“Las erupciones volcánicas, como muchos fenómenos naturales en la tierra son muestra fehaciente de que estamos en un planeta vivo”, explicó José Manuel Nieto, director regional del Departamento de Ciencias del Tec de Monterrey en Puebla.
La aseveración del catedrático viene a colación tras el aumento de la actividad mostrada por el volcán Popocatépetl que se ubica en el centro del país y que comparten los estados de México, Morelos y Puebla.
El 23 de mayo pasado Don Goyo (como es conocido coloquialmente por los pobladores a su alrededor), expulsó material incandescente y toneladas de ceniza que afectaron las actividades de las poblaciones a su alrededor.
Debido a ese episodio y otros del pasado el profesor Nieto explicó que el planeta Tierra es un sistema dinámico en funcionamiento desde hace 4 mil 500 millones de años.
“Los temblores o terremotos son consecuencia del movimiento de placas tectónicas de una corteza fría y quebrada sobre una superficie líquida, dando origen en ocasiones a los volcanes, que es por donde se libera la presión que ejerce el manto”, aseveró.
El académico destacó que a través de las erupciones los volcanes liberan gases, ceniza y lava con consecuencias positivas y negativas, principalmente para la biodiversidad.
"En la mitología azteca es considerado guardián de la tierra y hogar de la princesa Iztaccíhuatl".
Esto es un volcán
Como producto de las estructuras geológicas de la Tierra y de acuerdo a su comportamiento pueden producirse nacimientos de volcanes, informó el académico del Tec.
“Técnicamente un volcán es una apertura o hueco de la corteza terrestre, producto de la liberación de magma, gases y presión; sin esa presión no hay volcán”.
Para explicar mejor lo anterior el profesor en Ciencias utilizó como ejemplo el nacimiento del volcán Paricutín, ubicado en el estado de Michoacán.
“Surgió en los años cuarentas; el primer día tenía como 30 metros y creció hasta llegar a más de 200. Tras su nacimiento y de acuerdo al comportamiento de la estructura geológica, se prevé el nacimiento de otros volcanes en el mismo lugar”.
Respecto a Don Goyo, Nieto hizo hincapié en sus características:
“Sus 5 mil metros sobre el nivel del mar son impresionantes; por debajo, su estructura es de casi de un kilómetro, es como si fuera un iceberg invertido. Prácticamente existe desde que bajamos de los árboles hace aproximadamente 700 mil años”.
“En la mitología azteca es considerado guardián de la tierra y hogar de la princesa Iztaccíhuatl, cuya figura se ve en la montaña vecina del mismo nombre”.
¿Por qué hace erupción un volcán?
De acuerdo a José Manuel Nieto la erupción de un volcán es producto del re acomodo de placas tectónicas provocado por las vibraciones de la Tierra, lo que da como resultado una actividad sísmica intensa.
El catedrático puntualizó que ese reacomodo por vibración sumada a la liberación de presión generan el nacimiento de un volcán al buscar una salida del magma, gases y presión.
“El movimiento puede provocar las erupciones volcánicas, sobre todo si es un lugar (volcán) que está tapado. Es como una olla de presión sin una válvula de escape. La ventaja que nos da el Popo es que no está tapado y permite la liberación de la presión”.
Nieto añadió que otra de las variables a tener en cuenta al momento de una erupción es la composición del magma.
“En función de eso también hay diferentes tipos de erupciones, algunas más viscosas por tener mayor cantidad de gases disueltos, lo que dificulta el movimiento. En las menos viscosas fluye más el magma".
Consecuencias de las erupciones volcánicas
Las erupciones traen consecuencias positivas y negativas para el entorno de un volcán.
Una consecuencia negativa radica en el tema de la biodiversidad, por el impacto de las erupciones en los suelos y el agua.
Nieto compartió que la ceniza volcánica y otros materiales emitidos por los volcanes pueden contaminar los cuerpos de agua cercanos y alterar su pH y nutrientes, lo que afecta a las especies acuáticas.
Asimismo se puede ver afectada la fertilidad del suelo, disminuyendo la capacidad de crecimiento de las plantas y la biodiversidad que depende de ellas.
“Desde el punto de vista del ser humano es difícil, una erupción en grandes proporciones puede cubrir las poblaciones completamente”.
“De forma colateral debe haber un plan de sustracción de animales y personas”.
En cuanto a las consecuencias positivas el académico dijo que los volcanes en su actividad generan aguas térmicas, las que con un debido estudio y balance pueden aplicarse a la agricultura.
“En Puebla hay varios balnearios con este tipo de aguas, las que derretidas durante el verano viajan cerca de 50 kilómetros hasta llegar a la capital”.
Usada de forma adecuada este tipo de agua también pude ser usada como energía alterna proveniente de campos geotérmicos. Esto reduce la dependencia a combustibles fósiles y puede ser una alternativa sostenible y limpia para generar energía.
De acuerdo con la plataforma mexico2.com.mx con datos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), existen 4 proyectos en operación de energía geotérmica en México:
- Cerro Prieto, en Baja California.
- Los Azufres, en Michoacán.
- Los Humeros, en Puebla y
- Tres Vírgenes, en Baja California Sur.
“También indirectamente existe un beneficio económico por la fabricación de artesanías con piedra volcánica en zonas arqueológicas aledañas; los artesanos confeccionan piezas como collares, molcajetes y otros utensilios”, señaló Nieto.
"Una erupción en grandes proporciones puede cubrir las poblaciones completamente".
Volcanes activos en México
Gracias a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico y de acuerdo con el Programa Global Smithsoniano de Vulcanología de Estados Unidos, en México se encuentran 36 volcanes que datan del Periodo Holoceno o post glacial.
2 han registrado la mayor actividad en los últimos 40 años: el Volcán de Colima y el Popocatépetl, conocidos como estratovolcanes, por su altura y forma cónica, explicó el profesor del Tec.
1. Popocatépetl
El Popocatépetl, Popo o Don Goyo es el volcán más activo de México. Se reactivó en 1994 y con sus 5 mil 426 metros de altura sobre el nivel del mar, es uno de los volcanes más monitoreados de México y el mundo.
“Lo interesante son sus 7 mil años de edad y ha sido referente desde las culturas mesoamericanas. América fue descubierta después del Mil 500, desde entonces solo han pasado 600 años, por lo que 7 mil años son poco más de 10 veces ese tiempo”.
2. Volcán de Colima
También conocido como Volcán de Fuego, este coloso se encuentra entre los estados de Colima y Jalisco.
Su actividad ha sido frecuente en los últimos años y al igual que el Popo se trata de un estratovolcán con una altura aproximada de 3 mil 820 metros sobre el nivel del mar.
Otros de los volcanes con actividad en ese mismo periodo de tiempo, aunque en menor escala son: el Tacaná (1986), ubicado en la frontera entre México y Guatemala, y el Socorro (1994) ubicado en las Islas Revillagigedo en el Océano Pacífico.
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