Y ahora, ¿qué sigue para las creadoras de Totolines?

Totolines comenzó como un proyecto por parte de las estudiantes de Ingeniería en Industrias Alimentarias, que crearon este producto a base de chapulín, con altos niveles de proteína y fibra, con el objetivo de promover la entomofagia.

“Creamos Totolines, cuando nos dimos cuenta de que la producción de alimentos tiene un fuerte impacto en el medio ambiente, pero a la vez la alimentación es una necesidad básica y sin embargo no está al alcance de todos. Encontramos que los insectos son una excelente fuente de alimento por su efectividad, su composición nutrimental y su bajo impacto ambiental“

contó Andrea respecto a su producto. Previamente, las creadoras de Totolines fueron partícipes en competencias de carácter internacional, como el Global Student Entrepreneur Award (GSEA) y el MassChallenge, ambos de los cuales obtuvieron un sinfín de experiencia en el área de mercadotecnia y finanzas, así como un impulso para exponer lo que ofrecen actualmente y hacer networking con diferentes startups.

Ahora, el enfoque de Totolines está en la producción de este producto. Hasta hoy cuentan con una reciente adquisición de maquinaria, la cual les permitirá optimizar recursos, así como tener un proceso más eficiente y rápido. Además, las alianzas creadas con anterioridad como método estratégico dieron frutos para expandir el mercado en el que ofrecen a estos snacks.

Hasta ahora sus puntos de venta están dirigidos a restaurantes y establecimientos comerciales mientras que su campo de distribución ya es para varias partes del país como Ciudad de México, Querétaro, Guadalajara y Estado de México.

Como parte de su crecimiento, Andrea y Alejandra planean su participación en el Festival de Emprendimiento SXSW (South by Southwest) el cual se lleva a cabo en Austin, Texas. Además, planean una futura aparición en el programa de Shark Tank México, una vez que el negocio se establezca apropiadamente.

Andrea reiteró que, Totolines es uno de varios proyectos que planea instituir, y proyecta un futuro en el que los insectos formen parte de nuestra dieta diaria y no sólo se consideren un snack de consumo ocasional.