Suecia logró sobrepasar mis inexistentes expectativas y enamorarme desde que puse un pie ahí.
Redacción | Campus Querétaro
Samara Villegas Montoya alumna de 8vo semestre de Comunicación y Medios Digitales nos comparté su experiencia internacional y como su viaje en Suecia le dio motivos suficientes para siempre superarse y enfrentar nuevos retos.
Cuando recién entré a la carrera, un candidato a graduar me dijo, que su mejor experiencia durante toda su estancia en el Tec fue su intercambio y la verdad, yo pensé que estaba exagerando y que no era para tanto, hasta que lo viví de primera mano.
"Hace aproximadamente un año, empecé mi aplicación para el intercambio y no tenía idea lo mucho que esa elección significaría para la Samara del futuro." añade Samara
En agosto de 2017 partí para Suecia, sin idea de lo que estaría por vivir, sin embargo, este bello país logró sobrepasar mis inexistentes expectativas y enamorarme desde que puse un pie ahí. En cuanto llegué a la ciudad, supe que estaba en el lugar correcto, a los 5 días ya me sentía como en casa, ya conocía Ikea, la Universidad y ya empezaba a convivir con las personas que se convertirían en mi familia por los próximos 5 meses.
Al ser Jönköping una ciudad de estudiantes internacionales, pude entablar amistad con personas de muchos lugares de todo el mundo y terminé con casas seguras en Egipto, Colombia, Estados Unidos y todo Europa. "y aunque cualquiera pensaría que por lógica haría amigos suecos, la verdad es que esta oportunidad no se me presentó." Así fue como conocí culturas de todo el mundo, que no sólo cambiaron mi forma de pensar, sino también me enseñaron, qué hay más allá de México.
También tuve la oportunidad de viajar a lugares que honestamente nunca había considerado. Cuando uno piensa en irse a Europa, los primeros lugares que le vienen a la mente son Francia, España, Italia, etc. Pero al estar en un país Nórdico pude desplazarme también por el Este y conocer el Palacio donde vivió Anastasia, perderme en las calles de San Petersburgo, caminar por el Copenhague que inspiró los cuentos de Andersen, entrar al Hotel de Hielo en Suecia, conocer los secretos medievales de Tallin y convivir con una familia Sami, escuchar sus historias y darles de comer a sus renos (Si, ahí estaba Rodolfo).
En verdad, esos meses que viví fueron los mejores de toda mi vida y no hay palabras para expresar lo mucho que disfruté, me divertí y aprendí. Creo que es una experiencia que, si puedes tener, te hace crecer de una manera impresionante y es inigualable.
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