Yael Águila | Campus Querétaro
En el marco del Festival Nacional de la Cultura y las Artes, Bernardo Esquinca nos compartió sobre sus primeras experiencias en el mundo literario, todo comenzó cuando él tenía apenas 8 años.
Bernardo, que es originario de Guadalajara, nos comentó que su amor por los libros inició desde que era muy pequeño ya que proviene de una familia de escritores y desde una corta edad tuvo acceso a cientos de libros en su propia casa.
Tal y como mencionó durante su conferencia, sus principales influencias literarias fueron: Amparo Dávila, José Emilio Pacheco, Francisco Tario, Edgar Allan Poe y Ray Bradbury. De los cuales tomó inspiración para escribir sus fantásticas obras que resultan tan entretenidas para el lector.
Esquinca nos platicó sobre como las leyendas nos cuentan una parte de la historia que es verdadera, y a la vez se fusionan con lo fantástico para explicar de dónde venimos. Debido a que México es un país tan enriquecido de cultura y leyendas, encuentra múltiples fuentes de inspiración para sus obras literarias.
“Un misterio resuelto detiene la imaginación, hay que dar ciertos detalles sin revelar todo. La realidad se debe trastocar y que las cosas pierdan su contorno para lograr asustar al lector.” Comentó Bernardo en relación a las técnicas que utiliza para escribir sus libros.
Uno de los propósitos del autor es “asustar al lector desde la comodidad de su casa”, que los libros sean como un refugio en donde si buscamos sentir esta sensación de temor podamos leer un poco y detener si lo deseamos, ya que en el mundo real esto no es posible con las constantes problemáticas como la violencia, mencionó Esquinca.
Bernardo comentó que no es fácil asustar, es por esto que es sumamente importante el uso de elementos como la atmósfera, los detalles, ocultar datos y desactivar el raciocinio de quien lo lee para que se adentre en la historia.
El escritor hizo referencia a H.P. Lovecraft quien decía que el miedo es la emoción humana más antigua que existe. “El miedo se activa en nuestras entrañas como función para alertarnos para sobrevivir.” Dijo Bernardo para responder porqué escribía sobre ese género.
En relación a sus obras, las cuales cuentan con un sello mexicano sumamente marcado, Esquinca nos platicó “Es como si la Ciudad de México me pidiera que cuente su historia al ver sus edificios mientras camino por el centro histórico.”
El autor de obras como “Carne de ataúd”, “Demonia” y “La octava plaga”, concluyó diciendo que el acto creativo es una rebelión y que a veces debemos mirar al lado oscuro para entender la complejidad humana. Además dijo que hay que reconciliarnos con esa parte morbosa que tenemos ya que forma parte de nosotros, y permitir que los huecos de magia nos abran los ojos a un mundo más interesante.