Desde el nacimiento se sientan las bases para las relaciones afectivas futuras, esos elementos de apego serán los más significativos para el desarrollo, explicó Lourdes Francke durante la conferencia ‘El apego y sus efectos a lo largo de la vida’.
Sin embargo, en un país como México donde hasta el 2015 había más de 30 mil niños que viven casas hogar, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), socialmente el apego se vuelve un tema relevante.
Si hablamos del apego como el vínculo que consolida las relaciones con las personas, podemos entender que aquellos niños institucionalizados desarrollan un apego desorganizado, señaló la psicóloga y docente del campus Monterrey.
“Los niños que viven en casas hogar o de acogida son niños institucionalizados y para entender sus vínculos afectivos, primero tenemos que conocer el entorno del dónde vienen.
En ellos el apego desorganizado es el que más daño les puede causar ya que puede llegar al maltrato físico y genera una gran inseguridad”, afirmó.
‘El apego y sus efectos a lo largo de la vida’ se llevó a cabo el pasado 28 de septiembre en el marco de la Semana de la niñez institucionalizada, iniciativa del grupo estudiantil Amando Cada Día.
Su objetivo se basa en realizar actividades enfocadas en temas de espiritualidad e inteligencia emocional con niños de casas hogares.
“Para estos niños es difícil desarrollar estos lazos de apego y afecto, por las condiciones tan difíciles que han llegado a vivir.
Conlleva mucha paciencia, dedicación y responsabilidad convivir con estos niños porque tienes que estar consciente que te vas a convertir en una figura importante para él”, mencionó.
Añadió que además se hace un vínculo especial tanto en el cuidador como en el infante dando paso al vínculo físico.
“El mayor reto con estos niños es cuando llegan a la etapa adolescente porque comienzan con la incertidumbre de qué va a pasar conmigo.
Por ello desde que son pequeños tenemos que hacer énfasis en darles seguridad y ser empáticos con ellos para que puedan volverse personas resilientes”, expresó.
La académica destacó que entre los elementos que pueden ayudar a un niño a expresarse, y compartir experiencias que los marcaron, se encuentran las diferentes vertientes de las artes.
Ejemplo de esto sería la pintura, escritura, música y el teatro por mencionar algunas, estas dinámicas fomentan la comunicación y el entendimiento con estos niños, dijo la especialista.
“La carencia afectiva es difícil de identificar, pero en nuestras manos está el ayudarlos a encontrar sus talentos.
Sí hay opciones para ayudarlos, tenemos que motivarlos para que estudien, para que salgan adelante”, dijo.
SEGURAMENTE QUERRÁS LEER TAMBIÉN: