Habitar en una casa hecha cien por ciento de plástico ahora es posible gracias al emprendimiento del ingeniero mexicano Ramón Espinosa Solís, impulsado por el EXATEC Ricardo Montemayor López.
Polímeros de Saltillo es el nombre de su empresa dedicada a la fabricación de productos a base de una mezcla de polímeros.
De esta manera es posible obtener placas para construir viviendas funcionales con una mayor durabilidad y a un costo de producción menor que el de una casa convencional.
De acuerdo con sus fundadores, este proyecto tiene el objetivo de “ofrecer una vivienda digna y ayudar a la reducción del plástico que contamina al medio ambiente”.
Todo hecho de plástico
Desde el 2010, Ramón comenzó a trabajar en la creación de un material con el que pudiera edificar casas, a partir de un componente reciclado.
“La tendencia se inclinaba hacia el aumento de producción de plástico y nos dimos cuenta de que hacía falta que éste tuviera un destino apropiado”, explicó.
Con ello buscaba evitar la sobre explotación de otros recursos que se utilizan en la industria de la construcción.
Para Ramón y Ricardo, esta iniciativa brinda una solución inmediata a la generación de residuos en la ciudad, el campo y en el sector industrial.
“Convertimos el plástico en algo primordial para ayudar a la gente y al medio ambiente”.
Para obtener dicho material, someten el plástico recolectado a un proceso de trituración por medio de molinos, para luego aplicar calor y posteriormente forzar su enfriamiento y prensar hasta obtener una placa.
“Nuestro proceso nos permite manejar diferentes polímeros con diferente fluidez. Hacemos mezclas para estandarizar la calidad del producto final”, señalaron.
Hogar dulce hogar
A través de su proceso de fabricación, Ramón y Ricardo se aseguran de que los plásticos que utilizan no contengan ningún tipo de elementos dañinos para la salud.
Además, afirmaron que la construcción con este material da pie a varios beneficios en comparación con otro tipo de viviendas.
“Estas casas tienen mayor durabilidad y requieren menos mantenimiento, además de que tienen propiedades térmicas y acústicas”, explicaron.
De acuerdo con Ramón, su costo de construcción se reduce hasta en un 30 por ciento que el de las casas convencionales.
“Ahorras energía por sus propiedades térmicas, no requiere ningún tipo de recubrimiento y la pintura se adhiere con facilidad”, añadió.
Mientras que ejecutar una obra regular puede tardar hasta seis meses en promedio, hacerlo con el material de Polímeros de Saltillo se reduce a siete u ocho semanas.
“La cimentación es más ligera y tiene la capacidad de absorción de sismos; en pocas palabras, se vive en condiciones impecables”, aseguraron.
"Convertimos el plástico en algo primordial para ayudar a la gente y al medio ambiente", comentó Ramón.
El proyecto que comenzó en Guadalajara, Jalisco ahora tiene lugar en Saltillo, Coahuila, gracias a su ubicación geográfica estratégica por la cercanía con ciudades como Monterrey y la frontera con Estados Unidos.
“En estos tiempos es más común que las personas conozcan sobre el medio ambiente y la importancia que toma un proyecto como este”, finalizaron.
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