El generar soluciones para que la gente tenga alimentos en cantidad y calidad suficiente es lo que ha motivado la investigación de Jorge Welti Chanes por más de 30 años.
El profesor-investigador del Tec de Monterrey ha dedicado parte de su carrera profesional a encontrar nuevos procesos de conservación y mejoramiento de nutrientes en los alimentos.
“Pero también cómo puedo satisfacer necesidades de gente muy particular, que requieren mayores niveles de proteína, mayores niveles de calcio.
“Cómo hacer para que un productor pueda conservar su manzana que no puede sacarla del sitio de producción dentro de tres o cuatro meses sin que se deteriore”, describió.
El doctor Welti ganó el Premio INSIGNIA al Profesor Investigador, dentro del Premio Rómulo Garza 2020, el cual se otorga a investigadores de la institución con una gran trayectoria científica.
Su pasión por la investigación
La carrera académica del doctor Welti comenzó en el Tec -en lo que fue su campus Guaymas, en Sonora- cuando se le invitó a ser profesor de preparatoria, todavía como estudiante de ingeniería bioquímica.
Después de graduarse comenzó a investigar en la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) y estudió el doctorado en la Universidad de Valencia, España, donde pudo colaborar en el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos.
En el 2008 regresó al Tec, en el campus Monterrey, para comenzar una línea de investigación en procesos emergentes.
“Yo diría que desde hace 13 años el Tec de Monterrey es líder, no solo en México y Latinoamérica, sino a nivel mundial, en esta área de ingeniería de procesos emergentes para la transformación y conservación de alimentos.
“Con el apoyo de profesores del Tec y colegas de otros países tenemos un grupo de investigación muy fuerte y reconocido mundialmente”, señaló el decano asociado académico de la Escuela de Ingeniería y Ciencias.
Así, el investigador originario de Puebla, junto a otros profesores y alumnos, comenzaron a realizar proyectos de conservación de alimentos y usos de tecnologías no tradicionales.
Bajo su liderazgo comenzaron a utilizar otros factores, como electricidad, altas presiones, ultrasonido y luz ultravioleta.
Trabajando con nuevas tecnologías, dentro del Tec se fundó la Cátedra Alpura y a través de ésta pudieron crear leche con alto contenido en proteína y calcio.
Además, el primer producto que se comercializó en Estados Unidos basado en altas presiones, un guacamole, tiene como base el trabajo de su grupo.
“Puede estar tres meses en el refrigerador sin que se deteriore”, señaló el doctor Welti, quien es nivel III en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del CONACyT.
Transformar desechos de alimentos en materiales que fueran de utilidad a través de las altas presiones es otra de las líneas de investigación que se ha desarrollado.
“Hemos trabajado de manera importante en cómo recuperar materiales residuales, como la cáscara, el bagazo, material de desecho de hortalizas.
“Y generar ingredientes que tengan propiedades para la industria de los alimentos y la farmacéutica”, explicó.
Investigación que da frutos
Todo este trabajo del doctor Welti ha generado la creación de dos empresas, así como diversas publicaciones y presentaciones en congresos internacionales.
Ha generado relaciones con investigadores en todo el mundo y recibió en Valencia la medalla al mérito por el Congreso Iberoamericano en Ingeniería de Alimentos.
Para él, su mayor logro ha sido poder apoyar en la formación de otros investigadores.
“Yo tengo la suerte de que muchos de mis alumnos son grandes investigadores, y eso significa que logré inculcar en ellos el deseo de crear, de descubrir cosas, de aportar algo al desarrollo del conocimiento”, manifestó.
El recibir el Premio Rómulo Garza es un aliciente para continuar su trabajo y encontrar nuevas soluciones a las necesidades en alimentos de la actualidad.
“Representa un momento de reflexión para decir que lo que se ha hecho ha valido la pena y qué sigue. De tal manera que mi trabajo de investigación no se quede como ejercicio académico”, dijo.
El doctor agradeció a su familia y todos los investigadores con los que ha trabajo y colaborado, como Fernando Manrique, Gustavo Barbosa, Pilar Cano, Olga Martín, Antonio Torres, Osvaldo Campanella, entre otros.
Además, de Cristina Chuck, Samantha Escobedo, la doctora Mariana Morales, Viridiana Tejada y Rebeca García, entre otras investigadoras.
También señaló que el investigar en el Tec ha sido un gran impulso en su trabajo como investigador.
“El tener la oportunidad de hacer investigación es una institución privada es un lujo, un privilegio. Es un acierto del Consejo”, señaló.
El trabajo científico es retador e invitó a los jóvenes a estudiar un posgrado si se quieren dedicar a éste.
“Si uno tiene vocación de servicio ya está el primer paso para ser un investigador, después uno debe tener la mente muy abierta.
“Requiere trabajo, tiempo, dedicación, esfuerzo y el primer gran esfuerzo es que uno se tiene que formar”, concluyó.
El Premio a la Investigación e Innovación Rómulo Garza se otorga de manera anual por el Tec de Monterrey y Xignux, con el fin de reconocer lo mejor en investigación de la institución.
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