“La experiencia fue una expresión de amor al prójimo, unión de toda la comunidad y agradecimiento total” fueron las palabras de Jerónimo Moreno y Erick Bravo, estudiantes del Tecnológico de Monterrey en Chiapas.
La primera impresión que tuvieron los jóvenes fue asombro y tristeza ya que mencionan que la mayoría de las casas al estar hechas de adobe con el sismo se derrumbaron y las personas estaban viviendo en carpas y casas hechas a base de lona;
“Me da tristeza ver que a veces no pensamos en los demás; el ingreso de las familias es variable, dependiendo de la cantidad que cultivarán, viviendo una situación económica difícil”, expresó Jerónimo Moreno.
Los principales retos a los que se enfrentaron fueron adaptarse al medio debido a la falta de señal y al clima del lugar ya que era muy caliente durante el día y refrescaba por la noche. Además, el hecho de construir una casa entre 4 personas en dos días era una meta que exigía de esfuerzo y trabajo en equipo.
“Agarrar por primera vez herramientas y construir, no lo había hecho antes”, aseguró Erick Bravo.
Los resultados fueron satisfactorios: “logramos la meta”. Entre ambas comunidades se entregaron 30 casas, 20 en la comunidad de Vista Hermosa y 10 en El Triunfo.
La iniciativa de los jóvenes está muy presente en las actividades de impacto social:
“La mayoría éramos jóvenes y demostrábamos una actitud positiva, proactiva, empática; todos teníamos la garra para ayudar”, mencionaron.
Esta actividad permitió a los estudiantes conocer a nuevas personas y sus diferentes estilos de vida, quienes se complementaron y unieron en la misión de ayudar a los demás.
El principal mensaje que se llevan los alumnos es el de poner al servicio de los demás sus cualidades, conocimientos y tiempo.
“Al ver la cara de felicidad de las personas, simplemente me sentía pleno”, mencionó Jerónimo.
“Me cambió la perspectiva de la vida, me siento muy feliz”, compartió Erick.
La entrega de la casa terminada fue un momento especial al ver los rostros de felicidad de las personas; “la familia con la que convivimos, al finalizar nos entregaron una carta muy emotiva en la que nos expresaban su cariño y gratitud”.
Los jóvenes opinan que realizar este tipo de actividades es importante para fomentar en nosotros el sentido humano, es decir, sensibilizarnos a las necesidades de la sociedad y valorar lo que se tiene, poniéndolo al servicio de los demás; pero además es fundamental para apoyar a las personas necesitadas, siendo una satisfacción única.