Durante la pandemia los estudiantes del Tec de Monterrey campus Puebla convirtieron sus cocinas en laboratorios para crear un filtro de aire, pero desarrollaron un material biodegradable a partir de residuos de piña.
Fue un error en la fórmula original lo que propició el descubrimiento del nuevo material, que asimila al plástico y se degrada en 3 meses.
“Descubrimos el hilo negro de un nuevo bioplástico que no existe en México ni todo Latinoamérica”, aseguró uno de los creadores, Adolfo Vidal en entrevista para CONECTA.
Un problema de raíz… y de hojas también
Los estudiantes relatan que México es el noveno productor mundial de piña, fruto que genera residuos. Muestra de ello es el tallo que no tiene un uso práctico, generando toneladas de desechos de piña al año.
Los estudiantes de Ingeniería en Biotecnología Adolfo Martin Vidal Ruiz, Eduardo Méndez Loranca y Omar Vallejo Medrano encontraron una solución a esa problemática con su proyecto Celal-Mex.
Para prevenir el crecimiento de hierbas que absorben los nutrientes de las piñas, en la agricultura se recubren las hectáreas de cultivo con un plástico similar al de una bolsa de basura negra.
Una vez finalizado el crecimiento, se remueve la capa y se desecha para colocar una en buen estado.
El nuevo material sustituye al plástico convencional y logra agilizar la siembra al reintegrarse en la tierra una vez finalizada la cosecha, de la que se usan los residuos para generar el bioplástico que protegerá los cultivos venideros.
Error de cálculo los lleva a descubrir el bioplástico
En inicio, los estudiantes de campus Puebla arrancaron con su idea como un proyecto escolar, que buscó resolver la problemática de una empresa piñera en Veracruz, que no sabía qué hacer con sus desechos.
Los alumnos de 5to semestre comenta que su experimentación les llevó a pensar inicialmente en un filtro de dióxido de carbono (CO2) para los autos.
“Descubrimos el hilo negro de un nuevo bioplástico que no existe en México ni todo Latinoamérica”.
“La primera vez no nos salió, parecía como gelatina, la segunda vez era como tela mojada… estábamos frustrados” recordó Adolfo sobre los primeros intentos.
Al agregar más cantidad de una sustancia, los estudiantes descubrieron por accidente la formulación que permite dar la elasticidad suficiente para crear un polímero, a partir de las hojas, tallos y corona de la piña.
“Lo puse al sol, y yo pensé que no iba a salir porque se veía un poco líquido, al día siguiente lo despego y parecía una bolsa de plástico”, relató con emoción Adolfo.
Logran segundo lugar en concurso nacional
Después de recibir mentoría por 3 meses en la aceleradora del Tec de Monterrey, empresas agrícolas de otras partes del país se interesaron en el producto que podía dar solución al problema del daño de la tierra, consecuencia del uso de plástico en cultivos.
Con mejoras en el producto, el equipo se convirtió en un fuerte contendiente en la competencia IntraHub que organiza ENACTUS ( impulsora de emprendedores), para calificar al concurso nacional, logrado un segundo lugar tras un empate técnico.
Por el momento los estudiantes de campus Puebla cuentan con dos tratos para producir su producto en maquiladoras mexicanas, una vez finalizada la etapa de pruebas en diciembre de 2021.
Con el objetivo de reducir costos en la producción, el equipo está enfocado en cumplir con las normas para comenzar con su comercialización en 2022.
“Queremos traer la verdadera revolución verde en México” finalizó Adolfo.
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