Andrea González | Campus Saltillo
Andrea Rodríguez una alumna del Tecnológico de Monterrey en Saltillo que desde pequeña ha estado rodeada de caballos. Su amor a estos animales la ha llevado a competir en distintos lugares pero sobre todo ha establecido con ellos una conexión inigualable.
Uno de los factores más importantes para que Andrea iniciará creando un lazo con los caballos fue su padre. Cuando era pequeña lo que más hacía era convivir con ellos y con el paso del tiempo aprendió a montar y hacer vaulting, que consiste en ejercicios arriba del caballo sin silla, lo cual que requiere un grado de equilibrio, “a mi papá le gustaba ponernos estos ejercicios para desarrollar mejor esa habilidad", comentó Andrea.
Antes de aprender equitación Andrea comenta que sentía miedo ya que ella veía muy difícil y extremo el tener que saltar obstáculos con un caballo, pero después de un tiempo se armo de valor y comenzó su experiencia dentro de esta disciplina.
“A mi papá le gustaba ponernos estos ejercicios para desarrollar mejor esa habilidad" -Andrea
Andrea Rodríguez ha participado en competencias nacionales en lugares como Saltillo, Nuevo León y Querétaro en donde demuestra el trabajo que ha realizado durante un año, por lo que resultó campeona regional y estatal dentro de diversas competencias en Nuevo León durante el 2016.
“Me llevó varios meses estar preparada para una competencia a pesar de que empecé desde muy abajo como por ejemplo barras en el piso, treinta centímetros de altura que en ese entonces eran un reto para mi” añadió Andrea.
Cuando Andrea se dio cuenta que estaba haciendo las cosas bien se mantuvo ahí y la confianza que le tenía a sus habilidades era lo que le hizo que fuera subiendo de nivel.
Gracias a la convivencia que Andrea tenía con los caballos se empezó a dar cuenta de lo especiales que eran para ella. Se enamoraba de cada caballo que ella conocía, se sentía libre al montar un caballo, sentía adrenalina al convivir con un caballo difícil, pero sobre todo se sentía realizada al verse caer y poder volver a levantarse.
“Un caballo interpreta cada cosa que sientes. Si yo estaba insegura, enojada o triste el caballo lo sentía. El subirme a un caballo es especial porque transmites todo, tienes que confiar en él y hacer que confíe en ti porque sigue siendo un ser vivo más y el hecho de que él confíe en ti es lo que te lleva al éxito”, aclaró.
“Montar un caballo es la cosa más especial que he sentido”, añadió Andrea.
Mufasa es el nombre del caballo con el que Andrea ha competido, pero sobre todo ha vivido de las mejores experiencias de su vida. Fue un caballo que le prestaban y que era difícil de montar, pero Andrea logró encontrar la manera correcta y ahora ella afirma que son el binomio perfecto.
Andrea comenta que hubo una época en donde tuvieron problemas con los dueños de Mufasa y estando a semanas del nacional se la llevaron: “Estuve probando caballos y no me encontraba con ninguno fue una sensación horrible”, añade. Después de una semana compraron a Mufasa y se fue al nacional donde ganó el noveno lugar.
Según Andrea existen beneficios al montar un caballo. Ayuda a la concentración ya que es algo que se requiere al estar arriba de el caballo y también se utiliza para dar equinoterapia como una herramienta terapéutica para las personas que tienen alguna discapacidad.
“El montar te aleja de los malos hábitos en los que hoy en día como jóvenes estamos expuestos, y gracias a esto siempre estas en un ambiente sano y agradable”, aseveró Andrea.
“Los caballos significan un apoyo para mi, son un animal fuerte e inteligente y con muchas emociones que hacen que te entienda a la perfección. El convivir con caballos es algo que le recomendaría a cualquier persona”, finalizó Andrea.