Gabriela De la Paz | Opinión | Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno
Los mandatarios de Estados Unidos, México y Canadá terminaron una Cumbre trilateral que intenta profundizar la integración de las cadenas de producción de los tres países, adaptándolas a las necesidades del nuevo milenio.
Si en 1994 la industria automotriz fue la columna vertebral del TLCAN, en 2023 serán los semiconductores los que den un nuevo aire a esta sociedad comercial.
Estados Unidos necesita de Canadá y de México para competir con China y reducir sus vulnerabilidades económicas, por lo que en esta reunión se ha trazado un mapa de ruta para que se produzcan microchips y semiconductores que rivalicen con el país oriental.
Es un tema que a lo mejor no parece tan importante entre tantas noticias generadas por esta Cumbre, sin embargo, las intenciones de los documentos señalan una enorme seriedad y un gran potencial para crear una cadena de suministros, uno de esos puntos en los que todos salen beneficiados de una u otra manera.
El buen ánimo se dio porque hubo una confrontación de los planes energéticos de nuestro Presidente, que según nuestros socios comerciales favorecen las acciones de la Comisión Federal de Electricidad en detrimento de la inversión extranjera y han sido un retroceso para las energías limpias.
Por el momento, ha trascendido que Canadá y Estados Unidos seguirán dialogando con México antes de llevar el caso a los paneles del T-MEC, donde seguramente perderemos.
¿América Latina, región olvidada por EU?
Cada país resalta los asuntos que le interesan y que se incluyen en la agenda para favorecer a públicos locales. En el caso nuestro, AMLO reclamó a Biden que Estados Unidos "se ha olvidado de América Latina".
Imagino que la delegación estadounidense se quedó desconcertada, pues la izquierda latinoamericana lleva décadas pidiendo que Washington deje de intervenir en nuestros asuntos.
Por cierto, el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas que propusieran George Bush padre y Bill Clinton fracasó porque había mucho resentimiento en la región hacia Estados Unidos.
Además, los giros a la izquierda en varios países de Sudamérica abrieron la puerta para que China invirtiera y hoy en día sea un socio comercial importante.
Estados Unidos lo ha dejado hacer. ¿Y ahora AMLO le dice a Biden que debe intervenir en América Latina?
"Dos puntos centrales de la reunión bilateral México-Estados Unidos no forman parte del T-MEC: narcotráfico y migración".
Biden fue contundente al recordarle los montos sin precedentes que esta Administración ha destinado al desarrollo económico y el fortalecimiento de las instituciones de Centroamérica.
Curiosamente, dos puntos centrales de la reunión bilateral México-Estados Unidos no forman parte del T-MEC: narcotráfico y migración. Quien diga que la captura de Ovidio Guzmán no está relacionada con esta visita está equivocado.
La cooperación bilateral en seguridad está en uno de sus momentos más bajos y las calles de Estados Unidos están amenazadas por una peligrosa mezcla de fentanilo mexicano con otras sustancias que cobró más de 40 mil muertes tan sólo en 2019.
"Estados Unidos necesita de Canadá y de México para competir con China".
La facción del Cártel de Sinaloa comandada por Ovidio era especialista en fentanilo. No obstante, la captura de un capo no detiene el flujo de drogas ni augura cooperación bilateral.
El otro tema es la migración. Tan sólo en el año fiscal 2022 la CBP reportó 2 millones de encuentros con inmigrantes indocumentados en la frontera con México, 500 mil más de los reportados en el año 2021.
La situación es insostenible y crea un dolor de cabeza para el Gobierno de Joe Biden. Ya sea que lleguen de Venezuela o de Nicaragua, son un problema para México y para Estados Unidos. Sólo que la solución no es fácil y no es inmediata.
La propuesta de invertir en educación, Estado de derecho y crear empleos en Centroamérica que encabeza Biden es buena, pero eso no detiene a las mafias que trafican con personas.
Ahí es donde ambos Gobiernos tienen que agarrar al toro por los cuernos. Desgraciadamente Palacio Nacional prefiere mirar para otro lado.
Sobre la reunión bilateral México-Canadá, debería ir por buen camino porque no hay temas muy controversiales, más allá de las quejas de los trabajadores mexicanos temporales y el apoyo que deberíamos darle a las energías limpias.
Canadá es un socio crucial al que no siempre se le da la importancia que merece y esto es un gran error de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Ojalá que los acuerdos alcanzados en esta cumbre tengan beneficios para un gran número de personas.
* La autora es profesora del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales del Tec campus Monterrey.
** Este texto fue publicado el 11 de enero del 2023 en los diarios Reforma, El Norte y Mural, y se reproduce con permiso
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