Con información de Brayan Nava y Luis Mario García
La muerte, en el México prehispánico, era abrazada con respeto y sin temor, y su celebración prevalece hoy en día con colores, música y costumbres únicas.
Durante estos días, predomina en las familias mexicanas la unidad y la memoria de aquellas personas que ya no están, a la par de una sensación de orgullo por su cultura, cualidad que expresan festejando una tradición milenaria.
¿Te has preguntado el origen de esta singular fiesta mexicana y sus elementos? Profesoras del Tec lo explican.
“A través de la historia, el papel de la mitología es darle una explicación a lo que el ser humano no puede entender, dar una respuesta”, indicó la profesora María de la Luz Arroyo.
Es a través de la familia que se va a preservar esta tradición, comentó.
“Así se pasan las tradiciones, de generación en generación, es importante tener a los niños presentes, para que las generaciones de enfrente lo sigan practicando, porque cuando ya no vean nada, allí se acaba”.
“Es muy importante preservarla, porque es la tradición más importante que nos identifica en el mundo. Y al perderla, se pierde identidad”, dijo.
En el México prehispánico, la gran mayoría de los mortales eran destinados a ir al Mictlan, lo cual implicaba que debían atravesar por “los Nueve Inframundos”, de acuerdo con la profesora María Elena Romero Murguía.
Para lo cual se les daba por compañero y guía a un perro, el cual le ayudaría a enfrentar el viaje a “La Mansión del Silencio”.
EL TRADICIONAL ALTAR
Por su parte, el altar de muertos es una tradición esencial de esta fecha, no solo tiene por objetivo recordar a aquellas personas a las que se dedica, sino celebrar y convivir.
“Originalmente, la comida se pone en el altar para que se sacien las almas, y luego ya comen solo los invitados, no los de la casa, ellos reciben su comida de otras familias. Se organiza un intercambio, un ir y venir de vecinos”, señaló Romero.
Este es uno de los motivos por el cual México se distingue de otros países, y vive días llenos de colores a principios de noviembre, fechas donde se recuerda a aquellos seres importantes que lamentablemente ya no se encuentran con nosotros, concluyó.
VIVEN INMERSIÓN DE TRADICIONES EN SEMANA I
Una inmersión a la tradición del Día de Muertos fue la que tuvieron 43 alumnos durante su Semana i, del 28 de octubre al 1 de noviembre.
En dicho proyecto, el cual terminó con la presentación de su altar de muertos, lectura de calaveritas y una danza de Chantolo, los estudiantes desarrollaron una serie de actividades para acercarse a esta tradición mexicana y así poder culminarla con éxito.
Así, tuvieron conferencias sobre los altares de muertos e diferentes estados de la República, sobre costumbres y tradiciones norestenses en la festividad del Día de Muertos y un taller de calaveritas literarias.
Además, se les impartió una clase de maquillaje de calaverita, donde cada quien se maquilló y subieron su foto, otra sobre la producción de altar de muertos y un taller de danza de Chantolo, típica en este día en la región de la Huasteca.
Eloísa Hernández, coordinadora de esta actividad, apuntó que se les impartió un taller de elaboración de máscaras de Chantolo para que ellos pudieran elaborarlas y utilizarlas en su espectáculo final.
Para poder realizar al altar de muertos, también tuvieron un taller de papel picado, flor de cempasúchil, y de cómo hornear un pan de muerto, con el fin de que pudieron realizar uno desde cero.
“Ellos eligieron su personaje para la danza, a quien dedicarle el altar. Prácticamente hicieron todo, estuvieron todo un día horneando el pan de muerto y le altar lo desarrollaron el último día”, explicó Hernández.
Así el último día, los alumnos presentaron sus tres altares, estilo Veracruz, Estado de México y Michoacán, dedicados a María Félix, a los pintores José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, y al compositor Agustín Lara.
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