Andrea González | Campus Saltillo
“El Tecnológico de Monterrey en Saltillo ha echo más fuerte a Jericó y nosotros somos más fuertes por él” afirmó Miguel Muñiz padre de Arturo Jericó.
Jericó Muñiz es un alumno que, a pesar de las adversidades por las que ha pasado ha sabido salir adelante, dejando huella en las personas que conoce por su vibra positiva y su entrega en las actividades que realiza dentro del Tecnológico de Monterrey en Saltillo.
La historia de Arturo comienza cuando participó en el congreso “Selider” donde se eligieron líderes de diferentes secundarias para que demuestren sus habilidades en el ámbito de liderazgo mediante una serie de dinámicas. Arturo fue uno de los seleccionados.
La clausura del congreso se llevó a cabo en Campus Saltillo, donde Jericó por azares del destino escribió su nombre en un papel en el cual se pedía información acerca de la preparatoria, creyendo que esos documentos eran para registrar la asistencia del evento.
“Un error que cometí me llevó a descubrir uno de mis lugares favoritos, el Tec”, comentó Jericó.
Estudiar en el Tec no estaba en las opciones de Jericó. Sería un reto económico, pero gracias a su empeño en su proceso administrativo logró obtener el noventa por ciento de beca en el Tecnológico de Monterrey en Saltillo. “Este acontecimiento lo valoramos [...] la satisfacción ha sido enorme” dijo el padre de Jericó. Los padres del alumno siempre lo alentaron a que asistiera y que se diera la oportunidad de tener la experiencia de ser parte del Tec.
“Mi papá nunca perdió la esperanza de que este sueño podría hacerse realidad” compartió Jericó.
Cuando llegó el momento en el que Arturo conociera las instalaciones del Tec se cuestionó si estaba preparado para lo que seguía. La respuesta la encontró cuando se dio cuenta de la existencia del grupo estudiantil Carneros, el cual le impresionó ya que pudo ver como los jóvenes estaban a cargo de juegos y actividades de liderazgo.
“Solamente pensé, que si ingresé por algo relacionado con carneros, por qué no seguir en algo así, que me ayudara a crecer como persona” añadió Jericó.
Jericó ya estaba inscrito y había iniciado su viaje pero no se quería quedar con los brazos cruzados.
"Tenía que aprovechar cada momento en el Tec, pero por encima de eso, el esfuerzo que mis papás estaban invirtiendo en mi", afirma Jericó.
Dentro del Campus Saltillo dedicó gran parte de su esfuerzo en participar en la mayoría de los eventos y dar su mayor esfuerzo en cualquier actividad en la que se comprometiera a participar. Su dedicación le hizo acreedor al premio “Borrego de Oro” en 2016. “Este premio fue de la mejor satisfacción de nuestras vidas y es que todo el esfuerzo que uno hace como papá se ve reflejado aunque sea en un momento pequeño”, aseveró Juana Mata, mamá de Arturo.
Pero para Jericó el “Borrego de Oro” es un tributo a sus padres; el resultado de todo lo que hicieron para que él pudiera estudiar en el Tecnológico de Monterrey.
El día de la premiación, cuando Jericó escuchó su nombre se levantó de su asiento y antes de pasar al frente dio un abrazo a su padre. De camino a recibir el premio limpió sus lagrimas, pero éstas se negaban a detenerse. Recibió de manos del Director del Campus, Angelberto Guardado, la estatuilla y sonrió para la cámara. Es una imagen que quedó plasmada en video. Jericó la revive y las lagrimas hacen acto de presencia de nuevo.
“Valoramos a nuestro hijo, porque es muy especial y es el primogénito de nuestra familia. Él nos abrió muchas puertas ya que siempre busca el éxito. Es una estrellita que llega a dar luz a la vida de las personas” añadió Juana. Según Jericó, la motivación más grande es el esfuerzo de sus padres para con él, por lo cual se siente muy agradecido.
“Jericó de alguna manera nos hará fuertes a todos simplemente siendo él mismo y haciendo su labor en este mundo con las herramientas que le proporciona una institución tan prestigiosa como lo es el Tec.” finalizó Miguel Muñiz.