José Martínez llegó a su clase: colocó sobre su rostro un visor y en segundos, apareció frente a él la ciudad de Atenas en llamas, mientras la estatua de la diosa Atenea caía a sus pies. Esta experiencia de realidad virtual inmersiva es parte de una de sus clases: una especie de metaverso educativo.
“Realmente te sientes en la ciudad. No reconocía lo importante de estas civilizaciones hasta que pude estar ahí”, comparte el estudiante.
La realidad virtual -que recrea escenas o imágenes que brindan una sensación realista- es uno de los recursos que cada vez se utilizan en esta universidad, señala Beatriz Palacios, líder de Innovación Educativa y Aprendizaje Digital.
Desde antes de la pandemia el Tec ya venía trabajando en tecnologías inmersivas, dando los primeros pasos hacia un mundo virtual educativo, un esbozo de un universo alterno o “metaverso de la educación”, considera Palacios.
Aunque el anuncio hace unos meses de Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, sobre el desarrollo de su propio Metaverso -un universo virtual para conectar a las personas- puso en la conversación el tema, el Tec ya lleva años trabajando en este tipo de escenarios, agrega.
“Estas nuevas plataformas y medios para acceder a contenidos de conocimientos están ocurriendo en múltiples sectores, y la educación no se podía quedar atrás”, asegura Palacios.
Además, existen otro tipo de tecnologías emergentes que permiten a los estudiantes experimentar de diversas formas sus clases, lo que promueve un mayor involucramiento en la adquisición de su aprendizaje, explica a su vez Ana Rodríguez, líder de Innovación Educativa.
“Hay experiencias para practicar la toma de decisiones e interactuar a distancia; laboratorios de ingeniería que pueden ser controlados desde cualquier lugar en el que te encuentres.
También contamos con modelos tridimensionales de procesos complejos o científicos –como el cuerpo humano o ecuaciones matemáticas- que puedes explorar en formato virtual”, enlista Rodríguez.
Para ambas especialistas las experiencias de aprendizaje inmersivo no solo se han desarrollado para contar con algo que sea llamativo para los alumnos.
“No es usar tecnología solo por usarla, sino, encaminarla como medio para potenciar el proceso de enseñanza y aprendizaje”, apunta Rodríguez.
En ese sentido, han sido los propios docentes de los campus del Tec quienes han impulsado muchas de estas experiencias. Palacios explica que, gracias al apoyo de equipos de innovación educativa, logran escalar esas tecnologías para que cada vez lleguen a más estudiantes.
Aprender en el metaverso educativo
La pandemia adelantó muchas de las tecnologías que se veían para el futuro, considera Palacios. Una experiencia de colaboración, socialización e impartición de conocimiento en un mundo digital es el proyecto Tec Campus Virtual.
“Es un espacio digital en una plataforma llamada Virbela, donde nuestros estudiantes pueden acceder mediante un avatar personalizable y con libertad de movimiento, como si se encontraran en el campus físico”, describe Irving Hidrogo, director de Innovación con Tecnologías Emergentes.
Este entorno -que tiene cierta semejanza con lo que busca Zuckerberg con su Metaverso- permite a los alumnos realizar exposiciones, proyectos, asistir a clases o incluso interactuar. Solo es necesario contar con una computadora e Internet.
“Es romper las fronteras geográficas. La vivencia es como si se encontraran en el mismo lugar, pero sin las limitaciones físicas del mundo”, reitera Hidrogo, quien señala que ya son más de 6 mil estudiantes los que lo utilizan.
"La vivencia es como si se encontraran en el mismo lugar, pero sin las limitaciones físicas del mundo"
El experto del Tec ve en este campus virtual una herramienta tecnológica con el potencial de convertirse en un universo educativo, donde las instituciones del mundo puedan estar conectadas.
“Que no sea una isla, sino una plataforma que permita la vivencia más allá de lo que hacemos en el Tec de Monterrey; trabajar con otras universidades y entidades para crear espacios de convivencia digital que sigan nuestros valores”, visualiza.
Palacios califica esta evolución “el aula del futuro”, en la que podrían concentrarse tecnologías y servicios para igualar o superar las experiencias de aprendizajes tradicionales.
“En el aula del futuro es importante que la tecnología le dé un valor agregado a un alumno que no podría encontrar en un aula tradicional”, asevera Palacios.
“Como instituciones educativas debemos pensar en que los metaversos pueden democratizar la educación. Luchamos por eso y empezamos en casa”, concluye Hidrogo.
*Artículo publicado en la sección CONECTA de la revista Tec Review. Puedes consultar más reportajes en su edición 39.
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