeso u obesidadAntecedentes de diabetes gestacional
Raza/etniaEn mujeres, síndrome de ovarios poliquísticos 
Edad superior a 40 añosPresencia de acantosis nigricans (afección cutanea caracterizada por áreas oscuras y aterciopeladas en plieges y dobleces del cuerpo)
Intolerancia a la glucosa o resistencia a la insulina
identificada previamente (prediabetes)
 

 

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-¿La diabetes es reversible?

"La diabetes es una enfermedad crónica, esto quiere decir que una vez diagnosticada no se cura", se señala en TecSalud.

"Por eso la importancia de aprender a vivir con ella: una diabetes bien controlada y cuidada no presenta complicaciones", se remarca.

En la serie documental de TecSalud ¡Qué viva sano el mexicano!, uno de sus capítulos está centrado en la diabetes, donde se explica el escenario de este padecimiento en México y recomendaciones de expertos en salud.

Puedes verlo en el siguiente video:

 

 

2. Principales síntomas de la diabetes: reconócelos a tiempo

La diabetes suele avanzar de forma silenciosa, por eso es importante poner atención a ciertos cambios en el cuerpo. Estos son los síntomas más comunes:

El doctor José Gerardo Ayala, especialista en Endocrinología y docente de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del Tec, los enlista:

  • Mucha sed
  • Mayor frecuencia para orinar
  • Visión borrosa
  • Mucho apetito
  • Pérdida involuntaria de peso
  • Cansancio
  • Hormigueo o entumecimiento en manos o pies
  • Heridas que tardan en cicatrizar

"Es probable que la persona no note los síntomas claramente", señala Ayala. "Por ejemplo, puede ser que en verano comience a beber más agua y atribuye esa sed a que hace calor. Va más al baño, pero cree que es debido al mayor consumo de líquido únicamente. Y así puede retrasarse el diagnóstico", advierte el especialista.

Al reconocer los síntomas planteados, un sencillo examen de sangre ayuda a detectar cuáles son los niveles de glucosa en sangre, para hacer un diagnóstico temprano que le permita a un médico plantear el tratamiento más adecuado.

 

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-¿Cuáles son los niveles óptimos de glucosa?

Los valores de glucosa en sangre deben mantenerse en niveles de 70 a 99 mg/dL cuando el cuerpo está en ayuno, y hasta 140 mg/dL en las 2 horas posteriores de alguna comida.

Cuando estos valoares están, en ayunas, por encima de 100mg/dL pero debajo de 126 mg/dL la persona tiene intolerancia a la glucosa (pre-diabetes), pero si el valor de glucosa esta en 126 mg/dl o más alto en más de una ocasión, es cuando se da el diagnóstico de la enfermedad.

 

 

3. ¿Qué pasa en el cuerpo cuando la glucosa no entra a las células?

Cuando el cuerpo funciona de manera normal, los alimentos que comemos se transforman en glucosa, un tipo de azúcar que viaja por la sangre para llegar a las células

Ahí, la insulina —hormona producida por el páncreas— actúa como una llave que abre los receptores de las células para que la glucosa entre y se convierta en energía.

Pero cuando se desarrolla diabetes, se explica en TecSalud, ese proceso deja de funcionar como debería. La glucosa e insulina están presentes, pero la mayor parte de la glucosa ya no puede entrar a las células por tres posibles razones:

  • El cuerpo no produce suficiente insulina.
  • Hay insulina, pero no logra abrir los receptores.
  • Hay muy pocos receptores disponibles para permitir el paso de la glucosa.

Al no poder entrar a las células, la glucosa se queda circulando en el torrente sanguíneo, lo que provoca hiperglucemia (niveles altos de glucosa en la sangre). Y cuando la glucosa no llega a las células, el cuerpo no puede producir la energía que necesita para funcionar correctamente, lo que puede afectar múltiples órganos y sistemas.

 

Infografía que muestra cómo, en la diabetes tipo 2, la insulina no logra abrir los receptores de la célula, el canal de la glucosa permanece cerrado y la glucosa se queda en la sangre
En la diabetes tipo 2, la insulina circula en la sangre, pero las células presentan resistencia a la insulina. Esto significa que los receptores celulares no responden, el canal de glucosa permanece cerrado y la glucosa no puede ingresar para producir energía. (Infografía: Shutterstock).

 

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4. Complicaciones de la diabetes: qué puede ocurrir cuando no se controla adecuadamente

De acuerdo con TecSalud, cuando la diabetes no se mantiene bajo control, pueden presentarse complicaciones agudas y crónicas que afectan distintos órganos del cuerpo.

Las complicaciones agudas aparecen de forma repentina. Una de ellas es la hipoglucemia, que ocurre cuando los niveles de glucosa bajan demasiado, especialmente en personas que usan insulina o antidiabéticos orales. 

También puede presentarse hiperglucemia severa, es decir, niveles muy altos de glucosa que pueden evolucionar a cetoacidosis o a un estado hiperosmolar, ambos relacionados con una deficiencia absoluta o relativa de insulina.

Con el tiempo, también pueden desarrollarse complicaciones crónicas. Entre las más frecuentes se encuentran la nefropatía diabética, cuando la enfermedad afecta a los riñones; la retinopatía diabética, que daña los ojos; y la enfermedad cardiovascular, resultado del deterioro de arterias y vasos sanguíneos. La diabetes también puede provocar problemas en la piel, afectar huesos y articulaciones —conocido como enfermedad osteoarticular— y alterar los nervios del cuerpo, lo que se denomina neuropatía diabética.

Una de las manifestaciones más conocidas es el pie diabético, que surge por el daño combinado en vasos sanguíneos y nervios. Esto puede llevar a la aparición de lesiones o úlceras ocasionadas por pequeños traumatismos que, al pasar inadvertidos, pueden complicarse si no se atienden a tiempo.

Conoce en este artículo de TecScience acerca de una estrategia eficiente para el tratamiento de úlceras de pie diabético.

Infografía que muestra las principales complicaciones de la diabetes mellitus: enfermedad cerebrovascular, retinopatía y ceguera, daño renal permanente, infarto al corazón, infecciones en el pie diabético y neuropatía periférica, señaladas en distintas partes del cuerpo humano.
Con niveles de glucosa elevados de manera constante, aumenta el riesgo de daño en órganos como ojos, riñones, corazón y nervios. (Infografía: Shutterstock).

 

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5. Buenos hábitos de un paciente diabético

“La población en general debe estar consciente que la diabetes es una enfermedad que se desarrolla por factores relacionados al estilo de vida como el consumo de alimentos poco saludables e inactividad física, dos factores que son modificables”, señala Rebeca Leyva, experta en nutrición.

La directora de la carrera de Nutrición y Bienestar Integral del Tec de Monterrey en Ciudad de México explica estos hábitos que recomienda la Federación Mexicana de Diabetes.

La profesora del Tec de Monterrey compartió los 7 hábitos que la Federación Mexicana de Diabetes recomienda para cuidar la salud de una persona que padece diabetes:

-Come de forma equilibrada
Una alimentación planificada marca la diferencia. Incluye verduras, frutas, leguminosas y cereales integrales como avena, arroz o pasta integral. Y procura limitar alimentos de origen animal con alto contenido de grasa como quesos amarillos, carne de cerdo o lácteos enteros.

-Toma tu medicación a tiempo
Sé constante con el tratamiento que indicó tu médico. Seguir las dosis y horarios recomendados, coordinados con tus comidas y actividad física, hace una gran diferencia en el control diario de la glucosa.

-Actívate físicamente
El movimiento es tu aliado. Evita el sedentarismo: caminar, andar en bici o realizar sesiones de ejercicio planificadas según tus características puede ayudarte a mantener niveles de glucosa más estables.

-Monitorea tus niveles de glucosa
Conocerte es cuidarte. Medir tu glucosa antes y después de comer —sobre todo cuando cambian tus medicamentos, pruebas nuevos alimentos o inicias una rutina distinta de ejercicio— te ayuda a entender cómo responde tu cuerpo y a tomar decisiones informadas.

-Resuelve imprevistos con confianza
Si comiste algo no planeado, olvidaste un medicamento o no pudiste medir tu glucosa, recuerda que puedes actuar a tiempo. Con la información correcta, es posible enfrentar estos retos cotidianos sin perder el rumbo.

-Reduce riesgos con revisiones periódicas
Un buen manejo ayuda a prevenir complicaciones. Acude a revisiones con especialistas como oftalmólogo, dermatólogo u odontólogo según tus necesidades. Detectar cualquier cambio temprano te protege a largo plazo.

-Mantén un afrontamiento saludable
Tu actitud también es parte del tratamiento. Comprometerte con tu salud e involucrar a tu familia puede motivarte y fortalecer tu bienestar emocional, algo clave para vivir mejor con diabetes.

 

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Fotografía conceptual con comida saludable, glucómetro, tapete de yoga, pesas, bota con agua
Una buena alimentación, ejercicio físico, consultas con especialistas, son parte de las recomendaciones para mantener en control la diabetes tipo 2. (Foto: Shutterstock).

6. El ejericio: el gran aliado

"El ejercicio físico con regularidad se ha revelado como un aliado valioso en el control de la diabetes", destaca Marcela Olivares, especialista en nutrición deportiva de TecSalud.

La experta explica que “después de una sola sesión de actividad física, los músculos mejoran su capacidad para captar glucosa, un efecto que puede durar hasta 48 horas”.

Este impacto es especialmente valioso para las personas con diabetes, ya que mejora la sensibilidad a la insulina y facilita un mejor control de los niveles de glucosa.

De acuerdo con Olivares, el ejercicio constante “aumenta la capacidad del músculo para captar y utilizar la glucosa”, lo que contribuye a reducir los niveles de glucosa tanto en ayunas como después de las comidas.

Además, señala que la actividad física regular ayuda a disminuir la hemoglobina glucosilada (A1c), un marcador clave que muestra cómo se han comportado los niveles de glucosa durante los últimos tres meses.

 

Mujer haciendo ejercicio en aparato
El ejercicio es fundamental para prevenir y ayudar al control de la diabetes, refieren los expertos en salud. (Foto: Shutterstock).

La especialista explica que el ejercicio aeróbico —como caminar, nadar o andar en bicicleta— ha sido tradicionalmente recomendado para personas con diabetes, ya que “mejora la capacidad cardiovascular y favorece la oxidación de grasas”.

Sin embargo, señala que el ejercicio anaeróbico, como el levantamiento de pesas, también ofrece beneficios importantes: no solo aumenta la fuerza y la resistencia muscular, sino que ayuda a desarrollar masa muscular, lo cual es especialmente útil en personas con diabetes”

Lo anterior se debe a que más músculo implica una mayor capacidad para captar glucosa y una mejor eficiencia en el control glucémico.

Por ello, Olivares enfatiza que “la combinación de ejercicios aeróbicos y anaeróbicos ofrece el mayor beneficio, ya que ambos se complementan: mientras uno mejora la condición cardiovascular, el otro fortalece la musculatura. 

Escuha a la experta sobre el tema en este podcast de TecSound, Ola de Salud:

 

 

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7. Lo que sí y lo que no: aclarando mitos sobre la diabetes

La profesora Rebeca Leyva aclara cinco mitos sobre la diabetes, para ayudarte a tomar decisiones informadas y dejar atrás creencias que pueden afectar tu bienestar.

Mito 1: “Las personas con diabetes no pueden comer frutas"
Realidad: Las frutas sí pueden formar parte de la alimentación de una persona con diabetes. De hecho, son recomendables dentro de un plan equilibrado. Lo importante es contar con asesoría sobre qué cantidad y en qué momento del día consumirlas, según el esquema de medicación y el avance de la enfermedad.

Mito 2: "La insulina exógena, que es un medicamento para tratar la diabetes, genera complicaciones"
Realidad: La insulina exógena es una aliada en el tratamiento de la diabetes. Usarla correctamente mejora la calidad de vida y ayuda a mantener la glucosa en rangos saludables.

Mito 3: “Si tomo medicamentos, ya no importa lo que coma.”
Realidad: Los medicamentos y la alimentación trabajan juntos. Ninguno sustituye al otro. Mantener una dieta adecuada es clave para que el tratamiento funcione de manera efectiva.

Mito 4: “La diabetes aparece por un susto.”
Realidad: Este es un mito muy extendido. La diabetes tipo 2 es una enfermedad no transmisible que se desarrolla principalmente por hábitos poco saludables y una alimentación inadecuada, no por un evento repentino.

Mito 5: “La diabetes siempre lleva a falla renal.”
Realidad: No necesariamente. Con un tratamiento integral y constante, es posible prevenir complicaciones, desde problemas leves en la piel hasta afecciones más serias como el pie diabético o la falla renal.

 

Ilustración de especialstas en salud con elementos relacionados a la diabetes: estudios, gitas de sangre, alimentos, etc
Conocer información real sobre la enfermedad ayuda a tomar mejores decisiones, explica la docente de TecSalud, Rebeca Leyva. (Ilustración: Shutterstock).

 

Para la especialista en obesidad y sus comorbilidades y certificada como educadora en diabetes, la concientización juega un papel fundamental en esta enfermedad.

“La educación en diabetes es una estrategia que no solo atiende a personas que padecen la enfermedad sino que busca informar y concientizar para prevenir tanto a las personas en riesgo, a los familiares de personas con esta enfermedad, como a la población en general. 

“La población en general debe estar consciente que la diabetes es una enfermedad no transmisible que se desarrolla por factores relacionados al estilo de vida como el consumo de alimentos poco saludables e inactividad física, dos factores que son modificables”, concluye.

 

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Con información de: Rebeca Ruiz y TecSalud.

 

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