El grupo estudiantil B-Eco del Tec Guadalajara, dedicado a la protección del medio ambiente, colaboró para renovar un parque urbano abandonado
Con nada más que llantas reutilizadas, alumnos del Tec Guadalajara hicieron columpios, torres, mesas, juegos para niños y un recorrido para perros en lo que parecía ser un terreno baldío en un parque urbano de Zapopan, Jalisco.
Estas labores fueron realizadas en específico por quienes son parte de grupo estudiantil B-Eco del campus. El parque, que se encontraba sin iluminación o alambrado, fue completamente renovado.
Situado en la colonia Colinas de la Primavera del mencionado municipio jalisciense, también limpiaron y podaron por completo el parque para darle una nueva vida.
Participaron colaboradores del grupo estudiantil B-Eco, voluntarios de la comunidad Tec y de la asociación de colonos de la zona en cuestión.
“La gente estaba sorprendida de que lo quisiéramos hacer por nuestra cuenta; pensaban que lo hacíamos por una calificación”, comentó Daniela Galván, presidenta de B-Eco.
Segunda vida al parque
El proyecto se llevó a cabo durante todo un semestre y la participación de los estudiantes del Tec surgió gracias a que los miembros de B-Eco estaban en busca de propuestas de concientización sobre el medio ambiente.
La renovación es parte del programa Parque Comando de Zapopan. "Ahora la iniciativa se llama también De Vuelta al Parque, porque le dimos una segunda vida tanto a las llantas que usamos como al parque”, añadió Daniela.
“Un día estábamos en las hamacas del campus y alguien dice: ‘Oigan, ¿y si hacemos columpios de llantas?’. Y ahí comenzó todo”, comentó Daniela.
Con la ayuda de Cercanía Ciudadana de Zapopan encontraron este parque con requerimientos de mantenimiento y consiguieron los permisos necesarios para efectuar modificaciones al área.
Apoyados a su vez por los mentores de las comunidades Tec y de Liderazgo y Formación Estudiantil (LiFE) del campus Guadalajara, armaron un equipo para conseguir llantas reutilizables y pintarlas para organizar la renovación del parque.
Impulsar el sentido de comunidad
“Nos dimos cuenta de que cuando los vecinos se involucran en un proyecto, lo cuidan más”, complementó Iris Ocegueda, vicepresidenta del grupo estudiantil.
Además del impacto ambiental, agregó que al grupo le sorprendió darse cuenta de que los vecinos sí se preocuparían por cuidar el parque si formaban parte del proyecto.
“Así podrían sentir que ellos se esforzaron y lo construyeron, por lo que les interesa mantenerlo vivo”, afirmó Iris.
A lo largo de 2 días trabajaron en la zona, en particular en la limpieza e instalación de las llantas, y posteriormente, se realizó la reinauguración del parque.
“El día de la inauguración se llenó por completo de familias. Se notó inmediatamente el cambio”, recordó la presidenta de B-Eco.
"Al ver el parque terminado, los niños corriendo y perritos jugando, me di cuenta de que podemos hacer más de lo que pensaba".- Daniela Galván.
Antes de la renovación, el parque se encontraba sin iluminación, lo que aportaba en parte a la inseguridad en la zona. Ahora, con flujo de personas todo el día, los niños pueden disfrutar de un espacio para la comunidad, describió Iris.
“Este lugar propició una mayor unidad entre los colonos al tener algo que cuidar y que ellos mismos construyeron”, aseguró Laura Sofía Cárdenas, coordinadora de labor social de B-Eco.
Y resaltó que esta y otras actividades son parte de la vivencia universitaria que permite el hecho de ser parte de los grupos estudiantiles del Tec, en este caso, del campus Guadalajara.
Pequeñas acciones, grandes retribuciones
Para el grupo, expresó Laura, fue impresionante el impacto que tuvieron en la vida de la comunidad, a partir de una actividad que ellos consideraban simple al principio.
“Al poner nuestro granito de arena podemos impactar a la sociedad de manera muy significativa”, concluyó Laura Sofía.
“Queríamos que los niños vieran las posibilidades que le puedes dar, algo como una segunda vida, a una simple llanta”, detalló Iris Ocegueda.
Ahora, el grupo se concentrará en impartir talleres de concientización para la comunidad Tec y buscan expandir sus actividades a primarias de la ciudad. También estarán al pendiente del mantenimiento y cuidado del Parque Comando.
“Para mí fue muy gratificante terminar. Fueron 6 meses de incertidumbre y de gestiones, pero al ver el parque terminado, los niños corriendo y perritos jugando, me di cuenta de que podemos hacer más de lo que pensaba”, finalizó Daniela Galván.
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