De acuerdo con Óscar Sampedro, profesor de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tec campus Hidalgo, la necesidad de la ciudadanía de cambiar de voto proviene de una reacción generalmente negativa al gobierno saliente.
“Votar es una garantía de participación independiente y legal que genera esperanza a la situación del estado”, comenta Sampedro.
Sin embargo, según el profesor, no se trata de un acarreo hacia las propuestas de los partidos políticos, sino de que las personas coloquen sus demandas en la agenda pública y los partidos atiendan las opiniones de todas y todos los ciudadanos.
En su opinión, la alternancia o cambio de partidos en el gobierno es un indicador clave de democracia pero no es suficiente, “se requiere de un régimen híbrido y autónomo que considere los derechos humanos y elimine las formas de trabajo verticales”, precisa Sampedro.
Los partidos políticos frente al pueblo
Sampedro plantea que los partidos han sido referente de los cambios trascendentales en el país, ya que tienen estructuras diferentes de acuerdo a su existencia.
En una democracia funcional, buscan consolidar el ejercicio del voto a través de la representación de los intereses de la ciudadanía, con palabras de Óscar.
Por lo que, si un partido propone un proyecto que representa a la mayoría de la ciudadanía, y este no cumple con las demandas, es normal que exista una alternancia por voto de castigo, según el profesor.
El experto añade que alternar el voto para cambiar al partido gobernante, no es una garantía de un cambio favorable por lo que es importante evitar decidir solo por llevar la contraria al partido saliente.
Las personalidades de los políticos son difíciles de separar pero, desde el punto de vista del catedrático, todo partido requiere liderazgo que genere sentido de pertenencia .
De este modo, la alineación paralela entre el partido y la figura que lo representa hace congruente la toma de decisiones en la ciudadanía, declara.
La alternancia política en Hidalgo
Hidalgo ha sido uno de los pocos estados que no había tenido una alternancia política desde hace más de 90 años, según la tesis realizada por el profesor.
Su investigación declara que la visión del estado obedecía a las prácticas de miembros de los partidos de oposición tradicional que estaban alineadas al gobernador en turno.
"Votar es una garantía de participación independiente y legal que genera esperanza a la situación del estado".
“Así nacieron las alianzas para continuar con la permanencia del poder, pero a través del tiempo, el apoyo de los candidatos a la gubernatura por personalidades representativas a nivel nacional estimuló el voto colectivo” precisa Óscar.
De acuerdo con el académico, la transición en Hidalgo busca a simple vista equilibrar diversos intereses, por lo que la población generalizada espera un gobierno transversal y dinámico.
El líder político como gobernante
"Ya que los partidos políticos se dirigen a votantes ideales, es indispensable que la población también busque un perfil ideal como líder político", considera Sampedro.
Hay partidos en los que la opinión de sus participantes no se alinea con los acuerdos del grupo, o casos donde el presidente de la dirigencia no coincide con el presidente de la bancada en los poderes legislativos del país, señala.
Contrario a lo anterior, el profesor cita que el partido gobernante en México tiene una figura de alto impacto mediático que ha logrado alinear a sus miembros con un discurso dirigido a un gran sector de la población.
Además, aquella figura tiene la habilidad de compartir mensajes en un lenguaje coloquial, para que la población los entienda, enfatiza el profesor.
El docente señala que esto no garantiza exponer la totalidad del mensaje, como por ejemplo, mencionar el incremento del poder adquisitivo de los jóvenes, no así la alza de la inflación.
Por lo que afirma que el liderazgo de un candidato debería tener transparencia en sus mensajes, apego a la legalidad de los derechos humanos y una amplia visión hacia la igualdad económica y social.
Sostiene que el ciudadano antes de votar debe considerar la preparación académica del candidato y su equipo, conocer la trayectoria política, la agenda de sus propuestas y la planificación de sus estrategias.
"Si bien, las prácticas que se institucionalizaron en otros partidos no se han dejado de implementar, ahora la responsabilidad de la ciudadanía es conocer el nuevo gabinete y observar las conductas de la transición al poder", finaliza Sampedro.
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