La pandemia del COVID-19 no elige afectar a las personas por su género o procedencia, pero existe una comunidad que es más vulnerable a contraer el virus: las personas con discapacidad.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en México hay 7.7 de millones de personas que dependen del constante apoyo de otros para realizar sus actividades del día a día.
Hacerse responsable de mantener una buena higiene y limpieza en tiempos donde esto se vuelve más demandante podría resultar fácil para unos, pero complicado para ellos.
Ante esto, diversos organismos como la Organización Panamericana de la Salud proporcionaron recomendaciones específicas para cada tipo de discapacidad que hay.
Jorge Ayala, coordinador del Departamento de Inclusión y Accesibilidad de Liderazgo y Formación Estudiantil (LiFE), detalló procesos preventivos a seguir para esta comunidad y a quienes dan sus servicios de ayuda.
LA APLICACIÓN DE LAS MEDIDAS
Cuestiones de movilidad o de higiene conllevan acciones distintas ya sea para vestirse, bañarse, o entre otras, y esto puede aplicarse de manera diferente en cada discapacidad.
Mantener la limpieza en distintos equipos de apoyo para evitar ser portador del COVID-19 es el protocolo de salud a seguir de personas con discapacidad motriz, señaló Ayala.
“Herramientas que sirven para el desplazamiento, como bastones, muletas, andadores, prótesis, deben limpiarse tanto al salir como al llegar a casa”, recomendó.
“Se debe evitar que otras personas toquen estos equipos, esto por lo mismo de poder tener un protocolo necesario y medidas de prevención de higiene y limpieza”.
El uso de guantes que se puedan lavar o desinfectar durante el uso de las sillas de ruedas es otro de los requisitos preventivos para quienes las usan, recomendó el experto.
“Cuando las ruedas giran, tocan y levantan lo que hay en el suelo y las personas con discapacidad por ende se lo llevan a las manos, por ello es importante señalar el uso de guantes y llevar una limpieza constante de las sillas”, dijo.
Al prestar el servicio de atención a discapacitados en actividades como ducharse, se pide a las personas lavarse frecuentemente las manos, usar antibacterial, guantes y cubrebocas.
“Se menciona también que toda persona que dé asistencia en caso de tener síntomas relacionados al COVID-19 debe ser aislada y relevada de sus funciones por otra persona” señaló.
En el tipo de discapacidad visual, es importante desinfectar en artículos requeridos para el desplazamiento, así como guiarlos de forma verbal y sin tocarlos.
“Se recomienda limpiar aún más las manos porque las personas con esta discapacidad las utilizan para identificar u orientarse, por eso es muy relevante” comentó.
“También se pide desinfectar con frecuencia aparatos tecnológicos de uso diario y que sirven mucho para la comunicación y orientación”.
El contar con perros guía, en estos tiempos de contingencia, conlleva el lavado frecuente de la cara del animal, así como las patas, el arnés y la correa del mismo.
La comunicación a través de la lengua de señas se necesita con personas que padecen sordera o discapacidad auditiva.
Para hacer señas, las personas deben tocarse el rostro y utilizar gestos, pero una medida preventiva segura es el usar cubrebocas transparentes y evitar el contacto con la cara.
“Los cubrebocas transparentes permiten que los gestos y el poder leer los labios sea visible, mientras que se cumple con lineamientos de prevención”, comentó.
“Además de esto, deben de lavarse las manos antes y después de manipular algún auxiliar auditivo en caso de que la persona lo requiera, así como tener distancia”.
En caso de que la persona con discapacidad acuda a consulta médica debe solicitar un intérprete de lengua de señas para comunicarse y expresar su necesidad, indicó Ayala.
Saber expresar de forma paciente, clara y concisa las medidas preventivas a través de palabras sencillas es una herramienta útil para tienen discapacidad intelectual.
“Se debe expresar la importancia del lavado de manos, uso del antibacterial y asegurarse de que la información quedó clara y si no, volver a explicar con otras palabras”, mencionó.
“También se debe hablar en qué consiste la sana distancia de igual manera y como parte de prevención ante el virus, esto se puede apoyar con el uso de pictogramas”.
Jorge Ayala hizo un llamado a no suspender tratamientos farmacológicos ligados a la discapacidad psicosocial y buscar alternativas para realizarlas por teléfono o internet.
“Si sabe de alguien con depresión, ansiedad o bipolaridad, brinde apoyo y acompañamiento virtual para reducir estos trastornos emocionales”, especificó.
“Es importante recordar que el distanciamiento físico no es lo mismo que el distanciamiento emocional”.
Asimismo, recomendó comunicarse con amistades, familiares y otras redes de apoyo para evitar cambios bruscos de actividades y tener momentos de relajación y la convivencia.
Establecer rutinas que permitan tener un balance entre ocupaciones y descansos en las personas diagnosticadas con autismo es lo que se exhorta a aplicar en ellos durante esta contingencia.
“Para explicarle a una persona con autismo sobre el COVID-19 y medidas de prevención para la higiene se puede hacer a través de pictogramas” comentó.
“Esto sirve para bajar los niveles de ansiedad que se genera sobre todo en personas con autismo con características de una rutina muy estructurada o poco flexible”.
‘SOMOS PARTE DEL MISMO UNIVERSO’
Ante esta contingencia, Jorge Ayala brindó una recomendación a las personas para promover en todos la inclusión y unirse como comunidad que se es para salir adelante.
“Todos somos parte de una misma población, un mismo universo y realmente somos una misma comunidad, esto es algo de lo cual vamos a salir con mucha capacidad”, indicó.
“Realmente la inclusión sólo puede ser vista cuando vemos por todos, y juntos como ciudadanos y humanidad saldremos adelante y mucho más fuertes de esta situación”.
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