La Biblioteca Cervantina del Tec de Monterrey cuenta con nuevo equipamiento para la conservación de su patrimonio cultural e histórico y cuyo acervo es de consulta pública.
La novela “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” de 1607, una edición de Roger Velpius y que llegó al Tec en el año 1954, es uno de los textos que son custodiados en la Biblioteca Cervantina.
A 67 años de abrir por primera vez la Biblioteca de Colecciones Especiales “Miguel de Cervantes Saavedra”, mejor conocida como Cervantina, se transformó para cumplir con las condiciones óptimas de resguardo y preservación de las colecciones históricas que alberga.
“Estamos evidenciando una evolución (de la Biblioteca Cervantina). Es una combinación de modernidad con preservación. Las mesas que se conservan, ficheros bibliográficos; lo más fácil hubiera sido reemplazarlos por algo más moderno.
“Pero hubo sensibilidad y pensamiento que debe de ser un espacio que nos recuerde nuestro pasado para valorar esa historia que nos ha llevado a donde estamos y debe comprometernos a nuevos aprendizajes”, indicó David Garza, rector y presidente ejecutivo del Tec.
Además del acervo cultural de la biblioteca, ubicada en el edificio de Rectoría del campus Monterrey, nacionalmente existen colecciones patrimoniales en 22 campus del Tec.
La transformación de la Cervantina
Tras la remodelación del edificio de Rectoría en 2019, la Biblioteca Cervantina fue adecuada para mejorar la preservación del acervo constituido por 28 fondos patrimoniales.
Los espacios e instrumentos añadidos dentro del plan de mejora fueron el control de temperatura, humedad, sistemas de alarma y seguridad, y detección y control de incendios.
“Dentro de estas paredes se resguardan verdaderas máquinas del tiempo. Son testigos de quiénes somos y quiénes hemos sido, no solo por su contenido histórico y literario, sino porque su presencia en este lugar nos narra la historia como universidad.
“Esta ocupación de la Biblioteca Cervantina es simbólica. La producción de conocimientos, investigación, divulgación de los saberes reside en el corazón de nuestra institución”, señaló Judith Ruiz, decana nacional de la Escuela de Humanidades y Educación.
La intervención de los espacios de Rectoría y la Biblioteca Cervantina fueron cuidados en conjunto por la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural del Tec y la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Un patrimonio para el mundo
El primer libro de física publicado en América “Physica Specvlatio”, y documentos históricos de Hernán Cortés son algunos materiales que el público puede conocer en las instalaciones de la Biblioteca Cervantina o en el sitio web.
“Se trata de compartir cada vez más, no solo de manera interna, sino con toda la comunidad. En el portal tenemos también exposiciones digitales donde mostramos obras de ámbitos diferentes”, compartió Ana Lucía Macías, directora nacional de Patrimonio Cultural.
"Dentro de estas paredes se resguardan verdaderas máquinas del tiempo".- Judith Ruíz
Con el patrimonio cultural de la Biblioteca Cervantina, agregó Macías, también se promueven diversas vinculaciones académicas internas y externas al Tec de Monterrey.
“Se realizan exposiciones virtuales y físicas que abordan temas de equidad y diversidad, así mismo para salvaguardar el patrimonio cultural se siguen estándares internacionales y nacionales de conservación”, dijo la directiva.
En este espacio se albergan manuscritos, mapas, documentos, piezas arqueológicas, revistas, fotografías, microfilmes y periódicos del Siglo 19.
Para visitar la Biblioteca Cervantina se debe de programar una cita en la página web. El horario de atención es de lunes a viernes de 8:00 a 12:30 horas, y de 14:00 a 17:30 horas.
Los inicios de la biblioteca
El 5 de noviembre de 1954, en el 3° piso del edificio de la primera Biblioteca del Tec, ahora Rectoría, fue inaugurada la Biblioteca de Colecciones Especiales “Miguel de Cervantes Saavedra”.
Sin embargo, desde 1946 se recibieron fondos patrimoniales en donación con el propósito de impulsar la visión humanística del fundador de la institución: Don Eugenio Garza Sada.
“Una biblioteca de colecciones especiales nos permite tener acceso a la materialidad, contenido y memoria. Nuestro caso es doblemente afortunado.
“No solo resguardamos materiales preciosos, sino que quienes nos lo entregaron confiaron en nuestra institución y apostaron que este sería el mejor lugar para el acervo”, compartió Marcela Beltrán, directora de la Biblioteca Cervantina.
La preservación material y digital da la oportunidad de que generaciones futuras puedan también disfrutar del acervo, añadió Beltrán.
“En la reinauguración de la Cervantina nos unen los libros, y también nos une con sus autores, coleccionistas para la continuidad de su existencia”, dijo la directora del espacio.
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