José Manuel Saiz Álvarez* | Opinión | Profesor investigador de la EGADE Business School
Estamos en un momento histórico. La guerra comercial entre Estados Unidos y China es más que una guerra económica: es una guerra tecnológica cuyo ganador, previsiblemente China, cambiará al mundo.
Lo que está detrás de esta guerra es un cambio de supremacía mundial a favor de China, proceso que comenzó con la llamada Organización de Cooperación de Shanghái el 19 de septiembre de 2003 y cuyos efectos vivimos hoy.
Una organización intergubernamental liderada por China y Rusia, en la que participan India, Pakistán, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán como miembros de pleno derecho.
Bielorrusia, Afganistán y Mongolia como Estados observadores, y Azerbaiyán, Armenia, Camboya, Nepal, Sri Lanka y Turquía como socios de diálogo.
Naciones que integran un 40% de la población mundial y que han acordado un mayor acercamiento cultural, militar y económico entre ellas.
Esta organización intergubernamental ruso-china se complementó en 2016 con el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras, con sede en Beijing, donde participan 97 países y en el que Estados Unidos, Japón y Colombia tienen vetada la entrada.
Por ello, el rechazo de Trump del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica ha fortalecido a China en el comercio mundial, cuyo centro geográfico ha pasado del Atlántico Norte al Océano Pacífico.
A estos 3 factores se une el importante Plan Estratégico de Ciencia y Tecnología puesto en marcha por China en 2006 para finalizar en 2020 caracterizado por la realización de megaproyectos científicos centrados.
Algunos de esos proyectos centrados en nanotecnología, nuevos fármacos, aplicaciones del grafeno como sustituto del acero y el aluminio, y la tecnología 5G liderada por 2 empresas chinas (Huawei y Hisilicon) y 2 europeas (Ericsson y Nokia).
Estados Unidos se está quedando muy atrás en la 5G que cambiará al mundo por el Internet de las Cosas, con una velocidad de conexión 20 veces más rápida que la 4G actual. China ha invertido en esta tecnología 5 veces más y Europa lleva más del doble.
Por ello, el futuro es de China con Rusia y Europa unidos por la nueva Ruta de la Seda, la tecnología 5G y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras, cuyo vicepresidente fundador fue alemán y el actual es escocés.
Desde 2016 Estados Unidos ya no es la primera potencia económica mundial en términos de PIB en PPP (Paridad de Poder de Compra), al haber sido superado por China y de los 10 bancos más grandes del mundo, 5 son chinos.
Por ello, la actual guerra comercial iniciada por Donald Trump es una cortina de humo para tapar que China está tomando la supremacía mundial.
Una política de ascenso pacífico chino (heping jueqi), en la que la cultura y el capitalismo de Estado están teniendo una mayor presencia.
* José Manuel Saiz Álvarez
Profesor investigador de la EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.
Doctorado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid y Doctorado en Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca.
Acreditado en España por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y la Acreditación (ANECA). Miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México.
Es especialista en temas como: emprendimiento, economía de la Unión Europea, geopolítica, relación con programas europeos, Brexit, Cataluña, empresas familiares, economía del medio oriente.
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