Sin importar la hora, lugar o distancia, Gabriel Magallón (1977-2020) nunca dudaba en apoyar a quien lo necesitara, pues su calidad humana y compromiso con la educación siempre fueron infinitos.
Magallón se caracterizó por ser un docente dedicado con la calidad académica, e incluso con su experiencia llegó a ser parte del equipo de diseño de planes de estudio de la carrera de Animación y Arte Digital para el Modelo Educativo Tec21.
Esto es parte del gran legado del profesor, quien además con su persistencia y entrega fue un impulsor creativo con sus alumnos, a quienes retaba en el aula para dar lo mejor de sí mismos.
Pero Gabriel no solo será recordado por ello, sino también por su humor en clases de Animación Digital 2D y Modelación Digital, en las que si un estudiante le pedía una canción él hacía sonar “Fantastic Cat”.
En su paso por el campus Monterrey el profesor dejó grandes enseñanzas en los alumnos y colegas que compartieron momentos a su lado y quienes honran su memoria.
Roberto Iñiguez, decano nacional de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño, señaló que Magallón era caracterizado por su excepcional labor como docente, así como por su simpatía y calidad humana.
“Tuve la fortuna de aprender de él y fui testigo de la pasión con la que desempeñaba su vocación. Sin duda, su legado vivirá en todos los jóvenes que pasaron por su aula”, comentó Iñiguez.
Gabriel fue un profesor muy comprometido con el departamento de arte y la carrera de Animación y Arte Digital (LAD), indicó Rodolfo Barragán, decano Región Norte de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño.
“Siempre (estaba) dispuesto a colaborar en proyectos académicos y (era) un gran compañero de trabajo”, comentó Barragán.
“Su legado queda grabado en los egresados que formó en la carrera de LAD y de quienes tuvimos el gusto de conocerlo”.
COLEGA EXCEPCIONAL
Desde que estaban en carrera, Claudia Solís, profesora del departamento de arte y amiga de Gabriel Magallón, recordó que el docente era un joven apasionado por lograr sus metas.
“Después de que nos distanciamos por cuestiones de la vida, en el 2017 que decidí regresar a México él me ayudó recomendándome con el Tec para ser maestra”, contó Solís.
La profesora señaló que el cariño que los alumnos sentían por Gabriel era muy visible, al grado que esto la motivó a seguir sus pasos para convertirse en una buena docente.
“Fue un amigo cercano, íbamos por café, hablábamos de videojuegos o películas, nos paseábamos por el Tec jugando Pokémon Go, podía hablar con él de lo que quisiera y con confianza. Te voy a extrañar mucho, amigo”, finalizó.
El profesor Hernán Martínez expresó que el tiempo en el que convivió con Magallón siempre mostró su compromiso en apoyar a todos sus estudiantes, además de ser un buen colega.
“Como compañero de trabajo nunca tenías algún problema, al contrario, buscaba soluciones”, indicó Martínez.
“Siempre se preocupó por mejorar la calidad académica de la carrera, por eso cuando fui líder del equipo de diseño de planes de estudio de LAD para Tec21 no dudé en integrarlo al equipo de trabajo donde su aportación fue fundamental”.
El docente señaló que Gabriel era un miembro invaluable para el departamento de arte con un perfil que difícilmente se volverá a encontrar.
“Estoy seguro de que, igual que nosotros sus compañeros de trabajo, los alumnos van a resentir mucho su ausencia”.
DE HUELLA IMBORRABLE
El profesor Gabriel Magallón se distinguió por la unión, apoyo y aliento que daba a sus estudiantes, mismos que exhortaba a no desistir en sus objetivos.
“Si pienso en personas que me motivaron a seguir adelante con mi carrera en Animación y Arte Digital sin duda el profesor está en los primeros lugares”, dijo Isabella Rocha.
“En clase de Modelación I sentí que iba a criticar severamente mis trabajos, (pero) comprendí la gran persona que era pues a pesar de tener errores siempre me corregía de la manera más constructiva y divertida posible”.
Rocha también rememoró que Magallón siempre la motivó a ver el lado bueno de sus proyectos y a creer en ellos para poder sacar todo su potencial.
“Me siento afortunada de haber tenido un gran profesor como él, sin duda por su apoyo y motivación fue que todos sus alumnos logramos explotar el talento que él lograba ver en cada uno”, señaló Isabella.
“Su clase siempre fue de las más divertidas, recuerdo las risas, consejos, guías y enseñanzas, los grandes maestros son inmortales porque viven en cada aprendizaje que nos dejan y seguimos aplicando. De corazón te agradezco todo”, finalizó.
Son estas clases en las que Jaqueline Cordero tiene presente el particular humor de Magallón, y de las cuales relató el momento que varios de los alumnos del profesor vivieron.
“Estábamos en clase trabajando y el silencio nos estaba poniendo incómodos hasta que un alumno le pidió poner música para relajarnos mientras trabajábamos”, contó con alegría Cordero.
“El profesor buscó en su computadora y lo que llegó a nuestros oídos nos sacó de onda, mis amigos de nivel más alto me explicaron que eso hacía el profesor para bromear”, agregó.
Gabriel era conocido entre sus alumnos por ser un gran maestro que siempre brindaba asesorías y retroalimentación de utilidad sobre los proyectos, así lo definió Arturo Reyes.
“Se le recordará como alguien dedicado a ayudar y también con un buen sentido del humor”, expresó Reyes.
“Una de las cosas por las que es bien recordado era que cuando le pedían música durante sus clases, él ponía una canción de fondo para hacer ‘desesperar’ a la gente”, agregó.
Eduardo Salinas o “Lalo”, como lo llamaba Magallón, señaló que el profesor representó un ícono de motivación y pasión, pues reflejaba el amor que tenía por sus proyectos y aficiones.
“La primera vez que tuve clases con él dijo ‘se tienen que esforzar porque los que vinieron antes que ustedes les dejaron la vara muy alta’”, dijo Salinas.
“Para mí eso fue lo único que necesité para saber quién era, Gabriel fue un símbolo de dar más que lo mejor, era alguien que le gustaba jugar con la gente y siempre aprendía de ella”.
Eduardo también relató el tiempo en que fue asistente del profesor en clases de Modelación 3D, donde él le contaba sobre cómo había aprendió a tratar con cada uno de sus alumnos.
“Siempre que lo escuchabas hablar de sus proyectos, aficiones o historia de cómo entró a estudiar animación se le dibujaba una sonrisa en su cara y sentías la emoción con la que narraba cada detalle”, recordó el estudiante.
“Para mí Gabriel fue, es y será un gran amigo y un compañero de creatividad en lo que llamamos a este gran pliego de papel llamado vida. Hasta siempre, profesor”.
Por su parte, la EXATEC Bertha Arzola compartió una historia durante su clase de Modelación 3D Avanzada, donde el profesor, pese a la hora, le brindó ayuda con un trabajo.
“Yo tuve problemas para hacer mi modelo humano, un día ya tarde fui a la oficina del profesor y me explicó paciente sobre los músculos, me enseñó formas para agilizar mi trabajo”, contó Arzola.
“(Gabriel) nunca se negó a ayudarme y apoyarme, nunca nos juzgó por nuestras habilidades o talentos sino por nuestro esfuerzo en aprender”.
La ex alumna recordó que las clases de Magallón eran únicas, pues él las hacía más amenas por su forma de entretener a los alumnos, las salidas al jardín y por el tema musical que ponía en el aula como una tradición.
El profesor Gabriel siempre estaba dispuesto para resolver dudas a sus alumnos y fue muy apasionado en su trabajo, así lo comentó la alumna Karla Mercado.
“El profesor nos enseñó (sobre) animación 2D y siempre estaba ahí para responder preguntas, no debías decirle que pusiera música en clase porque ponía canciones malas de broma”, comentó Mercado.
La alumna Laura Lartigue recordará con cariño al profesor Gabriel por dos historias en particular: la vez que platicó en clase sobre alcanzar sus logros y cuando la auxilió estando ella en Japón.
“En clase de Modelación nos quejábamos por la cantidad de tarea que teníamos que hacer. Él contestó que no sabíamos lo que era tener ‘mucho trabajo’”, contó Lartigue.
“Habló sobre cómo formó un estudio de animación y por la carga le dio algo en el corazón, mientras lo decía nos mostró su cicatriz, dijo que si queríamos ser animadores o lo que fuera implicaba de esfuerzo y sacrificio”.
Durante su Semestre i en Asia, Laura vivió un momento de desesperación al no saber cómo animar expresiones. Ella le envió mensajes a su profesor, quien enseguida le respondió con guías.
“Para mi sorpresa contestó mis mensajes, me habló del proceso, me envió una imagen con referencias que él mismo hizo y me invitó a que fuera al siguiente día a su clase para darme una asesoría”, dijo Laura.
“Él siempre me ayudó, era el maestro rebelde y honesto que sabía de anime y comics, alguien con quien podías platicar, siempre voy a recodarte, me llevo tus enseñanzas y ejemplo. Muchas gracias por todo”.
La alumna Martha Villanueva expresó que Gabriel Magallón era una persona comprometida con su profesión y con sus alumnos.
“Lo vi muchas veces en convenciones, en los pasillos y dando clases, le gustaba mucho lo que hacía como profesor y como artista, siempre voy a admirar eso de él”, externó Villanueva.
“Mis condolencias para toda su familia y amigos. Una gran pérdida. Descanse en paz”, finalizó en su mensaje.
Un docente icónico e importante, así caracterizó Tania Monroy a Gabriel Magallón, de quien contó una anécdota muy especial que vivieron el día de la toma de fotografía para el título.
“Nos tomamos una foto y noté que el maestro más estoico, el que nos regañaba, se burlaba y bromeaba, se limpiaba discretamente los ojos, sé que estaba orgulloso (de nosotros)”, recordó Monroy.
Marifer Humeda contó que el profesor siempre impulsaba a sus alumnos a hacer algo innovador con sus proyectos para invitarlos a desarrollar todo el potencial que tenían.
“Él siempre sabía que podíamos darle más y hacer más con nuestros proyectos y, aunque sus ideas bordaban la locura, los sugería con gracia y nos impulsaba a hacer algo nuevo y divertido”, dijo Humeda.
“Un pedacito de él quedó en todos nuestros proyectos, siempre lo tendremos cerca en nuestro arte y en sus enseñanzas”.
El profesor Gabriel Magallón falleció el pasado 20 de marzo del año en curso a causa de un problema cardíaco.
Durante 11 años se desempeñó como docente en el Tecnológico de Monterrey, desde el 2009 hasta el 2020.
Su legado de compromiso y responsabilidad, con el que transformó muchas vidas, quedará en el Tecnológico de Monterrey a través de sus colegas profesores y alumnos.
Gabriel Magallón fue una persona de mucha fe que enorgulleció a su esposa Rode Sarmiento y a sus hijos Angela y Gael, a quienes les deja una inspiración muy especial por su pasión a las artes en todas sus expresiones.
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