Fotografías: Cinthia de la Torre, Animal Karma
Dos alumnas del Tecnológico de Monterrey en Cuernavaca viajaron a la selva amazónica para implementar un proyecto de conservación de la biodiversidad.
Mariam Weston y Gala Ochoa son estudiantes de la Ingeniería en Desarrollo Sustentable que forman parte de un grupo de 5 embajadores de la asociación Animal Karma, quienes viajaron a la comunidad Achuar, en las riberas del río Pastaza, el cual discurre por la frontera de Perú y Ecuador.
En 2018, Mariam tuvo la oportunidad de viajar por primera vez al Amazonas, donde arrancaron el proyecto de monitoreo de la biodiversidad.
"La comunidad Achuar es pieza clave para el resguardo del Amazonas; cuidan la selva y su biodiversidad; son uno de los pueblos indígenas que todavía preserva su cultura y tradiciones" explicó Mariam, también coordinadora de proyectos de Animal Karma.
Este proyecto cuenta con tres ejes: el monitoreo del jaguar en la zona, la educación ecológica de la comunidad y la generación de una economía autosustentable para los achuares.
Para monitorear el jaguar, Animal Karma ha instalado 10 cámaras de fototrampeo en la selva que recaben datos para generar estrategias para su protección y medidas de seguridad en la comunidad.
Con estas cámaras estudian la presencia y ausencia de esta especie en la región de Pastaza y los líderes de la comunidad reciben capacitación para el uso del material y métodos de colocación de las cámaras trampa.
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"Es fundamental proteger al jaguar, ya que al ser una especie sombrilla, mantiene el equilibrio de la cadena alimenticia dentro de la selva", comentó Mariam.
Durante el viaje, los voluntarios, con apoyo de un traductor, impartieron talleres interactivos a niños y adultos de la comunidad para reforzar la importancia de la conservación del jaguar y evitar las posibles represalias a la especie por el conflicto con la ganadería.
"Con los talleres buscamos mostrar que todas las especies están conectadas y que si falta una, nos afecta a todos, en una telaraña de la vida" explicó Gala Ochoa, alumna y tallerista voluntaria.
"A través de juegos, les demostramos que con que una persona haga algo positivo por el medio ambiente, por más pequeño que sea, tiene gran impacto y la realidad comienza a cambiar", añadió.
Además, como parte de los trabajos de la fundación IKIAM para el desarrollo autónomo de la comunidad, Wuachirpas cuenta con una iniciativa de ecoturismo, para fortalecer su Centro de Turismo Comunitario.
En este eje, Animal Karma busca empezar una vía de desarrollo para mejorar las condiciones de vida de la comunidad, a través de una actividad sustentable como es la apicultura.
En el mes de noviembre, visitarán nuevamente la comunidad de Wachirpas junto con la fundación mexicana Maya Bacab, para capacitarlos en la producción sustentable de miel.
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