Valeria Bedolla: venció miedos escribiendo; lleva ya 3 libros a sus 18

Todo comenzó con un obsequio: un diario. Valeria Bedolla tenía 7 años cuando recibió este regalo y desde ahí hasta la fecha no ha parado de escribir.

A los 8 años, Valeria soñaba constantemente pesadillas y su mamá le sugirió escribirlas para superarlas. A sus 15 años, esta joven escritora mexicana publicó su primer libro. 

Ahora, a sus 18, está a punto de lanzar el tercer libro de su trilogía Camino Complejo.

Sin embargo, el camino no ha sido sencillo. De hecho, estuvo a punto de abandonar su primer libro porque creía que nadie iba a leerla o que a nadie le iba a gustar su historia.

Después, cuando por fin lo terminó, se enfrentó al rechazo de muchas editoriales y junto con sus padres emprendió la búsqueda de un espacio para escritores emergentes.

Supera pesadillas... y miedo a que nadie la leyera 

La estudiante de primer semestre de la carrera de Letras Hispánicas en el Tec de Monterrey campus Monterrey recuerda que poner sus pesadillas en papel le ayudaba a perderles el miedo.

"Incluso, llegue a poner en ese documento algunas pesadillas viejas de las que todavía me acordaba. Escribía para desprenderme de ellas, para olvidarlas. Ese primer libro fue una especie de diario de pesadillas".

Este primer texto fue abandonado al mismo tiempo que desaparecieron las pesadillas, pero ejercitó a Valeria en temas de misterio.

A sus 14 años, y en medio de la pandemia, Valeria "se puso seria", como ella dice, al comenzar a teclear en su computadora y escribir sin parar 10 páginas.

"Le dejé la compu a mi mamá con un papel que decía: '¿Qué opinas de esto?'. A mamá le encantó y me animó a seguir".

Cada nuevo capítulo o cualquier avance iba a contárselo a su mamá. Pero un día no hubo más actualizaciones. Valeria estaba librando una batalla mental. 

"Llego un momento en el que no sabía para qué escribía. Pensaba: 'Nadie me va a leer, ¿a quién le puede gustar lo que una niña escriba?'". 

Pero su mamá le animó diciendo: "Ahorita no te preocupes por quién te va a leer. Tú escribe y con que una persona te lea, habrá valido la pena. Hay un montón de gustos y a alguien le tiene que gustar'".

Esas palabras consiguieron animar a Valeria y por fin, terminó su libro Camino Complejo.

Su papá fue el primero en leerlo y fue fundamental porque hizo la labor de editor: revisó cada palabra con mucho cuidado para que no llevara ningún error. 

"Estoy muy interesada en la salud mental y por eso hablo de eso de mis libros, de esa batalla continua que tenemos con nuestra mente".

Encuentra inspiración en maestra y en otra joven escritora

Valeria se había olvidado de los dos libros que había empezado para superar sus pesadillas hasta entrar a la secundaria.

Su vida seguía su curso normal, pero fue en segundo año cuando se presentó en clase de español la maestra Gloria Vega.

Gloria dejaba lecturas diarias y en clase hacía preguntas de compresión. Además, impulsaba a todos a escribir, les daba una hoja en blanco y les pedía que se soltarán.

"Yo era esa alumna que preguntaba si podía usar la parte de otras u otra hoja, me dejaba ir. Solamente sufría cuando me corregía porque lo hacía sobre la misma hoja, ahora agradezco mucho todo eso".

En una ocasión, la maestra invitó a otra de sus alumnas a dar una charla: era de tercero de secundaria y había ganado un concurso nacional de escritura.

"Mis libros intentan dejar en papel la problemática de salud mental para que quien los lea no se sienta solo y sepa que, como Dalila, puede salir adelante".

"Eso fue muy importante para mí porque lo vi muy posible, dije que ella es alumna como yo y ganó ese concurso... entonces yo también puedo hacer algo con lo que escribo".

Después de esto, quedó en el top 3 de un concurso de cuentos en su secundaria.

"Aunque ese premio era pequeño, me dio mucha seguridad, supe que lo que yo escribía le gustaba a los demás".

En palabras de Valeria, la maestra Gloria y esa alumna que ganó un concurso: "Fueron inspiración para iniciar lo mío, un impulso, se prendió de nuevo esa chispa".

¿Cómo publicar un libro y no morir en el intento?

Aunque Valeria creía que lo más difícil había terminado, después de terminar su primer libro, ella y su familia se enfrentarían a la realidad de que no hay lugar para nuevos escritores.

"Buscamos la oportunidad con muchas editoriales, pero las que respondían nos decían que era difícil obtener un lugar cuando eres un escritor emergente".

Pero, una editorial les sugirió publicar de manera independiente a través de Amazon. Esta posibilidad fue nueva para la familia y buscaron cómo podrían lograrlo.

Finalmente, llegaron con la editorial Barker & Jules, una empresa que ayuda a escritores independientes a poder sacar su propio libro.

Ellos ofrecen un servicio donde se encargan de la revisión del original, de la creación de la portada, de los derechos de autor y el ISBN (código internacional único que debe tener un libro).

"Fue un día mágico cuando llegaron los libros impresos a casa. No me lo podía creer. Le llevé uno a mi profesora Gloria y estaba orgullosa. De hecho, di una clase a sus alumnos de eso".

Pero el final del primer libro sugería que había más. Después, comenzó un segundo libro, donde inventó por primera vez a Dalila, y se planteó hacer una trilogía con este personaje. 

"Recuerdo que era la cosa más cliché del mundo, la protagonista era una chica tímida que llegaba a una nueva escuela, conocía al chico popular, se enamoraba de ella y tenía una enemiga".

Incluso, recuerda que antes de lanzar sus libros hizo un dibujo de Dalila, la protagonista. Pero ese avance se perdió entre sus documentos, pero su recuerdo sirvió de inspiración para su primer libro.

El sueño de Valeria es crear una editorial para apoyar a escritores independientes y llevar alguno de sus libros a la pantalla grande.

Inventando a Dalila 

Dalila está inspirada en el segundo libro de la infancia de Valeria y en el dibujo que hizo de este personaje, en el que se imaginó cómo era físicamente y qué le gustaba.

"Muchos creen que mi libro es autobiográfico, pero no. Dalila y yo solo compartimos el gusto por cantar y que nos gusta el color morado. En lo demás somos casi opuestas, ella es muy tímida, tiene malos padres".

Para construir este personaje, Valeria exageró algunas cosas que me le pasaban a ella, por ejemplo, ese susto que le da pedir una pizza por teléfono o pedir un popote en el restaurante. 

El crush de Dalila lo inventó con todas características que se imaginaba que tendría el hombre ideal, para la mejor amiga usó la misma fórmula. 

Un libro para quienes libran una batalla con su mente

La trilogía ha crecido con Valeria: en el primer libro leemos a una escritora de secundaria, en el segundo a una de preparatoria y en el tercero, a una universitaria.

Y ha llegado a presentarse dos veces en la Feria internacional del Libro Monterrey, a través de Escritores Independientes Capítulo Monterrey, con quienes comparte el stand donde se exhiben sus obras.

"Me gusta mucho que mi personaje ha crecido y superado muchas cosas, yo estoy muy interesada en la salud mental y por eso hablo de eso de mis libros, de esa batalla continua que tenemos con nuestra mente".

Dalila pasa por el síndrome de impostor, ansiedad, pánico escénico y muchas otras situaciones que el lector ha vivido de uno u otro modo.

"Mis libros intentan dejar en papel la problemática de salud mental para que quien los lea no se sienta solo y sepa que, como Dalila, puede salir adelante y no cerrarse a buscar ayuda porque el apoyo de amigos y familia es vital".

A futuro, Valeria espera el lanzamiento del tercer libro de su trilogía y ya trabaja en una novela de misterio y planea crear un blog diario en la web.

Su sueño a futuro es crear una editorial para apoyar a escritores independientes y llevar alguno de sus libros a la pantalla grande.

Con la misma inspiración

Desde aquel diario que tuvo de niña, hasta ahora, la rutina de escritura de Valeria es la misma.

"Recuerdo que los fines de semana eran especiales porque tenía más tiempo de escribir. Me iba a mi cuarto o a la sala y era más detallada contando lo que me había pasado".

Actualmente, se organiza para tener esos fines de semana de escritura, aunque ahora, ha añadido la compañía de una bebida especial, café o té, según esté de humor. 

Por ahora, trata de vivir todos los días con la misma inspiración que encontró en aquel diario a los 7 años y busca mantener esa chispa encendida para estar lista cuando llegue el momento de cumplir sus siguientes sueños.

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