La historia que Felipe Gastélum contó en el concurso regional de Historias de Tolerancia 2018 logró que obtuviera el tercer lugar. Este relato comienza cuando explica que él pertenece a una familia que practica la religión; viviendo con la creencia que existe Dios o una fuerza superior a todos.
Al crecer y acercarse al mundo de la ciencia, tras una serie de reflexiones se percató que la idea de un ser divino carece de cierto sentido; llegando a la conclusión de que Dios no existe.
"Lo que crea los conflictos no son las diferentes ideas, sino la mala expresión de las mismas y la falta de tolerancia", una de sus frases favoritas.
Al principio empieza compartiendo su idea con el mundo: tenía debates con diferentes personas y constantemente criticaba a quienes creían en Dios. Después, cuenta que también intentó cuestionar las creencias de sus padres. Sin embargo, con ellos pasó algo diferente porque respetaron su opinión, no discutieron con él o insistieron en convertirlo en creyente si no lo hacía feliz.
Este suceso lo marcó hasta provocar un cambio en su actitud con los demás. Empezó a ser más tolerante con las personas y a escuchar los diferentes puntos de vista con todo el respeto del mundo.
“Estaba muy nervioso, sentía que mi historia tenía potencial pero sabía que habrían contrincantes muy duros. Fue una sorpresa que ganara, cuando dijeron mi nombre me sentí muy feliz y aprendí que tengo habilidad para hablar en público”, agregó.
"Historias de Tolerancia" es un concurso regional de la Escuela de Humanidades y Educación que busca recolectar las mejores historias contadas por personas de la comunidad Tec en las que relaten su experiencia individual alrededor del valor de la tolerancia.