La idea detrás de DistritoTec es que el talento actual y futuro necesita de lugares que los llenen de oportunidades y que les ofrezcan grandes experiencias para vivir y convivir con otros.
Por Andrea López y Jansel Jiménez - 21/01/2018

 

Andrea López y Jansel Jiménez | Tec Review

Un nuevo espacio de convivencia se está gestando en Monterrey, Nuevo León:  el DistritoTec. Es una iniciativa que, poco a poco, une las piezas de un mosaico compuesto por zonas residenciales, viviendas populares, escuelas, una gran universidad y centros comerciales.

En 2014, el Tecnológico de Monterrey anunció la iniciativa y dio a conocer que comprometía una inversión de 500 millones de dólares, casi todo para reformas dentro del campus Monterrey. Hoy, cuenta con la participación de autoridades municipales y estatales, otras instituciones e, incluso, civiles establecidos en alguna de las 24 colonias que rodean este espacio de 452 hectáreas.

“En varias partes del mundo son las universidades quienes se han convertido en catalizadoras del desarrollo y transformación de sus comunidades. Silicon Valley no existiría sin Stanford, Boston sin MIT y Harvard”, destaca Salvador Alva, presidente de la institución, para quien, DistritoTes es, realidad, la base para llevar a México a una economía del conocimiento. 

Las autoridades del Tec de Monterrey retomaron la idea de darle un fin público a un espacio privado. En Estados Unidos se le llama POPS (Privately Owned Public Space, Espacio Público de Propiedad Privada). El concepto fue popularizado en el año 2000 por Jerold S. Kayden, profesor de la Universidad de Harvard, mediante su libro Privately Owned Public Space: The New York City Experience, concebido en colaboración con el Departamento de Planeación Urbana de Nueva York y la Sociedad Municipal de Arte.

El proyecto mexicano consiste en regenerar el campus, con el fin de establecer y mantener las condiciones necesarias para que “la innovación, la creatividad y el emprendimiento puedan florecer en un entorno urbano colaborativo”. Así lo explica José Antonio Torre Medina-Mora, director de Urbanismo Ciudadano del Tec de Monterrey, quien es líder de la iniciativa.

 

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Cambio constante

El equipo detrás de DistritoTec planteó la propuesta por primera vez en 2012; cuatro años después inició la etapa de ejecución y, aunque se trata de un plan de transformación a 15 años, la universidad anticipa que la evolución de esta zona se convertirá en algo permanente.

“Se trata del primer campus del Tecnológico de Monterrey, así que consideramos importante repensarlo con la mirada puesta en el futuro. Diseñar su transformación en favor de estudiantes, docentes y egresados, así como de la comunidad que los rodea”, detalla Torre Medina-Mora. Para ello, se clasificaron las acciones a realizar en tres rubros: evolución del Campus, ecosistema de innovación y mejora del entorno.

Hasta ahora, como parte de la iniciativa se han rehabilitado banquetas, creado varios parques de bolsillo y áreas verdes, así como el nuevo pabellón La Carreta y la nueva biblioteca abierta a todo público las 24 horas del día. “También se comenzó la demolición del Estadio Tecnológico (donde jugaban los Rayados), tres hectáreas del predio se convertirán en el Parque Central, que estará listo a finales de 2018 o a principios de 2019”, cuenta Lorena Pulido Ramírez, gerente de Capital Social y Comunicaciones de la Dirección de Urbanismo Ciudadano del Tecnológico de Monterrey.

“Uno de los principales logros de DistritoTec ha sido que las colonias se vuelvan a organizar. Es toda una diferencia vivir en un lugar donde hay una participación ciudadana verdadera que vivir en un lugar donde no la hay. Se ve en los parques y las calles. Es un logro que a lo mejor no es físico, pero sí es muy complejo y muy relevante”, comenta Pulido.

A ello se suma Casa Naranjos, próximo a abrir, un centro cultural comunitario donde personas de todas las edades podrán impartir o tomar clases de pintura, música o literatura, por ejemplo, y así compartir e impulsar sus talentos.

 

 

De isla a oasis

De acuerdo con José Antonio Torre Medina-Mora, otros campus universitarios son espacios cerrados, “islas dentro de las ciudades que apenas conviven con aquello que los rodea”. El reto del Tec es integrarse a la comunidad y convertirse en el entorno ideal para el desarrollo de grandes ideas; capaz de generar, atraer y retener nuevos talentos, al tiempo que promueve el desarrollo económico y social de las más de 16,900 personas que habitan a su alrededor.

DistritoTec ha sido bien recibido por todos los actores que involucra, desde las autoridades y organismos hasta los vecinos, quienes participan activamente con propuestas, así como en la toma de decisiones y planeación.

“Entre los logros de DistritoTec destaca el haber impulsado plataformas y mecanismos para la organización y participación ciudadana”, reflexiona Lorena Pulido, y agrega: “no teníamos asociaciones de colonos o mesas directivas activas y, en muchas de estas colonias, a raíz de este proyecto, esto se ha ido dando. La verdadera participación ciudadana hace toda la diferencia”.

“Desde que iniciamos la ejecución de este proyecto, nos dimos cuenta de que si cada uno ponemos manos a la obra, hacemos bien las cosas y cumplimos con lo que nos corresponde, contagiamos a los demás. Esto confirma que sí está en las manos de todos transformar nuestros entornos”, dice Torre Medina-Mora.

Ambos apuntan a que se hará “algo parecido” en otros campus del Tecnológico de Monterrey en un futuro no muy lejano. “Está en fase de conceptualización. En la Ciudad de México y en Guadalajara, por ejemplo, ya empiezan a formularse iniciativas propias inspiradas en DistritoTec”, afirma Pulido Ramírez.

 

 

Todos son bienvenidos

DistritoTec busca ser un espacio abierto a la convivencia y cooperación de cinco stakeholders: academia, gobierno, empresas, emprendedores e inversionistas, “nacionales e internacionales”, detalla Mónica Martínez, directora de Alianzas Estratégicas Globales del Tecnológico de Monterrey.

Esto permite atraer talento extranjero, retener e impulsar el local y ayudar a México a migrar a la economía del conocimiento. Para lograrlo, el Tec cuenta con un Club de Excelencia Mundial para “co-innovar, co-investigar y co-emprender” que empezará a operar en 2018, así como con un Living Lab (Laboratorio Viviente) que se hará presente en todo DistritoTec para exponer los proyectos que se lleven a cabo en el club, con el objetivo de inspirar y entusiasmar a otros sobre el desarrollo de nuevas tecnologías.

 

 

TRES GRANDES EJES:

DistritoTec es una iniciativa proyectada a 15 años que opera bajo tres objetivos, de los que se desprenden múltiples iniciativas y acciones.

 

1. Evolución del campus

El objetivo de este eje es hacer del campus un espacio de encuentro, creatividad, innovación y emprendimiento. Para ello, se busca entender y atender las necesidades educativas de la zona “de aquí a 50 años”, comparte José Antonio Torre Medina-Mora. Para lograrlo, se tienen varios proyectos en ejecución, como el Centro Deportivo Borrego para fomentar la cultura del deporte, el Centro de Bienestar, el Edificio de Emprendimiento y el Parque Central. También se cuenta con algunos ya terminados, como la biblioteca, con capacidad para 2,500 usuarios y 300,000 libros en un área de 17,300 metros cuadrados, y Pabellón La Carreta, corazón simbólico de la universidad convertido en un espacio de intercambio.

 

2. Ecosistema de innovación

El Tec trabaja constantemente en generar investigación. Pero, muchas veces, ésta no logra conectarse con su entorno. José Antonio Torre Medina-Mora considera que muchos egresados crean sus empresas y no las establecen aquí, porque el espacio no está preparado para ello. “Con el clúster queremos conectar mejor esta capacidad de la universidad y sus estudiantes con oportunidades locales que ofrezcan empleo y desarrollo”. En ese sentido, ya se proyecta un edificio de investigación diseñado para impulsar esta mancuerna en materia de Nanotecnología.

 

3. Mejora del entorno

La institución se aloja en un espacio de Monterrey “que todos compartimos”, señala Torre Medina-Mora. “Desafortunadamente, no sabemos bien cómo gestionarla, mejorarla y mantenerla”. Este eje pretende cambiar esto al trabajar con autoridades y vecinos para hacer de DistritoTec ejemplo espacios públicos, sustentabilidad y convivencia. 

Entre los proyectos que corresponden a este apartado destacan la ya completa formación del Consejo de Vecinos DistritoTec, el Programa de Arte Público que está transformando las áreas comunes, un Programa de Reforestación para hacer más ‘verde’ el lugar, y la nueva ‘Rotonda’ Garza Sada que muestra con su rehabilitación cómo las calles pueden ser ‘completas’.

 

Reportaje publicado  originalmente en la revista TecReview

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