"El ruido me despertó. Era un sonido muy identificable... se trataba de una avalancha".
Así recuerda Erix Asdrúbal Salas Abasolo, empresario originario de Río Grande, Zacatecas, uno de los momentos que pusieron a prueba su ascenso hacia la cima del Monte Everest, el lugar más alto del mundo.
El egresado del Tec de Monterrey y delegado por México en el G20 Young Entrepreneurs Alliance había escrito su sueño en una hoja de Excel hace 10 años, quería escalar los 8 mil 849 metros sobre el nivel del mar de la montaña ubicada entre Nepal y China, en Asia.
Luego de prepararse por años para este momento, el mal clima se encargó de sembrar dudas sobre si podría llegar a cumplir este sueño, a pesar de estar muy cerca de la cima.
“Para mí era muy triste porque mentalmente y físicamente estaba preparado, pero no contaba con que quien tiene la última palabra es la naturaleza".
Avalanchas y mal clima lo ponen a prueba
Estando en el Everest, a más de 6 mil metros de altura, el Ingeniero Industrial y de Sistemas del Tec escuchó un estruendo fuerte, similar al de los truenos que produce una tormenta eléctrica. Era una avalancha.
"Lo primero que hice fue abrir mi casa de campaña y sacar un brazo, qué es lo recomendable. Es muy peligroso quedar envuelto en la casa de campaña”, explicó el zacatecano de 37 años.
Afortunadamente, la avalancha solo causó daños materiales y destruyó algunas casas de campaña en el segundo de los cinco campamentos de su expedición.
Los mismos sherpas, como se les conoce a los guías certificados en el Himalaya, estaban de acuerdo en que no era un año común respecto al clima. Para entonces, Erix Asdrúbal también había experimentado dos ciclones de montaña.
“El clima cambiaba a cada rato y modificaba nuestro plan. No era nada agradable, (ya que) generaba muchísima presión. Los mismos sherpas estaban inquietos. Había una incertidumbre muy incómoda”, platicó.
"Lo primero que hice fue abrir mi casa de campaña y sacar un brazo, qué es lo recomendable. Es muy peligroso quedar envuelto en la casa de campaña”.
La antesala de la cima del mundo
Al año, son pocas las ventanas de buen clima que permiten subir a la cima del Everest, por lo que el mexicano aprovechó la segunda de ellas, que se presentó -de manera retrasada- a principios de junio de este año, tras levantarse algunas restricciones por la pandemia de COVID-19.
Pese a sufrir de dos ciclones, dos avalanchas o haber visto algunos excursionistas regresar sin haber alcanzado la cima, no perdió la esperanza de alcanzar el “techo” del mundo.
Estas avalanchas, el mal clima y problemas de salud han ocasionado muertes de excursionistas que buscan llegar a la cima.
Un día, el clima lo favoreció y por fin pudo avanzar a su objetivo. Estaba a 8 mil metros de altura. Solo unas horas lo separaban de su objetivo.
“Nos faltaban como 850 metros para llegar, pero te tardas para recorrerlos entre 8 y 12 horas. Llevas lo menos posible de peso, unos 6 kilogramos nada más, porque luego de 6 horas se siente como si la carga se duplicara por el cansancio”, recuerda.
La magnífica vista en la cima del mundo
Durante todo un año, el EXATEC se preparó para subir hasta la cima del Everest con un entrenamiento riguroso con el que incrementó su umbral aeróbico.
Y llegó el momento. Tras ponerse su equipo necesario se puso en marcha. Un paso tras otro lo acercaban a su sueño. Su ritmo cardiaco se aceleró al darse cuenta que había llegado. Finalmente, el 8 de junio, a las 5:00 hora de Nepal, Erix Asdrúbal alcanzó la cima.
“Es un momento muy emotivo y de mucha satisfacción. Llorar es parte de ese momento, sentirte agradecido, realizado porque por fin tus ojos están viendo algo que imaginaste solo en tu cabeza”, platica emocionado.
“En ese instante, cuando ya no hay un metro más que subir, te acuerdas de lo más valioso que tienes en la vida, la familia, la gente que te apoyó, amigos que quiero mucho. Piensas en Dios, en la montaña, en todas las cosas en las que te encomendaste".
Permaneció cerca de 25 minutos ahí donde sacó de su mochila una bandera de México que había llevado consigo y una manta con un mensaje a favor de los derechos de los animales.
Su pasión por la naturaleza, el campismo y el cuidado al medio ambiente -algo que proyecta también en sus emprendimientos-, lo llevaron a cumplir ese objetivo y convertirse en uno de los cerca de 50 mexicanos en llegar a la cima.
El sueño escrito en una hoja de Excel
Erix aún recuerda que hace más de 10 años anotaba sus propósitos de año nuevo en una plantilla de Excel. Entre esos propósitos aparecía subir el Monte Everest.
“Cuando hice esa lista eran como sueños guajiros, no tenía ni la más remota idea de qué se necesitaba para subir al Everest, pero ahí estaba en la lista”, recuerda el alpinista.
En 2019, comenzó a hacer realidad ese sueño; contactó a expertos en montañismo de altura, y ese mismo año subió a la cumbre del Nevado de Toluca y el Pico de Orizaba, el más alto de México.
“Subí y bajé muy bien. Me acuerdo de la sensación que fue ver desde arriba la tierra, ver los pueblos cercanos y las nubes debajo. Fue increíble”, recuerda.
Allí, su guía le dijo que tenía el potencial para subir al Everest, pero antes tenía que probarse con otras montañas y así lo hizo.
Un par de meses después conquistó en Argentina la cima del Aconcagua, llamado el “techo” de América por ser la montaña más alta del continente; quiso subir Manaslu pero la pandemia del COVID-19 se lo impidió; finalmente, este año ascendió al Everest.
Un sherpa mexicano para jóvenes emprendedores
Erix Asdrúbal estudió sus primeros dos años de carrera en el Tec campus Zacatecas y terminó su ingeniería en el campus Monterrey, donde participó en grupos estudiantiles; tras graduarse, fue presidente de la Sociedad de EXATEC de Zacatecas.
Ya como empresario, fue miembro de la Coparmex en Zacatecas, donde ocupó el cargo de presidente de la Comisión de Jóvenes Empresarios; actualmente, es delegado y sherpa por México en el G20 Young Entrepreneurs Alliance.
“Estuve en varias reuniones como Australia y Turquía, después de ahí la comisión me nombró sherpa y desde entonces me he desempeñado a favor de nuestros jóvenes empresarios mexicanos, para ayudarlos a elevar su nivel de competitividad y de visión”.
Así como un sherpa del Himalaya ayuda a otros a llegar a la cumbre de las montañas, el EXATEC ve su nombramiento como una analogía que representa a un guía que sirve de apoyo para los emprendedores mexicanos que quieren alcanzar la cima en los negocios.
“Así se les conoce a los que representan a un país en el G20 (sherpa). A mí me toca hablar bien por México, promover y compartir conocimientos, experiencias y promover una red de contactos entre empresarios mexicanos y empresarios del G20”, explica.
El G20 (Grupo de los 20) es un foro de coordinación de políticas macroeconómicas entre las economías más importantes del mundo.
"Estar en la cima del mundo te da satisfacción, alegría, te sientes completo, porque realizaste un proyecto de vida".
Un emprendedor con conciencia sustentable
Cuando era niño, Erix Asdrúbal fue parte de los Scouts, así aprendió a convivir con la naturaleza, disfrutaba de acampar y aprendió a respetar la vida de otros seres vivos como plantas o animales.
“Llevo tiempo en movimientos ambientalistas y de protección animal porque me siento muy identificado".
A lo largo de su carrera como emprendedor y fiel a esa filosofía, ha creado empresas con las que busca promover el cuidado del planeta, por ejemplo; cofundó una inmobiliaria, con la que construyó un fraccionamiento de viviendas ecológicas en Zacatecas.
“También está Productos Sustentables de México, una empresa con la que comercializamos productos sostenibles y amigables con el medio ambiente, que van desde alimento orgánico, hasta jabones biodegradables y paneles solares”, agrega Erix.
El EXATEC, quien también hizo una especialidad en Administración Financiera en el Tec, opina que las empresas y organizaciones deben basar su crecimiento económico también en la responsabilidad socioambiental.
“El Tec me dio una visión internacional, me abrió los ojos para llevar proyectos empresariales sin miedo, me desarrolló las ganas de emprender y habilidades para competir a nivel global. Me sembró la semilla del compromiso que tenemos hacia las comunidades", dijo.
Luego de todo lo que tuvo que pasar para lograr su meta de alcanzar la cima del Everest, Erix Asdrúbal reflexiona sobre lo que consiguió.
“Sí hubo algún momento en el que pensé que no iba cumplir ese sueño (...) Estar en la cima del mundo te da satisfacción, alegría, te sientes completo, porque realizaste un proyecto de vida.
"Lo que ven tus ojos no lo ha visto más que una mínima parte de los seres humanos, te hace sentir especial”, finalizó.
LEE TAMBIÉN: