Aunque la eficacia general de la vacuna es de 48.2%, este porcentaje se incrementa significativamente en el contexto de casos con cuadros no leves.
La vacuna alemana CureVac ha demostrado una eficacia de 100% para evitar hospitalización o muerte por contagio de cualquier variante del virus de la COVID-19.
De acuerdo con los resultados obtenidos, el biológico logró 77% de protección contra las formas moderada y grave de la enfermedad, entre los grupos de 18 a 60 años.
Además, se descubrió que la mayoría de las infecciones ocurrieron con variantes y una mínima proporción por la cepa original.
El Dr. Michel Martínez, jefe de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de TecSalud, habló sobre los resultados de la Fase 3 de la vacuna CureVac.
El especialista precisó que, aunque la eficacia general –en el sentido de evitar cualquier forma sintomática– es de 48.2%, este porcentaje se eleva significativamente en el contexto de casos con cuadros no leves.
Agregó que los resultados que compartió el laboratorio demuestran que la efectividad de la vacuna depende del grupo de edad y la región en la que se encuentren los voluntarios.
El 17 de febrero de este año, TecSalud anunció su participación en el protocolo –autorizado por la Comisión Federal de Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris)– de Fase 3 de CureVac, una vacuna de ARN mensajero.
En total, México contribuyó con más del 20% de los 40 mil voluntarios reclutados del total de 15 países.
Llaman a voluntarios a seguir en el estudio
Respecto a los voluntarios mayores de 60 años, TecSalud recomendó acceder a una vacuna en el Plan Nacional de Vacunación.
“La Institución TecSalud ha servido de enlace a niveles municipal, estatal y federal para que estos pacientes pudieran acceder a este programa. Más del 90% de ellos ya ha recibido la primera dosis de una vacuna contra COVID-19 autorizada por Cofepris”, dijo Martínez.
Agregó que, desde que inició el protocolo de investigación de CureVac, la prioridad han sido los voluntarios registrados.
“Desde el primer momento hemos dado seguimiento puntual a cada una de las personas que participaron en él”, dijo.
Sin embargo, también se recomendó a los participantes activos, principalmente del grupo de voluntarios del rango de 18 a 60 años, a seguir en el estudio.
“Anteriormente pensábamos que la vacuna contra COVID-19 podría ser cada dos años, pero tal vez estos datos obtenidos nos obliguen a una vacunación con periodicidad anual”.
Las variantes de la COVID-19
Este estudio se realizó mucho después de las pruebas realizadas por las vacunas de Pfizer o Moderna, también de ARN mensajero, las cuales se hicieron en un contexto de alta circulación de la cepa original de SARS-CoV-2.
“Llama la atención que en nuestro estudio apenas el 3% de los casos consignados como COVID-19 pertenecen a la cepa original; el resto es por variantes”, precisó Martínez.
Entonces, de acuerdo con este experto, si se probara ahora la eficacia de las otras vacunas, probablemente arrojarían cifras de eficacia similares a las de Curevac.
“Se detectaron 29 variantes en total. Es un mundo de variantes, con mayor diversidad en Latinoamérica. En Europa, por ejemplo la variante Alfa, la británica, es la que predomina más”, aclaró Martínez.
Este estudio tiene un gran valor en el sentido de diseño de estrategias para combatir un virus, el SARS-CoV-2, que ha demostrado tener un gran grado de mutación.
Esto se asemeja al caso del virus ya conocido de la influenza, en el cual, debido a sus variaciones, se tiene que actualizar la vacuna cada año.
La eficacia de la vacuna contra la influenza varía año con año. Martínez explicó que los estudios demuestran que oscila entre el 40% y el 90%.
“Anteriormente pensábamos que la vacuna contra COVID-19 podría ser cada dos años, pero tal vez estos datos obtenidos nos obliguen a una vacunación con periodicidad anual”, expresó el jefe de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de TecSalud.
Los efectos de esta situación se palpan en países como Israel, donde la población está vacunada al 100%, pero ya ha comenzado un resurgimiento de casos de Covid-19, debido a la presencia de nuevas variantes no consideradas por la vacuna inicial.
Se espera que en febrero de 2022 terminen los estudios de la eficacia de CureVac, de la cual Martínez concluyó lo siguiente:
“Estamos ante una vacuna que sí puede dar batalla y, sobre todo, en el contexto de variantes”.
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