El videojuego busca enseñar cálculo diferencial a niños con discapacidad cognitiva y motriz a través de una metodología probada en la industria educativa
Un prototipo de videojuego que busca enseñar cálculo integral a niños con discapacidad cognitiva y motriz fue desarrollado por Valeria Salazar, estudiante de Ingeniería Robótica en el Tec campus Puebla.
El objetivo del juego es aumentar las oportunidades laborales para los niños con este tipo de discapacidades, así como también erradicar los prejuicios negativos acerca de su capacidad de aprendizaje.
El proyecto cuenta con un algoritmo personalizado que adapta la dificultad y el tiempo para responder dependiendo el avance de cada usuario, así el juego se vuelve una herramienta que se amolda a las necesidades de cada niño.
La alumna adoptó la metodología Kumon, un programa autodidacta que desarrolla habilidades de aprendizaje a largo plazo. Implementó esta metodología ya que ella misma la ha probado y ha observado resultados positivos.
“Romper el estigma es clave: con constancia, cualquier niño puede avanzar mucho más de lo que las estadísticas dicen", enfatizó Valeria.
El proyecto fue desarrollado durante una Semana Tec, en la que colaboró con la empresa WUUPI, la cual busca que la tecnología sea accesible y adaptable para todas las comunidades. Valeria pudo probar el prototipo con el sobrino del fundador, quien tiene una discapacidad cognitiva.
Así funciona el videojuego
El videojuego enseña un tema diferente en cada nivel, empezando por los temas más fáciles y avanzando hasta los más complejos.
Todo forma parte de una historia que los usuarios deberán ir construyendo. La historia inicia con el personaje principal dentro de una jungla, en la que el jugador deberá ayudar a una familia de monos a contar cuantos son en total.
Los temas son explicados por diferentes personajes, y al completar los niveles se les dan objetos que les sirven para seguir avanzando, así como también se desbloquean más personajes.
La programación ayuda a variar la dificultad del juego. Por ejemplo, se mide el tiempo en el que resuelven los ejercicios y con él se realiza un promedio de la velocidad de resolución.
“El juego se adapta a cada persona, a cada usuario y a cada discapacidad", comentó Valeria.
El juego también muestra frases de motivación a lo largo toda la historia. Esta estrategia busca disminuir la frustración que los niños puedan llegar a sentir, pues las frases hacen énfasis en la importancia del esfuerzo y la constancia por encima de un resultado sin errores.
El proceso de desarrollo del prototipo
El propósito de Valeria es "hacer las matemáticas adictivas”, por lo que se inspiró en sus juegos favoritos: Minecraft y Los Sims.
Todo comenzó en la Semana Tec de Inducción al Servicio Social, donde la alumna trabajó con Esteban Pérez, el fundador de WUUPI. Ella observó áreas de mejora en la manera en que la empresa recopilaba y procesaba datos.
El prototipo fue de agrado de la organización, ya que, al terminar la materia la empresa le ofreció trabajar juntos y hacer su propuesta realidad. La alumna de Ingeniería Robótica se enfocó en el desarrollo, programación y diseño de escenografía, personajes e incluso diálogos desde cero.
Una parte fundamental del proceso fue probar la metodología con el sobrino del fundador a través de piezas de LEGO. Gracias a ello, Valeria se dio cuenta de puntos importantes que no había tomado en cuenta, como el trabajo de la memoria a corto y largo plazo.
Al finalizar la semana, Valeria entregó documentación que detalla el algoritmo y el diseño de los primeros 5 niveles.
La tecnología transforma la discapacidad
El poder combinar matemáticas y algoritmos a favor de una comunidad fue lo más gratificante para Valeria. "Terminas aprendiendo más de ellos, de lo que tú puedes enseñarles", afirmó.
También reflexionó sobre el crecimiento de la tecnología: "La tecnología debe venir de la mano con una mayor accesibilidad; que herramientas como la IA estén disponibles para todos".
La alumna Tec recomienda tomar las materias y los acercamientos con organizaciones Socio Formadoras con seriedad, pues estas interacciones impactan en comunidades que no siempre tienen la visibilidad y recursos que necesitan.
Este proyecto también tuvo impacto en su futuro profesional, ya que descubrió una pasión por los algoritmos y el diseño.
“El juego se adapta a cada persona, a cada usuario y a cada discapacidad".
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