Feniosky Peña Mora, ingeniero civil que ha sido docente por más de 30 años en diversas universidades, entre ellas, el MIT, fue nombrado decano de la Escuela de Ingeniería y Ciencias (EIC) del Tec de Monterrey.
En su palmarés, Feniosky estuvo a cargo de la reconstrucción de la Plaza Times Square y la academia de entrenamiento de Policía de Queens en Nueva York; consultó para la edificación del tren urbano de Puerto Rico, así como museos, puentes y muchas otras construcciones en el mundo.
También es autor y coautor de más de 230 publicaciones académicas y tiene 7 patentes. Este 2023 se hizo acreedor de la Medalla del Presidente de la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles (ASCE, por sus siglas en inglés), junto con Joe Biden, presidente de Estados Unidos.
Desde el inicio de su gestión como decano, el 1 de julio, Feniosky ha visitado 12 campus para conocer la esencia del Tec y desarrollar proyectos que personalicen sus valores.
"Me encuentro en el proceso de entender la cultura del Tec, de apreciar su historia y logros. Las charlas que he tenido han resaltado valores que también priorizo, como la investigación, innovación, internacionalización, emprendimiento y florecimiento humano".
El estilo de Feniosky en el Tec
En entrevista con CONECTA, Feniosky señala que hasta la fecha su meta principal es aprender.
"La mejor manera de aprender es enseñar, es una manera de profundizar el conocimiento, porque te aseguras de que alguien más entienda lo que tú entiendes".
Esto es algo quiere seguir aplicando en la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tec para ayudar a transmitir sus valores.
"Siempre he tratado de que mis proyectos tengan los valores que queremos representar la sociedad, como la sostenibilidad, la equidad, la resiliencia, y el vivir saludablemente.
"Quiero trabajar en conjunto para definir cuál es el futuro que queremos lograr".
Logros destacados en su carrera
La Medalla del Presidente es uno de los premios más altos otorgados por la ASCE y reconoce los logros y contribuciones de eminentes ingenieros a la profesión, a la sociedad o al público.
La ASCE fue fundada en 1852 y actualmente representa a más de 150 mil ingenieros civiles de 177 países. Es la mayor fuente editorial del mundo en ingeniería civil, y una fuente autorizada en la redacción de planes y normativas públicas.
Feniosky recibirá la medalla junto con el presidente los Estados Unidos durante la convención anual de la Sociedad en octubre de 2023.
El decano de la EIC ha encabezado construcciones importantes, como el Salt Shed, 1/2/5 Garage en Nueva York, que fue sede de la semana de la moda en 2016.
Por otro lado, sus temas de investigación son acerca de tecnología de la información para el diseño y colaborativo de sistemas de ingeniería civil a gran escala.
De acuerdo con Feniosky, su sello distintivo es la personalización de valores, y el hacer sentir a las personas que el espacio o proyecto está hecho para ellos.
"A veces miramos la infraestructura y las edificaciones como la función que ofrecen, pero los veo como la personalización de nuestros valores.
"(Quiero) que la gente sienta que fue hecha para ellos, que conecte con las personas, que celebra nuestra historia, y al mismo tiempo, que nos presente el futuro".
Su curiosidad le abrió la puerta de la academia
Feniosky nació y creció en República Dominicana. Recuerda que desde niño fue muy curioso y le gustaba saber cómo funcionaban las cosas.
A los 7 años construyó su primer puente usando palos de paleta de madera. La construcción conectaba con su gasolinera de juguete y la casa de Barbie de su hermana.
"Fui inquieto, y a diferencia de otros niños de mi edad, mi mamá no tenía que batallar para que yo estudiara".
Esa curiosidad le llevó a estudiar ingeniería civil en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) de Santo Domingo, en República Dominicana.
En su trayectoria académica fue ayudante de profesor en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña; docente en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT); la Universidad de Illinois, y decano en la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.
El reto de desarrollar el pensamiento crítico
Cuando Feniosky tenía 21 años, emigró a Estados Unidos para vivir con su madre, quien vivía allá desde que él tenía 10 años. Uno de sus primeros retos fue aprender inglés.
Su objetivo era dominar el idioma en 9 meses, recuerda. Su día comenzaba a las 6 de mañana y terminaba a las 11 de la noche, tenía diversas clases del idioma, entre ellas, un coro para mejorar su pronunciación.
Los fines de semana se preparaba para aplicar a un posgrado en el MIT.
"Fue una época muy dura porque tenía que pasar diversos exámenes del idioma a tiempo, porque si no, no podía aplicar a la universidad y tenía el tiempo justo".
Pasó con éxito el idioma y ganó una beca como asistente de investigador en el MIT, pero fue cuando comenzó su verdadero reto.
"La mejor manera de aprender es enseñar, es una manera de profundizar el conocimiento porque te aseguras de que alguien más entienda lo que tú entiendes".
El primer semestre de su maestría sufrió de ansiedad, recuerda.
"Llamaba a mi madre todas las noches para guardarme la cena, porque siempre pensaba que me echarían al día siguiente".
Feniosky era excelente aplicando las fórmulas y eso lo había destacado en su país, pero para el profesor al que asistía en investigación, eso no era suficiente.
"Cuando le presentaba un proyecto que funcionaba me preguntaba: '¿Por qué funciona?' Y esa pregunta era aterradora, (ya que) yo no tenía pensamiento crítico, no cuestionaba la fórmula".
Así que comenzó a estudiar diferente: no solo era importante lograr que un proyecto funcionara, sino también conocer por qué funcionaba y cómo lo había formulado.
Con el tiempo cambió su forma de pensar hasta en asuntos tan cotidianos, como pedir un sandwich de jamón y queso.
Entre risas, menciona que en su país, si él pedía ese emparedado, se lo daban y listo, pero en Estados Unidos le preguntaban todo: qué pan quiere, qué queso quiere, qué jamón quiere o si quiere tomate o mantequilla.
"Ahora voy a un restaurante y casi le cambio al chef toda la preparación de los condimentos. Me transformé de una persona que no cuestionaba nada a una que cuestiona todo".
"Me transformé de una persona que no cuestionaba nada a una que cuestiona todo".
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