A inicios del año 2023, Sebastián Ramírez era un estudiante de PrepaTec como cualquier otro, estando en el programa Multicultural en campus Ciudad de México soñaba con estudiar la carrera de Ingeniería Aeroespacial en el MIT o en alguna Ivy League.
Pero tras una complicación en una cirugía, su vida dio un giro de 180 grados cuando los médicos le anunciaron a él y a sus padres, que había perdido el 50 por ciento de movilidad de su cuerpo.
“Los médicos llamaron a mis padres y dijeron que la cirugía se había complicado, no podía ponerme de pie y perdí la capacidad de hablar.
“Saber que en enero de 2023, había escalado el Pico de Orizaba y 4 meses después no podía ponerme de pie ni caminar, fueron de los aspectos más duros en este proceso”, expresa Sebastián.
Una vida antes y después de la cirugía
El estudiante de último semestre cuenta que nació con hidrocefalia, una afección que afecta al sistema nervioso debido al exceso de líquido cefalorraquídeo en el cerebro, condición que lo ha acompañado durante toda su vida, esta condición lo había llevado a someterse a 3 cirugías previas y creía que esta sería una más.
Rápidamente, se dio cuenta que su vida no volvería a ser la misma, esto lo hizo apoyarse de sus seres queridos y enfrentarse a este nuevo reto de recuperar su motricidad del lado izquierdo de su cuerpo.
“Me hizo darme cuenta de que nada volvería a ser lo mismo, me enoje con los médicos y me preguntaba ‘¿por qué yo?’ Sin embargo, estaba decidido a ganar esta batalla. Con el apoyo de mis seres queridos, empecé a someterme al lento, doloroso y difícil proceso de recuperación física y de lenguaje.
“Tuve que lidiar con las dificultades emocionales también, el no verme como antes o hacer las cosas que me gustaban y él no graduarme con mis amigos fueron de las cosas más difíciles”, comenta el estudiante.
Al principio le costó acostumbrarse a su nueva vida, al ser una persona muy activa le costó aceptar su situación tanto a él como a sus padres, pero decidió esforzarse en sus terapias y hacer cambios en su vida diaria.
“Necesitaba ser el piloto de mi propia vida y trabajar más que nadie, hice cambios en casi todos los aspectos de mi vida y terminaba muy agotado”, expresa.
“Necesitaba ser el piloto de mi propia vida y trabajar más que nadie, hice cambios en casi todos los aspectos de mi vida y terminaba muy agotado”.
Poco a poco Sebastián ha ido recuperando parte del habla así como su motricidad y destaca que este viaje no ha sido fácil, sobre todo, al momento de querer expresarse.
“Cada paso que conseguía me motivaba a esforzarme más, aprendí a celebrar cada pequeño esfuerzo, pero el no poder emitir ningún sonido o palabra, me desesperada.
“El escuchar a los demás y no poder expresarme, me frustraba porque entendía todo lo que sucedía con mi alrededor, pero no podía comunicarme ni verbal ni de manera escrita”.
El sueño de estudiar en el MIT
Frente a toda adversidad, Sebastián está decidido a entrar a alguna de las 8 universidades de la Ivy League, pero especialmente al MIT donde busca cumplir su sueño de estudiar Ingeniería Aeroespacial.
“A pesar de que mi motricidad todavía no está al 100 por ciento, sigo trabajando para cumplir mis objetivos y adaptándome en la escuela”, añade Sebastián Ramírez.
Para alcanzar su meta de estudiar en alguna universidad de Estados Unidos, Sebastián estudió dos materias en Yale University durante el verano, después de enfrentar la pérdida de movilidad y habla. El alumno comparte que en ese momento, aún se encontraba a mitad de su proceso de recuperación motriz y de lenguaje.
“Ese verano fui el único estudiante del campus que entró a Yale, donde estudié Introducción a la Filosofía y Hablar en Público, lo cual representó un doble reto y trabajo. Ya que mi lenguaje estaba al 80 por ciento y tenía que pensar muy bien en cada palabra que iba a decir para saber cómo pronunciarla.
“También fue una experiencia increíble donde conocí a personas de distintas partes del mundo, igual aprendí de varios filósofos como Platón y Sócrates, que no son fáciles de leer, así como técnicas para impactar a las audiencias”, agrega.
Sebastián explica que el haber elegido la materia Hablar en Público fue también un reto personal, en el que quería demostrarse que no hay obstáculos más lo que uno mismo se pone y que, a pesar de las circunstancias, se pueden lograr los objetivos.
Asimismo, comparte que una de sus mayores motivaciones para conseguir entrar a la universidad de sus sueños es su familia, quien ha estado siempre presente y quienes han sido una luz en su camino.
“La vida a menudo nos presenta desafíos inesperados, retos que nos ponen a prueba nuestra fuerza y determinación”.
El alumno de 18 años expresa su deseo por dejar una huella dentro del Tec y que su historia personal motive a otros estudiantes a luchar por sus sueños.
“La vida a menudo nos presenta desafíos inesperados, retos que nos ponen a prueba nuestra fuerza y determinación.
“Mi historia es un testimonio de como la constancia, el coraje y la dedicación pueden superar las adversidades más difíciles, sin importar cuán oscuro sea el camino, siempre hay una luz que son nuestro motor de vida y nos impulsa a seguir”.
Actualmente, Sebastián continúa con las terapias de movilidad y lenguaje, con el propósito de poder retomar dos de sus más grandes pasiones: el fútbol y bailar.
Igualmente comparte que se está preparando para llevar a cabo los exámenes de admisión y poder ser admitido en la escuela de sus sueños.
NO TE VAYAS SIN LEER