15 estudiantes de PrepaTec Santa Anita se unieron para crear un nuevo jardín botánico, con el fin de promover el cuidado de la biodiversidad y proporcionar un espacio dedicado a la investigación.
El jardín cuenta con un espacio de 15 metros cuadrados, en donde se plantaron cerca de 23 especies endémicas de México, que incluyen frutos, plantas florales y vegetación, tales como:
- Hierbabuena
- Citronela
- Romero
- Chile pasilla, morita, ancho y de árbol
- Calabaza trepadora y chilacayote
- Agave azul, entre otras.
El espacio fue construido como parte de las actividades del grupo estudiantil SEMTEC, que busca promover el conocimiento de las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés).
Trabajaron durante un año en el proyecto, pues durante los primeros 6 meses se redactó un protocolo científico y se obtuvieron los permisos necesarios; posteriormente, se construyó desde cero este nuevo espacio botánico.
Esfuerzos que dejan un legado
Eduardo García, asesor del grupo estudiantil y profesor de química de la PrepaTec Santa Anita, señaló que se les pidió elaborar un documento científico donde se identificaran las necesidades de espacio, riego, tipos de plantas y características.
"Toda la planificación se realizó para seleccionar plantas que fueran atractivas para los polinizadores y que fueran endémicas de México. Y todo surgió a partir de la investigación previa realizada por los estudiantes", explicó el profesor.
Asimismo, resaltó que dicho protocolo fue fundamental para dialogar con los directivos y obtener los permisos necesarios.
El presidente de SEMTEC, Daniel Vilchis, mencionó que el grupo se sentía motivado al ver cómo su idea cobraba vida cada que excavaban la tierra y sembraban las semillas.
“Me siento orgulloso; me saca una sonrisa cada vez que lo veo, porque puedo ver materializado todo nuestro esfuerzo”, añadió.
“Hemos dejamos un legado en campus Santa Anita. Espero que mi grupo siga muy fuerte y pueda ampliar el jardín o hasta poner unas banquitas y que mis compañeros se puedan sentar ahí”, comentó.
De las aulas al jardín
“Como grupo, tenemos la intención de darle más formalidad a nuestros proyectos e intentamos aplicar el rigor científico; pero además queremos demostrar que la ciencia puede ser divertida”, comentó Daniel Vilchis.
“Al final logramos un excelente trabajo”, dijo Daniel, quien además precisó que la idea surgió debido al interés de uno de los integrantes de la mesa hacia el ámbito de la botánica.
Por su parte, Eduardo García destacó que académicamente se tiene la intención de incluir este nuevo espacio a las actividades curriculares de las materias de biología y química.
“Como profesores tenemos que llevar a los estudiantes a que conozcan el espacio, a que interactúen con él. Podemos realizar muchas prácticas como la extracción de aceites esenciales o la identificación de la biodiversidad local”, afirmó.
“Me siento feliz de que mis compañeros pueden poner en práctica lo que ven en clase, porque no es lo mismo ver la imagen de una planta en una diapositiva a explorarla, conocerla y tomar una muestra en el jardín”, subrayó Daniel.
Curiosidad para aprender
Finalmente, Eduardo García resaltó la importancia de mantener la curiosidad, ya que la ciencia ofrece la oportunidad de explorar nuestro entorno y adquirir nuevos conocimientos.
"Me emociona pensar que este proyecto puede inspirar a otros grupos estudiantiles a emprender proyectos más grandes y con un impacto significativo en el campus y la comunidad", aseguró Daniel Vilchis.
García afirmó que los estudiantes deben mantener la paciencia en sus proyectos, ya que siempre surgirán obstáculos, problemas que resolver, o situaciones que reorganizar.
Sin embargo, “hay una amplia gama de proyectos con potencial para impactar en la comunidad y brindar oportunidades de aprendizaje", concluyó el profesor.
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