México es un país reconocido por su gran riqueza en biodiversidad; en cuanto a manglares se refiere, ocupamos el 4° lugar entre los 125 países y territorios que poseen este tipo de humedal, donde habitan múltiples especies que forman parte del patrimonio biológico nacional.
Acorde con Mariajulia Martínez, especialista en Ciencias del Desarrollo Sostenible del Tecnológico de Monterrey, “los manglares están formados por ecosistemas tropicales o subtropicales que proveen diversos servicios ambientales en beneficio del ser humano”.
Lo anterior se debe a que estos funcionan como barreras naturales que detienen la erosión, brindan protección y regulación de inundaciones en las localidades costeras, también ayudan a recargar los acuíferos, regulan la calidad del agua y la captación de carbono. Además, estas zonas albergan una gran cantidad de flora y fauna.
José Antonio Benjamín Ordoñez, Biólogo del Tec de Monterrey explica que las raíces de los mangles son el hábitat adecuado para especies marinas como caracoles, ostras, erizos, esponjas, jaibas, camarones y langostinos; mientras que la compleja estructura vertical de los manglares es utilizada para descanso y anidación de diversas especies de aves como la garza azul, la roja y gris, el bobo café, el cormorán y para especies en peligro como la aguililla negra, el gavilán caracolero, cocodrilos de río, iguanas, jaguares, entre muchas otras.
En materia social y económica es importante destacar que los manglares reducen la vulnerabilidad de las comunidades costeras al mitigar los impactos de los huracanes ya que reducen la velocidad de los vientos y la cantidad de agua que poseen, haciendo que éstos sean menos devastadores y puedan desintegrarse o perder fuerza antes de llegar a las poblaciones”.
Sin embargo, estos entornos enfrentan actualmente diversas afectaciones como la deforestación, causada principalmente por el crecimiento de la actividad turística en las zonas costeras, le siguen las actividades agrícola-pecuarias y el desarrollo de infraestructura hidráulica, lo cual se vincula con la generación de una mayor cantidad de desechos sólidos urbanos, contaminantes industriales, pesticidas y fertilizantes agrícolas, derrames de petróleo, entre otros.
"Es importante tomar medidas legales, económicas y educativas para la protección de dichos ecosistemas. En materia legal, refiere que se debe aplicar de forma correcta la normativa referente a la protección de estas zonas, en cuestiones educativas y culturales, es fundamental difundir la importancia del manglar y el gran papel que tiene en la reducción del impacto generado por el cambio climático.
"Es preciso fomentar los incentivos económicos para la conservación de las superficies de manglar que existen en nuestro país, así como para incrementar la superficie nacional", agregó la maestra Mariajulia.
Adicional a lo anterior, el doctor José Antonio añade que es de vital importancia realizar tareas en pro de la conservación y restauración de las áreas perturbadas para reducir los impactos negativos causados hasta el momento; además de, establecer un plan de distribución de los espacios turísticos para poder convivir en armonía con dichas áreas naturales.
Para concluir, los especialistas comentan que es necesario reforzar el Sistema de Monitoreo de los Manglares de México (SMMM) para tener datos actualizados y así establecer mejores políticas públicas enfocadas a la protección y preservación del manglar en México.