Jair López | Enviado - Tec Review
Tiy Yang Mingzhe, de 15 años, voló más de 15 horas desde China para llegar al Mundial de Robótica FIRST, una de las competencias de robótica más grandes a nivel global.
Junto con otra docena de jóvenes, sus compañeros, Tiy Yang Mingzhe ha descubierto otras cosas más allá de los robots que se enfrentan en diversas pruebas.
“Esta competencia realmente es interesante y emocionante. Una de las cosas que he aprendido es a trabajar en equipo y a colaborar conjuntamente con otras personas de diferentes lugares del mundo.”, señala el joven.
Y es que al igual que Tiy Yang Mingzhe, más de 515,000 estudiantes alrededor del mundo han sido inspirados por esta competición creada en 1989.
FIRST, más allá de ser un mundial de robots que buscan ser los mejores en diversas pruebas, es también un encuentro que permite el desarrollo de niños de entre 6 años y jóvenes de 18 años.
Dayra González tiene seis años, es la primera vez que acude a una competencia de este tipo. Originaria de Morelia, asistió junto con un un grupo de otros cuatro niños de su edad a FIRST para participar en First LEGO League Jr., la categoría que junto con piezas de LEGO y conceptos básicos de robótica busca inspirar a menores de entre seis y diez años a resolver y atender diversas cuestiones que hoy afectan al mundo. Este año, por ejemplo, fue el cuidado y preservación del agua.
“He aprendido a que si puedo seguro lo podré hacer y a trabajar en equipo”, señala Dayra. “Ahora quiero ser maestra de robótica”, agregó.
Salvador González, padre de Dayra y profesor de ingeniería en el Tec de Monterrey campus Morelia, destaca que este tipo de eventos inculca desde muy jóvenes conceptos con bastante peso en el desarrollo de los niños y jóvenes.
"Hablar de competencia es una palabra muy fuerte a la que ellos, los niños, se están acercando pero de una forma más cooperativa. Sí venimos compitiendo pero también cooperamos. Hay un tema de integración entre todos los niños que hoy asisten a FIRST”, comenta el profesor del Tec.
Neil John Beltran y Raingel Mendoza son un par de adolescentes filipinos, a quienes les llevó casi un día entero llegar a FIRST.
Para ambos, este evento como lo decía González, más allá de ser una competencia es un encuentro que les permite acercarse sí a la robótica, pero también al trabajo en equipo y a la resolución de problemas con el uso de la tecnología.
“Para mí la competencia es crear soluciones y al mismo tiempo descubrir problemas pero a través de la diversidad de todos los miembros que hoy vienen a FIRST”, detalla Neil John Beltran.
La Head Coach de Botrregos Jr, de la Secundaria del Tec de Monterrey en Chihuahua, Ana María Delgado, añade: “First es un buen lugar para aprender a equivocarte sin temor a ser juzgado, es una manera en la que tú autoestima está a salvo, pues nunca te hace sentir que el fracaso es malo”.
Para Lucía Orozco, en tanto, madre de la adolescente Renée García y de Jacobo García, de apenas seis años, el acercamiento con la robótica despertó en Renée el interés por acercarse a una industria que a nivel global tiene poca presencia de mujeres.
En Estados Unidos, las mujeres apenas representan el 14% de los ingenieros en el país, según The Washington Post.
Silvia Trejo y Victor Leal, padres de Bruno Leal, otro participante, señalan que si bien muchos de los jóvenes que participan en el mundial de robótica pueden ver como sacrificios los esfuerzos que hacen para llegar, hacia futuro estos logros representarán más bien una inversión.
“Más que sacrificio es más una inversión para ellos en el futuro. En muchos sentidos, los muchachos se ven sometidos a la toma de decisiones, a actuar de manera inmediata, a pensar, a manejar su temperamento, a liderar equipos y a trabajar en equipo”, señaló Victor Leal. “Ellos terminan ganando”, agregó.
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