El talento de Andrea para tocar el violín la llevó a estudiar Ingeniería en Mecatrónica en el Tec de Monterrey en Torreón
Por Alejandra Norman | Campus Laguna - 31/05/2024 Fotos Jeremy Venegas y Cortesía

“Ya hasta le había perdido el gusto a la música, pero para la hoy alumna del Tec de Monterrey campus Laguna, todo cambió cuando entró a la Asociación Civil DIME (Desarrollo Integral del Menor).

Ahí, Andrea Rosales se reencontró con el violín, instrumento que toca desde que tenía 9 y exactamente 9 años después le dio una beca para arte musical en la universidad en Torreón.

Sin embargo, su camino en la música empezó poco antes, a los 8, cuando su mamá la inscribió a una orquesta para desarrollar su talento como cantante, pero sus oídos se interesaron en el violín.

Así inició su camino por ese instrumento por el que años más tarde la invitaron a DIME, pero cuando entró “estaba en una situación, digamos, crítica de mi vida, en la que estaban pasando muchas cosas a la vez”.

 

La música me ayudó a reencontrarme”.

 

El reencuentro con la música

La orquesta filarmónica DIME, explicó Andrea, tiene como objetivo dar oportunidad a jóvenes de aprender algún instrumento partiendo del desarrollo personal del alumno.

Con esta oportunidad, Andrea empezó a dar clases a niños y niñas; además, ha tenido la oportunidad de participar en diferentes conciertos como I Solisti compuesto por Antonio Vivaldi.

Esas experiencias, la llevaron a retomar su gusto por la música y a investigar más sobre las posibilidades que este talento le podían abrir.

En su búsqueda, encontró sobre las becas para arte musical del Tec “y dije, ‘bueno, el violín es un instrumento que no mucha gente toca’”. Y decidió aplicar.

 

Joven mujer vestida de negro hace música tocando el violín en una orquesta
Andrea se ha presentado con la orquesta filarmónica DIME en diferentes ocasiones. Foto: Cortesía.

 

La música le abre la oportunidad en el Tec

El concierto de cuerdas de Vivaldi fue el que, en palabras de Andrea, le dio la experiencia de “entrar en la zona (en la que) sientes que no hay nadie, solo tú haciendo lo que te gusta”.

Con esa pieza, decidió audicionar y así, se hizo de la Beca al Talento Artístico en el Tec de Monterrey.

“Yo nunca imaginé que iba a estar estudiando en el Tec una Ingeniería Mecatrónica. La música me ayudó a reencontrarme y a liberar estos sentimientos que no sabía cómo expresar”; además, la llevó a obtener un apoyo para su carrera profesional.

 

 

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