Profesor del Tec de Monterrey, habla sobre algunas de las heroínas que fueron parte importante en la lucha por la libertad del país
Por Pablo Ayala | Escuela de Humanidades - 15/09/2020

Pablo Ayala | Opinión | Director de Impacto Social

De una manera peculiar, a lo largo y ancho del país, celebraremos el 210 aniversario de nuestra Independencia.

Extremando los cuidados, pero con el mismo entusiasmo de años anteriores, quien asista al festejo del “día del grito” vitoreará más nombres masculinos, aunque la gestación y desarrollo de la guerra de independencia fue impulsada con el mismo talante heroico por hombres y mujeres.

Si esto es así, ¿por qué, a lo sumo, escucharemos solo los nombres de Josefa Ortiz de Domínguez y el de Leona Vicario?

En honor a la verdad, es importante señalar que el número y papel de la mujer en el movimiento independentista no fue menor.

 

"Las independentistas novohispanas diseñaron los nuevos caminos que habría de seguir la historia de México".

 

Hidalgo, Morelos, Iturbide y Aldama, por ejemplo, siempre estuvieron acompañados por un nutrido grupo de mujeres que fungieron como agentes-correo, espías, asesoras, diseñadoras de logística, mecenas, promotoras clandestinas, tertulianas, campaneras, enfermeras, cocineras, combatientes.

Incluso, algunas fueron amantes de militares de alto rango en las fuerzas realistas, con el fin de sacarles información clave y, de ser posible, cambiarlos de bando.

 

Mujeres históricas

Ninguna de las tareas que les fueron encomendadas y asumidas estuvo libre de peligros extremos, especialmente en lo que se refiere a la serie de consecuencias que debían encarar cuando eran sorprendidas traicionando la autoridad virreinal.

Por ejemplo, Carmen Camacho, quien logró convencer a una gran cantidad de soldados para que se pasaran al bando de los insurgentes, terminó siendo fusilada.

El mismo destino tuvo Rafaela López Aguado quien, incluso, prefirió que enviaran al paredón a uno de sus hijos antes de traicionar al movimiento.

Manuela Niño, “la cohetera”, quien regenteó una casa de citas, logró esconder a muchos insurgentes mientras estos huían de sus perseguidores.

Mariana Rodríguez del Toro fue la orquestadora de un plan para secuestrar a Francisco Xavier Venegas, entonces virrey; tras ser descubierta, antes que delatar a sus compañeros, prefirió pagar su traición con una larga condena tras las rejas.

 

Las mujeres en la independencia de México tuvieron un papel central.

 

Similares riesgos, así como un destino fatal, asumió Gertrudis Bocanegra, quien durante más de un año fue agente-correo en Tacámbaro y Pátzcuaro, Michoacán.

Altagracia Mercado, María Dolores Morán, María Luisa Martínez, María Tomasa Esteves, Ana María García, Brígida Almonte y María Ignacia Rodríguez de Velasco, entre otras muchas más, fueron mujeres valientes que resistieron la tortura y valientemente encararon el fusilamiento movidas por el sueño de tener una patria propia y disfrutar de libertad.

Lo plausible de estas heroínas novohispanas no solo viene dado por la resiliencia y valentía con la que participaron en el movimiento independentista, sino por su tesón para sobreponerse y derrumbar muchas barreras relacionadas con prejuicios de género.

La propiedad, el gobierno y la guerra, eran asuntos exclusivos de y para los hombres.

 

"A 210 años del inicio de su gesta, el sueño de las heroínas novohispanas continúa vigente y más vivo que nunca".

 

En cambio, la mujer debía centrarse en serle fiel a otro destino: la crianza de la prole, los quehaceres de la casa, los compromisos con la iglesia, acompañar y halagar a su hombre; poco más.

Las independentistas novohispanas diseñaron los nuevos caminos que habría de seguir la historia de México, dando su vida para hacer valer su propia independencia y sentar así las bases de nuestra patria.

A 210 años del inicio de su gesta, el sueño de las heroínas novohispanas continúa vigente y más vivo que nunca.

Día tras día, las mujeres de México siguen luchando con todas sus fuerzas, no solo para terminar de construir el país libre, digno, justo y próspero que todos exigimos y anhelamos, sino para que su papel sea, de una vez por todas, reconocido por su única e irremplazable valía.

Por todo esto, en estas fiestas patrias es de justicia decir: ¡Viva la mujer! ¡Vivan las mujeres que nos dieron patria! ¡Vivan las mujeres de México!

 

*El Dr. Pablo Ayala es decano asociado de Formación Ética y Ciudadana de la Escuela de Humanidades y Educación

*Foto: Tríptico de la Independencia de México, Leandro Izaguirre, Siglo XIX, Colección Museo de Historia Mexicana

 

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