José Antonio Fernández Carbajal | Opinión | Presidente de Consejo del Tec de Monterrey
La semana pasada celebramos la Reunión Anual de Consejeros del Tecnológico de Monterrey con más de 600 miembros activos de todo el País.
Profundizamos sobre la realidad, los retos y las exigencias actuales de nuestro mundo. Estuvieron con nosotros Esther Duflo, Premio Nobel de Economía; Gordon Brown, ex Primer Ministro británico, y el escritor Michael Lewis.
En un mundo cambiante, pero a la vez polarizado, muy incierto y ahora incluso beligerante, la educación -la universitaria en particular- y la libertad han cobrado aún mayor relevancia y, por ello, en el Tec reafirmamos nuestra razón de ser, fijando la mirada más allá del aquí y el ahora, convencidos de que es posible una sociedad más justa, más sostenible y humana, si la buscamos y construimos entre todos.
Lewis, en una interesante perspectiva, define como los "pocos afortunados" ("the lucky few") a quienes hemos tenido muchas oportunidades, y por lo tanto tenemos la obligación de ayudar a las personas que no las tuvieron.
Aunque suena lógico y común, desafortunadamente no hay suficiente consciencia filantrópica en el mundo.
Nuestro programa Líderes del Mañana es un ejemplo de crear este tipo de oportunidades donde otorgamos 100 por ciento de becas a jóvenes talentosos de todo México, quienes, por sus condiciones socioeconómicas, no tienen la posibilidad de continuar con sus estudios profesionales, aunque poseen gran capacidad y deseo de salir adelante.
Hoy tenemos más de mil 500 historias de éxito y podemos afirmar que estos jóvenes tienen resultados muy positivos en lo académico, en lo profesional y, sobre todo, en el mejoramiento sustancial de su propia calidad de vida, la de sus familias y de sus comunidades.
Brown comparte que su obsesión es la educación universitaria, pues dice: "La esperanza muere cuando los jóvenes no pueden prepararse para el futuro".
Como universidad buscamos impulsar cambios positivos para que las circunstancias mejoren en México y el mundo, a través de proponer soluciones a los grandes desafíos que representan la prosperidad compartida, el acceso a la justicia, el combate a la pobreza y la desigualdad.
También, ante la gran cantidad de información a la que tenemos acceso por la tecnología y las redes sociales, estamos obligados a educar en la búsqueda de la verdad y de lo ético. Todos debemos ocuparnos, pues, del fortalecimiento de la democracia, de la participación ciudadana y de la modernización económica y la generación de confianza en nuestras instituciones.
En el Tec además nos vamos a enfocar a invertir en investigación aplicada, partiendo de ejemplos como el de la nueva tecnología de fabricación de vacunas, creadas en alianzas multisectoriales, que nos ofrecen la posibilidad de regresar rápidamente a una vida más parecida a la que conocíamos.
Hoy es posible que con esta tecnología se desarrollen opciones para muchos otros campos de la salud. Por lo tanto, lo que queremos realmente es elevar la concientización sobre la sostenibilidad buscando aprovechar los avances extraordinarios en ciencia y tecnología que tendrán efectos benéficos y de largo alcance para la humanidad.
Estamos orgullosos de nuestra historia, de ser una de las instituciones educativas líderes en Latinoamérica y en el mundo, y ese liderazgo nos obliga a ayudar a nuestra sociedad a enfrentar el reto de mejorar su competitividad y acelerar su transformación para así responder mejor a los grandes retos que estamos presenciando en el mundo.
En esta tarea necesitamos condiciones que nos den certidumbre mediante el fortalecimiento del Estado de derecho y de la calidad de vida. Tenemos la esperanza de que México sabrá proteger su andamiaje institucional y el talento de la gente que lo sostiene, convencidos de que la educación como motor que genera libertad y que multiplica el progreso es verdaderamente una solución universal para esa escasez de oportunidades y la generación de valor a través de la libre empresa.
Nuestro compromiso es honrar el legado que recibimos de nuestros fundadores, el grupo de empresarios liderados por Don Eugenio Garza Sada, a lo largo de casi 80 años.
En consonancia con los principios y valores de los conceptos del capitalismo consciente, sentimos la obligación de ser, como lo ha señalado el filósofo polaco Roman Krznaric, "buenos ancestros", quien, a manera de ejemplo, comparte que las catedrales tardaban generaciones en construirse y han permanecido por siglos.
Es decir, haciendo una analogía, debemos pensar y actuar en lo que las siguientes generaciones y los mexicanos vamos a necesitar en 50 ó 100 años, buscando que nuestra institución sea uno de esos míticos edificios.
El Tec es y seguirá siendo una institución de la sociedad y para la sociedad. Una institución privada, pero sin fines de lucro. Por ello, nos hemos convertido y cada año, mejor aún, en el más eficiente y confiable instrumento de filantropía para ayudar a México.
No tenemos pretexto para no hacerlo, ojalá y más personas se unan a apoyar programas como Líderes del Mañana u otros que tenemos.
El autor es presidente del Consejo Directivo del Tecnológico de Monterrey.
** Este texto fue publicado el 6 de marzo del 2021 en los diarios Reforma, El Norte y Mural, y se reproduce con permiso.