Pablo Ayala | Opinión | Director de Formación Ética y Ciudadana
Hasta el día de ayer el voto latino en los Estados Unidos se comportó de la siguiente manera: 58% de los sudamericanos votaron por Joe Biden y 40% por Donald Trump.
El 59% de los centroamericanos por Biden y 29 por Trump; el 70% de los puertorriqueños por Biden y 26 por Trump; el 45% de los cubanos por Biden y el 52 por Trump; el 74% de los mexicoamericanos se decantaron por Biden y el 23 restante por Trump.
Y aunque la tendencia fue clara, ¿por qué hubo tantos latinos que votaron por Trump? ¿A cuenta de qué el entusiasmo por alguien tan racista, mentiroso, tramposo, manipulador, marrullero, abusón, grosero, cínico, machista, patán y fóbico con los migrantes?
¿Qué ventaja vieron en que un fulandrajo de esta calaña gobernara por cuatro años más los Estados Unidos?
Las razones que me brindaron algunos ciudadanos cuerdos que entrevisté, se resumen en cinco:
1. Trump representa la imagen del sueño americano, del hombre self-made, del emprendedor que se rehúsa y defiende el derecho a no regalar lo que tanto esfuerzo cuesta producir.
2. Trump sabe lo que significa “recursos limitados. Acá ya somos muchos, por eso debe ponerse freno a las hordas de migrantes latinos que entran sin control alguno”; “son una competencia injusta contra quienes hacemos las cosas legalmente”.
3. Trump representa la posibilidad de “poner fin a los programas que solo sirven para mantener latinos perezosos”; “ya basta de malgastar nuestros impuestos”.
4. Trump acierta al decir: “Mata más gente la crisis económica que el coronavirus”; “urge reactivar la economía”.
5. Trump es “el único que puede reconstruir los escombros del sistema de seguridad social”.
Lo que parecen olvidar los entusiastas que entregaron su voto a Trump, es que su sola presencia normaliza y moraliza la incorrección social e institucionaliza la gestión del odio racial.
Más allá de la viabilidad económica, mis entrevistados afirman que buena parte de los mexicoamericanos que votaron por Trump, se identifican con él porque comparten y celebran su conservadurismo rancio.
Son los "whitexicans" y los "whitexicans want a be", los mismos que decidieron poner en suspenso o, incluso, desconocer sus raíces para abrazar los valores que ensalza el clasismo malinchista, ese que no sabe de dignidad, sino de razas, el que enarbola y defiende el american way of life, cueste lo que cueste.
Menuda tarea enfrentará Biden: encauzar las ínfulas del republicanismo whitexicano.
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