En la producción participaron 70 artistas pertenecientes a estudios independientes de animación, entre ellos Virus Mecánico
Adrián Trujeque y Rodrigo Martínez, profesores EXATEC de Animación del campus Querétaro participaron en la película galardonada con el Premio Ariel al Mejor Largometraje de Animación: Home is Somewhere Else.
En esta 65° ceremonia de premios, la película también hizo historia al ser la primera película en México con doble nominación: documental y animación.
“Esto le da un carácter de seriedad a la animación en México. Contar una historia así de importante le da una importancia distinta a la técnica”, declaró Rodrigo.
Virus Mecánico, el estudio independiente donde trabajan los EXATEC, participó en la producción del largometraje animado ganador junto con otros cuatro estudios.
Los desafíos dentro de la producción
El proyecto fue encabezado por el estudio Brinca Taller, mientras que los demás estudios se encargaron de contar cada historia con un estilo de animación diferente.
El filme relata la historia de tres familias que viven el sentimiento y actuar de jóvenes indocumentados en Estados Unidos, quienes muestran el temor a la deportación y separación familiar, a raíz de la política migratoria del ahora expresidente Donald Trump.
A Virus Mecánico se les asignó la historia intermedia, la cual habla sobre las dos hermanas Evelyn y Elizabeth, pero la primera es la única que cuenta con la ciudadanía estadounidense de su familia, situación que provoca confusión y dolor al crecer.
Tomaron como referencia la pintura tradicional de la artista mexicana Aura Moreno; siendo uno de sus retos traducir su estilo artístico a la animación.
“Tuve que adaptarme para traducir trazos de pincel y colores para verse como una textura de papel”, comentó Adrián.
Los profesores hablaron igual del reto que implica crear un documental animado, habiendo fricción en lo que representan estas dos categorías.
Como artista de storyboard, Rodrigo está acostumbrado a que la animación tenga un guión fijo, pero un documental es una historia que se va encontrando conforme se desarrollan las entrevistas.
Ante la necesidad de apegarse a la realidad, tuvieron que tomar referencias del pueblo, del lugar que vivían en Estados Unidos, de las cosas de su cuarto y de cómo son ellas.
“Sin descuidar la no ficción de un documental, empleamos la animación para enfatizar escenas más oníricas”, aclaró Adrián.
“Aprovechamos las virtudes de ambos géneros cinematográficos para visibilizar estas historias de familias reales”, agregó Rodrigo.
A todo esto, también hay que agregar que tuvieron que dedicar los 8 meses de producción estando en pandemia; por lo que la comunicación con los directores se volvía más compleja.
“Es complicado no estar en un mismo lugar. Se dificulta entre el equipo poder llegar a un mismo punto”, expresó Adrián.
A pesar de la incertidumbre de trabajar en un proyecto independiente, los profesores reconocen el valor de su equipo por atreverse a trabajar en un largometraje con sus pocos recursos y en condiciones de pandemia.
“Haberse atrevido a eso, ya es un logro en sí”, agregó Rodrigo.
Abriendo el panorama de la animación en México
Los profesores sienten que con la producción de este documental animado están cambiando el paradigma de que la animación solo tiene una función para entretener.
La animación ha permitido que la audiencia sea más receptiva a las historias de estas familias migrantes. Se borra la barrera de que un documental habla sobre una persona ajena a ti.
“La animación tiene la magia de que las personas se sientan identificadas”, exclamó el profesor Rodrigo.
“Esto le da un carácter de seriedad a la animación en México. Contar una historia así de importante le da una importancia distinta a la técnica”.- Rodrigo Martínez
Cabe destacar que en la producción participaron 70 artistas pertenecientes a estudios independientes de animación, abriendo así el panorama para quienes se quieren dedicar a la animación en México.
Los EXATEC en Arte Digital recomiendan a futuros animadores a que no se queden quietos, que se atrevan a producir cosas y que se las muestren al mundo.
“Como artistas es muy difícil reemplazar nuestra voz. Si uno quiere que esa voz se escuche, hay que empezar a gritar”, expresó Adrián.
Así mismo, recalcan que la importancia de aprender de todos los tropiezos y tener claro el concepto de éxito es clave para esta industria.
“El éxito no tiene que ver con la cantidad de premios ni visualizaciones, sino en la satisfacción que tiene nuestro trabajo”, destacó Rodrigo.
Sobre la animación de Virus Mecánico
Virus Mecánico lleva 8 años de haberse formado y tiene base en la ciudad de Querétaro.
El equipo se conoció en la carrera de animación del Tec campus Querétaro. Además de Rodrigo y Adrián, lo integran los EXATEC Diego Acevedo, Sara Páramo y Paulina Gutiérrez.
Empezaron trabajando como un estudio que hacía maquila de productos publicitarios y diseños, pero siempre tuvieron la visión de generar su propio contenido.
A lo largo del camino fueron aprendiendo sobre el proceso de producción de una animación, generar calendarios, manejar presupuestos y colaborar con más personas.
“El espíritu de Virus Mecánico es imponernos retos y hacerlo con los medios que contamos”, afirmó Rodrigo.
Empezaron a trabajar con producciones pequeñas y cada vez se hacían más grandes y recibían más reconocimientos.
Atrapaluz fue su ópera prima; mientras que Emme y sus días mutantes es su más reciente producción, la cual fue selección oficial en el Pixelatl 2023 y en demás festivales nacionales e internacionales.
A pesar de todos los baches en el camino, igual han pasado por muchas satisfacciones y se sienten orgullosos de su labor.
“Si hace 8 años alguien nos hubiera dicho que ganaremos un Ariel, no lo hubiéramos creído”, concluyó Adrián.
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