Para volver a la actividad laboral presencial y reactivar la economía en Nuevo León se requiere la participación y sensatez por parte del Gobierno, las empresas y sociedad civil.
Aunque pareciera tarea solo de las compañías, de organismos políticos o de la población, la participación entre todos daría un resultado beneficioso en la reactivación económica.
Pero, ¿cómo debería de llevarse a cabo y por cuáles industrias se podría comenzar la reactivación sin poner en riesgo a la población?
El priorizar la reapertura de labores por sectores económicos podría evitar un rebrote del COVID-19 y se puede lograr a través de un buen manejo en los protocolos de seguridad.
El profesor investigador del Departamento de Economía del Tec, José de Jesús Salazar, compartió los sectores que pueden iniciar su reapertura sin que represente algún peligro.
“La parte primaria (el sector rural) como son espacios abiertos donde no hay mucha interacción entre personas ésta no tiene por qué ser detenida”, dijo el economista.
Otro sector que podría iniciar operación es el secundario, que corresponde a la manufactura, ya que puede llevarse a cabo constante sanitización de espacios, dijo el experto.
“Donde haya espacios suficientes entre personas que no impliquen la aglomeración que se puedan estar sanitizando con cierta frecuencia o durante el día”, comentó.
“Son aquellas industrias más intensivas en el uso de equipos de máquinas o automatizadas”.
Para velar por la salud de empleados, el economista sugirió a las empresas brindar transporte a sus trabajadores por el peligro de infección que representa el transporte público.
“En el mundo en grandes centros urbanos hay sistema como el metro y una de los puntos neurálgicos ha sido el poner atención en limpieza y sanitización de unidades durante el día”, recomendó.
Al ser de mayor contacto entre clientes y consumidores, Salazar comentó que por último estaría la reapertura de labores presenciales del sector terciario, es decir de servicios.
“Desgraciadamente es donde más hay trabajadores, mientras se abren esos centros deben implantarse ciertas medidas de apoyo a negocios grandes, medianos y pequeños”, señaló.
“Por lo pronto no son indispensables pero sí le van pegando a la parte del empleo, tendrían que apoyarlos con recursos públicos para que mantengan su negocio”.
La industria de la construcción es un área que no ha detenido labores del todo, y al ser parte del sector secundario y terciario debe de regularse con mayores medidas, indicó el profesor.
“Puede regularse con inspectores viendo en obras y demás que trabajen a un paso más lento, no puedes estar perdiendo a 20 trabajadores en un espacio de 20 metros cuadrados”, indicó el economista.
“Por mucho que se necesiten las mejoras o las reparaciones de un inmueble en la cuarentena tienen que ir a un paso más despacio”.
El miembro del Sistema Nacional de Investigadores dijo que las construcciones debieron dar de alta en el seguro a trabajadores y que después solo algunos de ellos laboren para evitar aglomeraciones.
“Si una obra dio de alta a 20 pues que trabajen ahorita con tres o cuatro y que poco a poco se vayan incorporando los otros para evitar esa aglomeración”, comentó.
EL VALOR DEL APOYO
Un plan paralelo en el que participe el Gobierno con plazos en pagos de impuestos a empresas y la sociedad apoyando asociaciones es lo que se necesita tras la reactivación económica.
“Por parte del Gobierno debería aplazarse el pago de impuestos que hacen las empresas, poner a disposición préstamos a plazos referenciales y pagar una vez que pase la cuarentena”, señaló Salazar.
“Lo que debería de hacer sería un plan más completo en donde haya ciertos apoyos para tolerar este paro”.
Al considerar a la sociedad del Estado como activa y participativa, el economista señaló que la población debe de apoyar con donativos a otros que lo requieran en estos tiempos.
“Vemos que hay gente a nuestro alrededor que se quedan sin empleo y debemos extenderles la mano con donativos directos o préstamos entre nosotros mismos”, dijo.
“Necesitamos apoyar como sociedad, tanto asociaciones civiles como personas, pensar los que conservamos el empleo en cómo apoyar a los se están quedando sin trabajo”.
La participación colectiva a través de asociaciones civiles y particulares juega un papel importante en tiempos de crisis, pues con los donativos se apoya a quienes lo necesitan.
“Se puede apoyar y acompañar para que no se queden sin lo básico, el acompañamiento luego genera cohesión social, que genera cosas buenas a futuro”, señaló el profesor.
“Es un momento muy importante también para que la reactivación económica nos lleve a una reactivación de la cohesión social entre nosotros”.
LOS EFECTOS TRAS LA PANDEMIA
Con la contingencia por el COVID-19 una de las tantas secuelas que ha dejado o dejaría sería el desempleo, señaló profesor investigador del Departamento de Economía del Tec.
“Nos damos cuenta que algunas tiendas cerraron y otras trabajan en horarios cortos y que se han visto obligadas a prescindir sobre todo a personal contratado de manera temporal”, comentó.
“Estas personas van a quedar sin empleo, no todos tienen ahorros para mantenerse en la cuarentena que puede durar varios meses, entonces como sociedad debemos cooperar”.
El profesor estimó la cifra de 80 mil o 90 mil nuevos desempleados en el área metropolitana de Monterrey si la pandemia se llegara a terminar en diciembre.
“Usé el escenario de la crisis del Credit Subprime, en ese entonces en México el PIB cayó poco más del 6 por ciento, pero por entidad federativa los efectos fueron distintos”, explicó.
“En Nuevo León si el desempleo sucediera igual, aunque podría extenderse más tiempo, pero aún si fuera como aquél entonces habría aproximadamente esa cantidad”.
Si la pandemia se extiende a final de año Salazar señaló que quienes tienen empleo y ganan al menos 7 mil 380 pesos, se podría ayudar a los más necesitados si donaran $126 al mes.
“Aquí en Nuevo León hay una sociedad civil impresionante que en otras ocasiones ha demostrado mucha fortaleza, lo que necesita es información”, expresó el economista.
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