Pablo Ayala | Opinión | Dirección de Formación Ética y Ciudadana
De cuando en cuando comparto a mis estudiantes un botiquín ciudadano para curar algunas heridas leves, dejadas por los mandatarios de turno.
Hoy toca el turno a López Obrador, quien cada día nos regala momentos de divertimento, desesperación, rabia, asombro y frustración.
Van algunas pistas sobre el momento indicado para recurrir al botiquín ciudadano cura mañaneras.
Si después de abandonar las sábanas enciende la radio, y lo primero que escucha es una palabra dicha a la mitad acompañada de un largo silencio, es el momento justo para acudir al botiquín y ubicar alguno de estos objetos: bolsita de café soluble, tapones para los oídos, cotonetes, oxímetro, palillos de dientes, entre otros.
Si la prédica va comenzando prepárese un café. No se preocupe por el tiempo, porque por cada cinco minutos el Presidente, a lo sumo, dice 15 o 20 palabras. Esta primera acción le evitará regresarse de nuevo a la cama.
Ahora bien, si comenzó a escucharla a la mitad, tampoco pasa nada.
Es cuestión de que tome aire, mantenga la atención durante un minuto y retomará el hilo de todo lo dicho.
Si hay algún invitado indeseable, o es uno de los que estará en la conferencia vespertina, póngase los tapones de oídos; y espere a que concluya su participación.
Si los párpados le traicionan recurra a los palillos de dientes. Lo importante es aguantar despierto hasta la sesión de preguntas y respuestas, porque este es el momento estelar.
En esta sección, AMLO dará muestra de su habilidad para improvisar. Se sacará de la manga datos sorprendentes, hará algún chascarrillo, disparará dardos envenenados, hablará de historia y ciencia ficción.
Esta última es su fuerte. Si usted se emociona de más, no se preocupe, el botiquín contiene un oxímetro.
Aunque no lo crea, la cansina homilía matutina genera varios efectos. Impone la agenda nacional, se vuelve la nota de editorialistas, el tema de las mesas de análisis político y, entre otras cosas, renueva la fe de los fieles y recrudece el odio de sus adversarios.
¿Deja la mañanera algún rédito ciudadano? Por lo regular, ninguno. De esto le hablaré en la próxima entrega.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR LEER: