La labor de un ingeniero mexicano egresado del Tec de Monterrey con 2 ventiladores contra el COVID-19 fue destacado por el MIT, donde estudia una maestría.
Erwin Franz formó parte de los equipos de desarrollo de estos ventiladores en Philips Respironics, empresa en la que actualmente trabaja, hecho resaltado en el portal de noticias del MIT.
Franz, ingeniero en Mecatrónica y Maestría en Administración por el Tec de Monterrey, estudia la Maestría en Diseño de Sistemas en la universidad ubicada en Cambridge, Massachusetts.
“Veo esta distinción como un honor y una buena oportunidad para inspirar a otros ingenieros mexicanos a que se animen a usar su talento para contribuir a resolver la crisis provocada por el coronavirus.
“Considero que estamos todos en el mismo equipo sin importar la nacionalidad o de dónde hayamos egresado”, opinó el mexicano de 37 años.
AYUDA A DESARROLLAR EL “FERRARI” DE LOS VENTILADORES
Desde antes de la pandemia el ingeniero formó parte de equipos en Philips Respironics que desarrollaron ventiladores médicos, que ahora sirven para hacer frente a la enfermedad en Estados Unidos.
“He participado en dos dispositivos: en uno con el desarrollo de una interfaz para calibrar y facilitar la fabricación de un ventilador de grado hospitalario. Es el ventilador más completo, el equivalente a un 'Ferrari', si hiciéramos una analogía con autos.
“El otro modelo es de nivel portátil, un dispositivo que puedes llevar incluso a tu casa. Cuando ya te dan de alta del hospital y necesitas un ventilador mecánico, ese es el que te llevas”, explicó.
Recientemente trabaja en desarrollar tecnología para aumentar la capacidad de fabricación de estos dispositivos médicos, los cuales considera "herramientas indispensables" para el personal de salud.
Fue hace 5 años cuando Erwin comenzó a trabajar para Philips. Ahí se incorporó al Core Engineering Group, equipo que desarrolla los dispositivos.
“(Ahí) he hecho de todo, hardware, software y cosas mecánicas. Mi fortaleza es el desarrollo de software embebido".
Incluso, desarrolló un pulmón artificial para hacer pruebas simulando el comportamiento de uno real con enfisema pulmonar en algunos prototipos.
"Los equipos en los que he trabajado desarrollan aparatos que están salvando vidas. Eso es muy motivante”, añadió.
UN APASIONADO DE LA TECNOLOGÍA
Desde muy joven Erwin quiso entender cómo funcionaban las cosas, desarrollar una capacidad creativa y enfocarla en algo de utilidad. Así comenzó a interesarse en la ingeniería.
“Quería hacer una máquina o algo que pudiera ser útil y eso lo tuve claro desde la preparatoria. Ya en el Tec encontré el mejor lugar para entrenarme como ingeniero”, platicó.
Justo al terminar su carrera, comenzó a trabajar para la empresa National Instruments, ubicada en Austin, Texas. Ahí se enfocó al área de ventas, pero él quería más.
“Tenía mucha curiosidad por estar en la parte del proyecto con los clientes, no solo venderles el producto. Quería ayudarlos, y en algunas pláticas con mi jefe me dijo: ‘Bueno, ¿por qué mejor no lo haces por tu parte?'”, recordó.
Dos años después, fundó Erlab, su propia empresa. Durante 7 años brindó servicio de automatización y desarrollo tecnológico a organizaciones en toda la República, entre ellas, al Ejército Mexicano.
“Eso me dio mucha experiencia. Tuve ventajas por haber tenido exposición con clientes de la industria médica y eso fue lo que me llevó a tener trabajo desarrollando equipos médicos”, consideró el estudiante del MIT.
En un futuro, Erwin espera retomar su proyecto empresarial, ahora enfocado en el desarrollo de dispositivos médicos y así aprovechar toda la experiencia que está adquiriendo.
EL DEPORTE RÁFAGA FUE SU PUERTA A LA INGENIERÍA
Todos los días al regresar de la secundaria hacia su casa, Erwin Franz pasaba frente al gimnasio de basquetbol del Tec campus Estado de México. Eso lo motivó para convertirse en deportista y poder estudiar ahí una ingeniería.
Su habilidad para jugar basquetbol lo llevó a obtener una beca al talento atlético para estudiar preparatoria, profesional y posgrado en el Tec.
Como deportista destacó al conseguir 3 títulos nacionales de la CONADEIP en categorías juveniles, con él como capitán en 1999, 2000 y 2001, en los que jugó como ala pivot.
“Mi vida se conectó al Tec por el basquetbol; soy orgullosamente EXATEC, porque soy el producto de lo que son los programas extra académicos del Tec de Monterrey.
“El Tec me ayudó a estar en contacto con personas brillantes. Me dio la visión de estar comprometidos con el entorno, de tener una perspectiva diferente como profesionista y la confianza intelectual para emprender”, concluyó.
"Soy orgullosamente EXATEC, porque soy el producto de lo que son los programas extra académicos del Tec de Monterrey".
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