Fue en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1959 en Venezuela cuando Mauricio “Pachin” Ibarra López, junto con la selección de básquetbol, obtuvieron la medalla de oro para El Salvador.
Más de 60 años después, su nieto Juan Pablo Ibarra, estudiante del Tec campus Santa Fe, continúa su legado en el deporte al formar parte de la escuadra de la Selección Nacional de El Salvador
El Borrego Tec, de origen salvadoreño y nacido en México, representará a su país en la fase pre clasificatoria para el Caribe de la FIBA Worldcup 2027, junto con la Selección Mayor de Baloncesto.
Esta es la sexta vez que el estudiante es llamado por la Federación Salvadoreña de Básquetbol para formar parte de la escuadra y la cuarta vez jugando con la Selección Mayor.
“Para mí siempre va a ser un orgullo, independientemente de que sea un país más chiquito que México.
“No estoy representando a una pequeña cantidad de personas, sino que estoy representando un país completo”, destacó el seleccionado.
La Copa Mundial de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) se celebra cada 4 años y es un torneo en donde compiten 32 selecciones nacionales de 5 confederaciones continentales por el título mundial.
La próxima edición se celebrará en 2027 en Doha, Qatar.
Un pase de balón intergeneracional
El estudiante de cuarto semestre de Negocios Internacionales (BGB) ha jugado con Borregos Tec desde preparatoria en Santa Fe, sin embargo, su historia con este deporte se extiende mucho más atrás.
Juan Pablo, a pesar de haber nacido en México, siente una conexión profunda con El Salvador.
“Prácticamente lo único que tengo de mexicano, que también estoy orgulloso, es el nacimiento, no tengo ninguna otra persona en mi familia mexicana.
“Mis abuelitos, hermanas, papás, primos, tíos, todos son de El Salvador”, detalló.
Para él jugar baloncesto es una cuestión de tradición familiar y una forma de hacer que su apellido continúe siendo relevante en este deporte.
“Lo empecé a ver como un estilo de vida y algo que de verdad disfrutaba cada momento que entrenaba, jugaba o que lo veía”.
“Mi abuelito es una leyenda del básquetbol salvadoreño, ha obtenido la única medalla de oro de El Salvador en unos Juegos Centroamericanos y el Caribe.
“Mis papás estuvieron en la selección, mis dos hermanas estuvieron en la selección, entonces es algo como ya de tradición”, compartió.
Una de las cosas que más disfruta el estudiante de jugar es fortalecer su relación familiar con cada juego y tener un apoyo incondicional por parte de ellos.
“Amo ver como mi familia disfruta tanto verme desde la tele, como verme desde las gradas, la tribuna o de simplemente poder ver un partido de básquet todos juntos".
El camino a la selección de básquetbol
De acuerdo con Juan Pablo, las oportunidades de jugar en un nivel más avanzado se fueron dando conforme fue reforzando su compromiso con el deporte.
“Creo que el punto en el que decidí que sí que quería seguir con esto fue cuando dejé de ver el básquet como una actividad o como un deporte que hacía para mantenerme en forma.
“Y lo empecé a ver como un estilo de vida y algo que de verdad disfrutaba cada momento que entrenaba, jugaba o que lo veía”, explicó.
A los 15 años recibió su primer llamado para representar a El Salvador en un torno internacional con la Selección Juvenil para el FIBA Centrobasket U17 en San Juan, Puerto Rico.
Posteriormente jugó en el FIBA Centrobasket U17 en Mexicali, México 2021 y debutó con la Selección Mayor en el Costa Rica D1 International Tournament en 2022.
“Siempre va a ser un orgullo seguir los pasos que siguieron otras personas de mi familia de poder defender el nombre de El Salvador en torneos internacionales”, declaró
El año pasado (2023), el estudiante tuvo la oportunidad de jugar con la Selección Mayor en la fase pre clasificatoria de la FIBA Americup 2025 en Nicaragua y en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de El Salvador.
“Estoy muy orgulloso de lo que significa mi apellido y mi nombre en El Salvador y voy a dar lo máximo para dejarlo en alto”.
Borrego y estudiante
Entrar al Equipo Representativo de Básquetbol de Santa Fe fue un giro de 180 grados para el estudiante, pues ser un estudiante y atleta de tiempo completo implicó un reto aún mayor.
“Estaba acostumbrado a llegar a mi casa y ya después me iba a mis dos horas entrenar con el equipo. Normalmente, sólo perdía clases como una vez a la semana o los partidos eran sábados y domingos.
“Ser un estudiante atleta, el tener que entrenar a las 6 de la mañana y bañarte en la escuela para después irte a clases, después estar todo el día en clases e ir al gimnasio o a tirar, nunca lo había vivido de esa manera”, puntualizó.
Ante este reto, el atleta enfatizó en la importancia de mantener un balance y compromiso sano en ambos ámbitos.
“Siempre tiene que haber un balance entre los dos porque son igual de importantes (el deporte y la escuela).
“Al final de cuentas el básquet es lo que te dio la oportunidad, bueno en mi caso fue así, me dieron una beca y tienes que corresponder de los dos lados”, aconsejó.
Finalmente reflexionó acerca de su participación en el partido clasificatorio, en donde El Salvador se enfrentará a Costa Rica, Honduras, Guatemala y Belice.
“Me gustaría que mi participación (en la cancha) se notara un poco más, poder usar todo lo que he aprendido desde la última vez que llegué.
“Estoy muy orgulloso de lo que significa mi apellido y mi nombre en El Salvador y voy a dar lo máximo para dejarlo en alto y seguir con todo para las siguientes generaciones”, concluyó.
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