Profesor del Tec de Monterrey opina sobre las vacaciones que se tomó Hugo López-Gatell, titular de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, en tiempos de pandemia
Por Pablo Ayala | Formación Ética - 09/01/2021

Pablo Ayala | Opinión | Director de Formación Ética

Aún desconocemos el recuento final de los contagios y muertes que dejó la pandemia el pasado periodo vacacional.

Por el momento, lo único claro es que Hugo López-Gatell seguirá al frente de la Subsecretaría de Promoción y Prevención de la Salud y de la estrategia nacional con la que el gobierno está manejando la pandemia.

Seguramente, gracias al conjunto de competencias y virtudes profesionales del funcionario que, a decir de López Obrador, saltan a la vista.

Dioptrías más, dioptrías menos, “la grandeza profesional” de López-Gatell debería provenir de los hechos que se desprenden por la efectividad de los resultados, y no de los elogios que el Presidente le regala cada vez que mete la pata.

Con más de 130 mil muertos (cifra que debemos ajustar multiplicándola por tres), afirmar que “no hay un funcionario en el mundo con esas características”, me parece una apreciación valoral derivada de un enamoramiento platónico que traduce las pifias y los errores en aciertos.

 

Por la pandemia, las autoridades han recomendado no salir de casa o tomar las precauciones adecuadas en caso de hacerlo.
Por la pandemia, las autoridades han recomendado no salir de casa o tomar las precauciones adecuadas en caso de hacerlo.

 

López-Gatell se ha equivocado dramáticamente, y mucho.

Sus torpezas son tantas (politizar la pandemia, desoír a la OMS, ser el contraejemplo de la prevención, etcétera) que resulta ridículo escudarlo en la mala leche y saña neoliberal.

Son hechura suya, como la torpeza de sostenerlo en el cargo. Ningún dueño de un equipo deportivo respetable sostendría a un director técnico que diera los resultados que hasta hoy ha dado López-Gatell; qué decir de un empresario.

Si esa es la vara con la que Andrés Manuel mide “la grandeza profesional” y lo “extraordinario” de un servidor público, siento decirlo, pero su noción de profesionalismo, además de echar aguas, pone en riesgo al país entero por mantener en posiciones tan sensibles a gente a todas luces inepta.

¿Hasta cuándo el Presidente dejará de defender a Hugo López-Gatell? ¿Hasta que le veamos bailando sin cubrebocas entre los 250 invitados de una boda a la que acudió pura gente precavida?

No dudo que el subsecretario tenga los conocimientos técnicos exigidos por el puesto (¡faltaba más!).

Sin embargo, un profesional de excelencia, uno verdaderamente grande, además de orgullo, reconoce sus errores, siente vergüenza por ellos y sabe retirarse a tiempo para no poner en riesgo la dignidad.

 

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